La verificación periodística de información sobre Ciencia en España (i)

Claves de la desinformación y el contenido erróneo sobre salud, clima y conocimiento científico

por Sergio Álvarez García | Dic 19, 2022

La verificación de contenidos erróneos y el desmentido de ‘fake news’, una herramienta periodística aliada de la ciencia: el contraste de hechos y de conocimientos científicos se revela como un recurso útil y atractivo para divulgar con rigor y conectar con la vida cotidiana de la ciudadanía. En esta primera entrega, nos acercamos a las características básicas de esta crisis-oportunidad

Hoy, cuando vamos a consumir información de entre la que nos llega o a la que accedemos por múltiples vías, lo normal es que el primer paso sea dar prioridad a lo que nos atrae, nos interesa o nos puede aportar más en lo personal, en lo académico o en lo profesional. Pero en la era de la sobreabundancia de contenidos, eso no es suficiente, por lo que tenemos que poner en marcha mecanismos de descarte si queremos sobrevivir a esta avalancha informativa. Un proceso que se ha intensificado y transformado desde la aparición de la COVID-19.

CONSUMO DE INFORMACIÓN científica

Según las respuestas que recoge la Encuesta sobre la Percepción Social de la Ciencia (FECYT, 2018 y 2020) sobre los temas sobre los que se siente interesada la población española, las informaciones relacionadas sobre Medicina y Salud son las más demandadas: en 2018 por delante de trabajo y empleo, educación, cultura, deportes o política con un 38%; en 2020, superando el 73% y con la pandemia con un 46% como tema específico del área. Los contenidos sobre alimentación y consumo se sitúan en 2020 en tercera posición con un 27% (aumentando desde el 19% de 2018); sobre Ciencia y Tecnología en un 14% (con un ligero descenso desde 2018); y sobre Medioambiente y Ecología en torno al 10% (también 2 puntos por debajo de lo registrado en 2018).

Pero el dato más significativo está en el descarte de información. Según el Reuters Institute Digital News Report de 2022, el porcentaje de personas que evita las noticias a veces o a menudo en España ha aumentado casi un 10% en 5 años, situándose en 2022 en el 35%; ligeramente por debajo de la media mundial (38%, con incremento en todos los países), que tiene en los extremos a Brasil (con el máximo de 54%) y a Japón (con el mínimo de 14%).

CRISIS DE CONFIANZA EN LA INFORMACIÓN

¿Y por qué se evita consumir noticias? A nivel global, la principal razón que se da es que hay en ellas “demasiado COVID-19 y demasiada política” (43%); le siguen como argumentos el efecto negativo que tienen en el estado de ánimo (36%), el agotamiento que produce la cantidad de información (29%) y –la más relevante para el tema que nos ocupa—“que las noticias están sesgadas o no son de fiar” (29%).

Este aumento de la desconfianza hacia la imparcialidad y la fiabilidad de las noticias convive con la preocupación a nivel mundial por los distintos 'trastornos de la información', entre los que destacan los que definen Wardle y Derakhsan (2017) para el Consejo de Europa como 'misinformation' (conexiones falsas, contenido erróneo, confuso, ambiguo o engañoso) y 'disinformation' (contenido falso, suplantado, manipulado o fabricado). Las consecuencias para las bases democráticas de la sociedad son claramente negativas, y se han contagiado desde su ámbito original (la política, con las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos o el Brexit como sus máximos exponentes) al resto de temas y tópicos de actualidad e interés para la ciudadanía.

La ciencia no solo no escapa a este fenómeno, sino que es protagonista en la poco honorable clasificación de la percepción de la difusión de información falsa y engañosa. Según recogen los Digital News Reports del Reuters Institute en 2021 y 2022, a la pregunta sobre en qué temas creen haber visto desinformación, el mayor porcentaje de personas responde que sobre COVID-19 (un 54%), por encima del tratamiento de la política (43%) y de los personajes famosos (29%); el cambio climático es percibido como víctima de noticias falsas y engañosas por un 20% de los encuestados.

Una dinámica común a todo el planeta, aunque con matices según regiones. Con la COVID-19 como tema más afectado por la desinformación según la percepción en todas las regiones, el cambio climático es visto como más contaminado por contenidos falsos o engañosos en América del Norte y Latinoamérica que en Europa (similar al peso de tópicos sobre inmigración) y que en África (superado con creces por noticias sobre personajes famosos y productos).

OPORTUNIDADES

Esta crisis de credibilidad recorre los tres elementos que Wardle y Derakhsan (2017) señalan como claves de los trastornos de información: agentes, mensajes e intérpretes. Hemos comentado que la sociedad interpreta y percibe los contenidos (mensajes) científicos como objeto potencial de información falsa y engañosa. Y para cerrar el círculo, tenemos que aproximarnos al punto desde el que parte la desinformación: el elemento agente, la fuente.

Y en el Reuters Institute Digital News Reports (2022), encontramos una cuestión que afecta de lleno a la percepción de la credibilidad y de la fiabilidad: los cinco segmentos de agentes que más preocupan a las personas encuestadas como fuente de desinformación son los políticos (29%); la gente corriente (15%); los activistas (15%), los periodistas (11%); y los gobiernos extranjeros (9%).

Estas respuestas contienen una buena y una mala noticia: la buena es que las fuentes del ámbito científico no preocupan como potencial agente de la desinformación; la mala, que la profesión periodística aparece asociada a un fenómeno que va contra su propia naturaleza y razón de ser.

La Encuesta sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España (FECYT, 2020) también ofrece percepciones sobre las fuentes (profesiones) más valoradas y sobre en qué aportaciones a la sociedad destaca la ciencia: médicos/as, profesores/as y científicos/as se mueven en el tramo del sobresaliente, mientras que los/as periodistas caen hasta el bien, superando únicamente a políticos/as y religiosos/as, que suspenden; hacer frente a enfermedades y epidemias (63%) o mejorar la calidad de vida de la sociedad (52,3%) son los aspectos percibidos como más beneficiosos de la acción de la ciencia y la tecnología.

Todos estos datos nos sitúan en un escenario de crisis de la información -también de la científica, que es la que nos ocupa-. Pero al mismo tiempo nos ofrecen pistas sobre entenderla e interpretarla como una oportunidad. El recurso a fuentes confiables y creíbles -así es percibida la ciencia- es un primer elemento clave. El segundo, la verificación como práctica legitimadora y como reacción del periodismo a la imagen de pérdida de imparcialidad (Castellet, Varona y Álvarez García, 2022).

En la próxima entrega, nos acercaremos a las claves de la lucha contra la desinformación sobre salud, clima y conocimiento científico, a través de su tratamiento por los medios periodísticos de verificación destacados en España.

REFERENCIAS

Castellet, Andreu; Varona, David; Álvarez García, Sergio (2022) Verificadores en España: una visión de su lógica empresarial. En Castellet, Andreu; Pedro-Carañana, Joan (editores) (2022). Periodismo en red: acción y reflexión. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.
Disponible en https://www.comunicacionsocial.es/libro/periodismo-en-red-accion-y-reflexion_143539/

FECYT (2018): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. Disponible en línea: https://www.fecyt.es/sites/default/files/users/user378/percepcion_social_de_la_ciencia_y_la_tecnologia_2018_completo.pdf

FECYT (2020): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. Disponible en línea: https://www.fecyt.es/sites/default/files/users/user378/percepcion_social_de_la_ciencia_y_la_tecnologia_2020_informe_completo_2.pdf

Reuters Institute (2021). Digital News Report 2021. Disponible en línea: https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2021-06/Digital_News_Report_2021_FINAL.pdf

Reuters Institute (2022). Digital News Report 2022. Disponible en línea: https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2022-06/Digital_News-Report_2022.pdf

Wardle, C.; Derakhshan, H. (2017): Information disorder: Toward an interdisciplinary framework for research and policymaking. Estrasburgo: Consejo de Europa. Disponible en:
https://rm.coe.int/information-disorder-toward-an-interdisciplinary-framework-for-researc/168076277c

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BiorRefinerías en España: La transición energética frente al rechazo local

Las biorrefinerías son una pieza esencial en la transición energética, pero su puesta en marcha en España enfrenta un creciente obstáculo: el rechazo social que generan sus instalaciones. Aunque estas aseguran ser sostenibles, generar empleo y aportar a un modelo energético más limpio que impulsa la transición a la economía circular, la realidad es que la propuesta de nuevas instalaciones está encontrando un frontal rechazo por parte de las comunidades locales que perciben más los problemas que los beneficios, y ven estos proyectos como una imposición más que como una oportunidad para su entorno.

El origen de este conflicto no está solo en las preocupaciones legítimas de estas comunidades sobre el impacto ambiental y social que puedan producir, sino también en la forma en que se comunican y gestionan estos proyectos desde su inicio. Una estrategia de comunicación inexistente, que ignore a las comunidades, o inadecuada porque solo se centre en informar pero que no dialogue con los grupos de interés está abocada al fracaso. Esto no solo amplifica este rechazo y lastra la implementación de una solución que, en teoría, podría beneficiar a todos. Además, por contagio, genera una imagen negativa sobre las energías renovables en su conjunto, y, en el fondo socava el compromiso y adhesión ciudadana a la agenda de transición ecológica. El problema, no es menor.


El éxito de las biorrefinerías no depende solo de su tecnología, sino de su capacidad para dialogar y ganar la confianza de las comunidades locales.

Las biorRefinerías: una apuesta por la sostenibilidad

Las biorrefinerías son instalaciones que transforman biomasa y residuos orgánicos en biocombustibles, biogás y otros productos de valor añadido (SusChem España, 2017). En España su desarrollo y puesta en marcha impulsa los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, que busca una reducción del 32 % de emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar un 48 % de energías renovables en el consumo final de energía para 2030 (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023). En este sentido, las biorrefinerías son una tecnología clave para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y progresar en el compromiso de España con la descarbonización establecido en la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética. Además, en los últimos años muchos de los nuevos proyectos de creación de biorrefinerías se han visto impulsados a través de la financiación de los fondos Next Generation EU (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023), canalizados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

Pero, siendo un marco claramente favorable, ¿por qué la aceptación social a esta tecnología es cada vez menor?

Las causas del rechazo social

El rechazo social a las biorrefinerías está estrechamente relacionado con la falta de transparencia y participación en los procesos de planificación. A menudo los ciudadanos conocen los proyectos cuando parecen ser ya un hecho consumado, por lo que perciben estos como algo que es impuesto desde las administraciones y/o las grandes empresas. Que se ignore su voz, que no se les consulte ni se dialogue con ellos, la falta de mecanismos efectivos de participación es clave para que el rechazo sea rotundo. La falta de información genera desconfianza y refuerza un sentimiento de exclusión que, una vez instalado, es muy dificil de combatir.

No obstante, hay razones que no son emocionales, y que apelan, precisamente, a la necesidad de ofrecer información desde el mismo momento de su planteamiento. Hay preocupaciones lógicas sobre los posibles impactos en la calidad de vida, como el aumento del tráfico pesado, el ruido, las emisiones, su impacto en la salud o el riesgo de contaminación (La Voz de Galicia, 2024; Noticias para municipios, 2024). Aunque estas inquietudes puedan abordarse técnicamente, rara vez se comunican o se tratan de manera adecuada y precisa, lo que abre todo el espacio para que surja la especulación y el miedo. Sin información rigurosa, solo hay sombras.

Además, a pesar de los beneficios que sí suelen destacarse en las comunicaciones institucionales o empresariales (generación de empleo, impulso de zonas rurales, aprovechamiento de biomasa y recircularidad del sistema….), muchas comunidades tienen un fuerte apego a sus valores locales y al entorno, y la instalación de una biorrefinería siempre tiene un impacto que debe valorarse en este contexto sociocultural, no sólo económico. Los sentimientos juegan en esta partida. Ignorar estas dinámicas culturales y emocionales, no considerar que forman parte de la ecuación en los procesos de comunicación, puede intensificar el rechazo, incluso cuando los proyectos tienen un impacto ambiental limitado.


Sin información clara y procesos participativos, los proyectos se perciben como imposiciones, amplificando la resistencia social y erosionando la confianza en la transición energética.

El rol de la comunicación en la aceptación social

La comunicación juega un papel esencial en la aceptación social de las biorrefinerías. Sin embargo, en muchos casos, las estrategias utilizadas han sido insuficientes o inadecuadas. Tanto las administraciones como las empresas que están detrás del desarrollo y explotación de las biorrefinerías tienden a adoptar un enfoque basado en el modelo de “déficit informativo”, asumiendo que la resistencia de las comunidades locales se debe a su falta de conocimiento. Este modelo, centrado únicamente en explicar los beneficios técnicos y económicos, que es el predominante en la comunicación institucional, obvia cuestiones que son claves para las comunidades receptoras, como la justicia procedimental y el reconocimiento de los valores locales (Devine-Wright, 2009; Batel, 2017), lo que impulsa los proyectos al fracaso. Y en los últimos dos años podemos encontrar numerosos casos en España que muestran hasta qué punto ese déficit comunicativo ha exacerbado la oposición social a las biorrefinerías (Levante, 2024; CadenaSer, 2024)

En la base de este rechazo, y de la desconfianza que lo nutre, siempre aparece la percepción de imposición por parte de las administraciones y las empresas, y que las comunidades locales se sientan excluidas de los procesos de planificación y diseño de las biorrefinerías. Aunque este problema es comun en otras energías renovables, en el caso de las biorrefinerías la aceptación local de los proyectos es significativamente más baja (Macht et al., 2023), lo que hace aún más crítico su abordaje.

Para superar estas barreras, es necesario replantear la comunicación desde una perspectiva integral. Esto implica involucrar a las comunidades desde el inicio, generando un diálogo temprano y continuo que permita identificar sus preocupaciones y diseñar soluciones conjuntas que observen todas las dimensiones de la instalación, y cuenten con la cultura local. También es fundamental destacar los beneficios reales que las biorrefinerías tendrán para esa comunidad local, como la generación de empleo, la mejora de infraestructuras o el desarrollo económico tangible, en lugar de centrarse exclusivamente en los objetivos globales de sostenibilidad. Además, e imprescindible que el proceso sea transparente, implementándose sistemas de monitoreo ambiental accesibles y claros que puedan consultar los ciudadanos para verificar en tiempo real el impacto de la planta. Y evitar cualquier sombra de especulación que horade la confianza en el proyecto. Solo así, con procesos claros y transparentes, participados y regulados se podrá encontrar un camino de consenso y de cambio.

Estrategias de comunicación para mejorar la aceptación social de las biorrefinerías. Fuente: Elaboración propia.

Es indudable que las biorrefinerías tienen el potencial de contribuir a la transición energética en España, pero cada vez es más evidente que su éxito no dependerá únicamente de su viabilidad técnica o económica. Su aceptación social es un reto que requiere empatía, diálogo y una comunicación real y convencidamente inclusiva. Integrar a las comunidades locales como aliadas en estos proyectos no solo hará que sean más viables, sino también más justos y sostenibles.

La ruta es clara. Solo falta que lo sea la voluntad.

Referencias

El valor de la formación para mejorar la empleabilidad de los jóvenes

El valor de la formación para mejorar la empleabilidad de los jóvenes

La formación académica tiene como objetivo ayudar a los estudiantes a convertir sus conocimientos en trabajo estable y duradero. El alumno que debe decidir su futuro profesional tiene varios retos ante sí: decidir el grado, elegir un itinerario curricular, tal vez hacer un Erasmus, y en muchos casos, seleccionar un postgrado antes de acceder al mercado laboral, entre otras decisiones que marcarán su futuro.

Los expertos en Recursos Humanos que tienen acceso a las fuentes de información no saben a ciencia cierta cuáles serán las profesiones del futuro, pero coinciden en la dificultad de saber con exactitud cuales serán las carreras más demandadas a medio plazo. Si un profesional con experiencia tiene serias dificultades para acertar en las predicciones sobre el desarrollo de la empleabilidad, no podemos por menos que sentir compasión por nuestros jóvenes cuando tienen que elegir la última etapa académica. Ni que decir tiene, actualmente la formación es una carrera infinita de adquisición de conocimiento, en la que se sabe cuándo comienza, pero no cuando termina.

Algunas pistas sobre el éxito o fracaso de los cursos de formación están relacionadas con los datos que aparecen en Redes Sociales, fuentes primarias y secundarias, o consejos dados por amigos y familiares. Valgan algunos ejemplos e información de carácter público para ayudar a los futuros profesionales que formarán parte del mercado laboral.

Entre los empleos relacionados con las TIC, los que aglutinan mayor demanda son Programador, Cloud Computing y Big Data. Especialmente el primero ha crecido muy por encima de la media. Cabe preguntarse si esta tendencia es una moda pasajera o la aparición de la tan nombrada Inteligencia Artificial no terminará por cambiar la empleabilidad en el área de la informática. Conocimiento sobre Análisis y Programación, Soporte y Explotación y Sistemas, Redes y Seguridad son las que acumulan un mayor número de ofertas de empleo.

En el año 2023, y según LinkedIn, las profesiones más demandadas fueron Ciberseguridad, Ejecutivo de Cuentas y Comercial. Los especialistas en Ventas o Logística también están entre los empleos más solicitados. Según el informe sobre perfiles deficitarios y la escasez de talento en España elaborado por Adecco en 2023, manifiesta que los perfiles que más cuesta cubrir son: perfiles IT, personas con formación en FP, oficios, perfiles sanitarios o técnicos de mantenimiento, entre otros. Muchos de estos empleos gozan de lo que se denomina el pleno empleo. Un punto aparte es el sector de las energías renovables. Se espera que se generen entre 253.000 y 348.000 puestos de trabajo entre 2021 y 2030 (educaweb).

Cabe preguntarse si los estudios en ciencias sociales tendrán interés para las compañías a medio plazo. La tecnología está unida a un alto componente humano, pero sin duda, existe la necesidad de realizar un esfuerzo continuo para adaptarse a las necesidades del mercado. Desde la academia debemos adaptar nuestro conocimiento a la evolución de la sociedad. La oferta de estudios transversales es un camino para una formación adaptada al mercado laboral.

Los campos con las tasas más bajas en afiliación y contratos indefinidos son los siguientes:

  • Conservación y Restauración e Historia del Arte. Su tasa de afiliación es del 63,63% y 57,32%, respectivamente. El porcentaje de contratos indefinidos de sus egresados es sólo del 61,82% y 64,46%. Además, sólo el 62,79% y 58,74% tiene jornada completa y su base media de cotización anual es de 20.772,28€ y 24.289,53€, respectivamente.
  • Arqueología, Bellas Artes, Historia y Otras lenguas extranjeras.
  • Audiovisual, Imagen y Multimedia, Geografía y Geografía y Ordenación del Territorio.
  • Antropología Social y Cultural, Ciencias del Mar y Protocolo y Eventos.
  • Biología, Humanidades y Música.

En resumen, las Ciencias Sociales necesita un enfoque sistémico e integrador para ayudar a los egresados a ingresar o progresar en el mercado laboral, y consolidar el tránsito a la vida adulta laboral.

Referencias

Boom de empleos en tecnología, salud y energías verdes – educaweb .com

Fundacion CYD (40)

Estadísticas LinkedIn 2024 | LinkedIn

¿Cómo puede contribuir el uso de Chatbots en el impulso y promoción de la economía circular?

¿Cómo puede contribuir el uso de Chatbots en el impulso y promoción de la economía circular?

Los Chatbots son sistemas capaces de emular los flujos de comunicación entre humanos -ya sea en forma de diálogo continuado o respondiendo consultas aisladas- de manera plenamente autónoma a través de texto o voz. Los Chatbots, apoyados en tecnologías de IA, recaban y procesan información de multitud de fuentes para construir sus respuestas. Pero lo más importante, es que son capaces de aprender de sus interacciones para mejorar el ajuste de sus futuras respuestas.

En los últimos años, los Chatbots han demostrado tener posibilidades de aplicación en multitud de campos y situaciones. Específicamente, en el ámbito de la economía circular, estas tecnologías desempeñan un papel importante a la hora de promover y afianzar una cultura de concienciación en torno al tema en el conjunto de la ciudadanía. En este sentido, los Chatbots pueden tener aplicaciones en tres grandes planos, educación, comunicación, y mejora de procesos.

Aplicaciones en el plano educativo

La primera aplicación destacable reside en la concienciación sobre prácticas sostenibles. Los Chatbots podrían ofrecer a los consumidores consejos sobre cómo reducir el desperdicio, reutilizar productos, o reciclar correctamente. Por ejemplo, pueden guiar sobre la separación de residuos o cómo darles una segunda vida a productos. Asimismo, estas tecnologías podrían emplearse para educar a la ciudadanía sobre los principios de la economía circular y el impacto de sus decisiones de consumo. Hecho este que ayudaría a generar conciencia e impulsar hábitos de consumo más responsable.

Estas tecnologías tienen también posibilidades de uso de cara a impulsar la venta de productos sostenibles. Los Chatbots podrían ayudar a encontrar productos fabricados bajo principios de la economía circular, productos reciclados, o productos reutilizables. De igual manera, estos sistemas podrían servir para guiar a los consumidores hacia opciones más sostenibles en su proceso de compra, resaltando productos con envases reciclables o que ocasionen una menor huella de carbono.

Aplicaciones en el plano comunicacional

Estas tecnologías podrían usarse para informar a los consumidores sobre el origen y trazabilidad de los productos, si han sido reciclados, y las prácticas sostenibles involucradas en su fabricación. Todo ello contribuiría a fomentar una mayor transparencia y confianza en marcas comprometidas con la economía circular. Por otro lado, los Chatbots podrían ayudar el cliente a verificar si un determinado producto cuenta con certificaciones ecológicas.

Estos sistemas pueden orientarse también al fomento del consumo colaborativo. Los Chatbots podrían actuar como intermediarios en plataformas en línea que promueven el intercambio, el alquiler, o la compra de productos de segunda mano. En este contexto, estas tecnologías facilitarían la comunicación entre usuarios, ayudando a los mismos a encontrar el producto más adecuado a sus necesidades dentro de la comunidad.

La utilización de Chatbots podría ofrecer además ayuda técnica y guías paso a paso para que los consumidores pudieran reparar de manera autónoma sus productos en lugar de desecharlos. Las mejoras de la comunicación en este plano incentivaría la reutilización de muchos de productos, aumentaría notablemente su durabilidad y reduciría el desperdicio.

Aplicaciones en la mejora de procesos

Estas tecnologías podrían emplearse para interactuar con aquellos clientes que tras realizar una compra en línea necesitan concertar una cita para recoger su producto en el punto de venta o entrega. Por otro lado, los Chatbots servirían también para mantener al cliente informado sobre el estado de sus devoluciones, reparaciones de producto. En líneas generales, estos sistemas permiten optimizar recursos empresariales, reduciendo costes y erradicando el malgasto de ciertos materiales como el papel.

Asimismo, los Chatbots podrían emplearse para motivar a los usuarios a reciclar o reutilizar productos mediante programas de puntos o recompensas. A través de estos programas, los consumidores podrían obtener descuentos o incentivos al completar ciertas acciones sostenibles. De igual forma, estos sistemas servirían para automatizar la promoción de iniciativas de reciclaje, eventos o campañas de sostenibilidad, aumentando la participación y el compromiso.

Como podemos ver, estas tecnologías presentan importantes posibilidades de aplicación de cara a al impulso y promoción de la economía circular. Por consiguiente, parece lógico pensar que en los próximos años veremos cómo estos sistemas contribuyen a una transición más fluida hacia una economía circular, mejorando la eficiencia, reduciendo el desperdicio y promoviendo comportamientos más sostenibles en todo el mundo.

La verificación periodística de información sobre Ciencia en España (II)

La verificación periodística de información sobre Ciencia en España (II)

Para desmentir ‘fake news’ o explicar por qué una información sobre ciencia es errónea, se utilizan recursos propios del periodismo y de la divulgación que son claves para comunicar la Ciencia con rigor y mostrando su importancia y utilidad en la vida cotidiana de las personas.

A finales del siglo pasado, la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) destacaba diversos problemas que la ciencia y los científicos tenían para divulgar el conocimiento que producen: extensión y complejidad; aceleración en la adquisición del conocimiento; incomunicación por exceso de información; resistencia a los cambios; o el lenguaje científico (Calvo Hernando, 1997). A estos obstáculos en el camino de la comunicación científica, que siguen vigentes, se les suma hoy un fenómeno que ya había nacido, pero que ha crecido y se ha multiplicado en los últimos años: la desinformación.

En la actualidad, Internet y las redes sociales son los medios a través de los que se informa más sobre Ciencia la ciudadanía, pero también los más percibidos como fuentes de desinformación. Esta percepción se extiende a los medios convencionales, que sufren una crisis de credibilidad, mientras circulan mensajes negacionistas que encuentran en la ideología un punto débil para el contraste y la capacidad de discernir la veracidad de la información (FECYT, 2022b, 2023).

En este panorama de problemas y dificultades, comunicar Ciencia sigue siendo un reto, cada vez mayor. Por qué no sumar soluciones en la misma dirección (la de siempre tal vez): que la verdad científica que comuniquemos, además de serlo, lo parezca, es decir: que además de verificarse, se muestre creíble, fiable y comprensible.

SALUD: DESINFORMACIÓN VS DIVULGACIÓN

Tal vez el factor más relevante, tanto de los procesos de comunicación como de desinformación, es el interés que un tema o sector despierte en la sociedad. En el ámbito de la Ciencia y de sus aplicaciones, las Encuestas sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España (FECYT 2018, 2022 y 2023) apuntan una clara tendencia en este sentido:

  • Antes de la pandemia de COVID-19, la Sanidad era el sector en el que el porcentaje más elevado de personas encuestadas (80%) aumentaría el gasto público por considerarlo prioritario, algo que se mantiene en la actualidad.
  • En plena pandemia, la propia COVID-19 fue directamente el tema que suscitaba mayor interés informativo, sumando junto con medicina y salud casi un 75%
  • En el último informe realizado, hacer frente a las enfermedades y pandemias es considerado el beneficio más relevante de la Ciencia para un 70% de la ciudadanía española.

Este interés por la Salud tiene su reflejo en los fenómenos de desinformación. Es el ámbito en el que se percibe una recepción mayor de información que podría ser falsa: la COVID-19, las vacunas, la nutrición, los tratamientos médicos y los tratamientos homeopáticos están entre los seis temas más susceptibles de ser objeto de desinformación, junto con el cambio climático. En esta línea, la consideración de que “la circulación de la desinformación y los bulos puede tener efectos perjudiciales para la salud de la población” es una percepción mayoritaria (63,2%) en España (FECYT, 2022b).

Logo de la iniciativa Salud sin bulos

También es en el campo de la Salud donde encontramos un primer antídoto para hacer frente al veneno de la desinformación científica, que es al mismo tiempo una clave para comunicar de forma eficiente: el uso de fuentes confiables. ¿Qué caracteriza a las fuentes de información en salud que transmiten confianza? Que son profesionales, protagonistas de esa información. Cuando se pregunta a la gente sobre a quién recurre primero para buscar o pedir información sobre temas de salud, responde mayoritariamente que a médicos, enfermeros/as o farmacéuticos/as, antes que a Internet, redes sociales, amigos o familiares o medios de comunicación (FECYT, 2022). Una de las iniciativas más destacadas en la lucha contra la desinformación científica, Salud sin bulos, basa su éxito como plataforma para divulgar conocimiento científico en el campo de la salud en este tipo de factores:

  • Una declaración de ausencia de conflicto de intereses y transparencia en todas las actividades y contenidos que realizan.
  • Una red de colaboradores agrupados en avales científicos (asociaciones de profesionales y pacientes y otras instituciones y organismos de investigación en salud) y en ‘cazabulos’ (profesionales e investigadores de prestigio en el ejercicio de la medicina, la enfermería, la farmacología, la psicología, la inmunología, etc.).
  • Una oferta de contenidos científicos presentada a través de una sección denominada Alertas, con artículos que comienzan advirtiendo de la existencia de un bulo o una información falsa, parcial o imprecisa y de las consecuencias que aceptarlo como verdadero o fiable puede tener sobre nuestra salud; y que aprovechan la identificación de las mentiras, incorrecciones y errores, para divulgar el conocimiento científico relacionado.

VERIFICADORES Y CIENCIA

La alfabetización mediática y la comunicación clara se suman a las fuentes confiables como antídotos contra la desinformación. Ambos se desarrollan profesionalmente y en un grado alto en medios de verificación como los españoles que se integran en la International Fact-Checking Network (IFCN): EFE Verifica, Maldita.es., Verificat y Newtral.

Portada de Maldita Ciencia con dos artículos sobre cambio climático y vacunas

En todos estos medios, que se despliegan bajo distintos modelos (Castellet et al., 2023), se produce una información caracterizada, no solo por partir de un contraste de datos y fuentes expertas, sino por presentarse con una intencionalidad didáctica y crítica y por explicarse con técnicas expresivas ligadas a la divulgación, identificando la utilidad social de la actividad científica, explicando los conceptos claves del conocimiento relacionado y utilizando un lenguaje comprensible y recursos expresivos atractivos.

Portada del Episodio del podcast ConCheck de Efe Verifica, dedicado al negacionismo climático

Es especialmente interesante el hecho de la prioridad que otorgan a temas científicos en su agenda: bien creando una plataforma específica (como Maldita Ciencia); bien destacando una categoría de contenidos (EFE Verifica, Newtral) o incluyéndola como una de las cuatro áreas estructurales de verificación (Verificat).  

Portada de la categoría de Ciencia de Newtral

Por lo observado en estos contenidos y en la forma de abordarlos, podemos deducir que verificar ciencia es divulgar ciencia. A la desinformación se opone el rigor de la contextualización verdadera y la exposición de los conocimientos sistematizados, metódicos, comprobables, demostrables. A la ‘misinformación’ se la combate con la claridad explicativa de las conexiones y relaciones fundamentadas y de la información clara y no confusa.

De manera que cuando tengamos la oportunidad de poner el conocimiento y los frutos de nuestra labor investigadora a disposición de estos medios y tareas de verificación, no debemos desaprovecharla: porque estaremos siendo útiles y eficientes para la sociedad en la que vivimos, pero también para la ciencia por la que trabajamos..

REFERENCIAS

Calvo Hernando, Manuel (1997): Manual de Periodismo Científico. Barcelona: Bosch

Castellet, Andreu; Varona, David; Álvarez García, Sergio (2023) Verificadores en España: una visión de su lógica de negocio. Espejo de Monografías, núm. 13. https://doi.org/10.52495/c6.emcs.13.p99

FECYT (2018): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. https://www.fecyt.es/sites/default/files/users/user378/percepcion_social_de_la_ciencia_y_la_tecnologia_2018_completo.pdf

FECYT (2022): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. https://www.fecyt.es/sites/default/files/users/user378/percepcion_social_de_la_ciencia_y_la_tecnologia_2020_informe_completo_2.pdf

FECYT (2022b): Desinformación Científica en España. Informe de resultados. https://doi.org/10.58121/72G3-SF74

FECYT (2023): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España 2022. https://doi.org/10.58121/msx6-zd63

Reuters Institute (2021). Digital News Report 2021. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2021-06/Digital_News_Report_2021_FINAL.pdf

Reuters Institute (2022). Digital News Report 2022. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2022-06/Digital_News-Report_2022.pdf

Wardle, C.; Derakhshan, H. (2017): Information disorder: Toward an interdisciplinary framework for research and policymaking. Estrasburgo: Consejo de Europa. https://rm.coe.int/information-disorder-toward-an-interdisciplinary-framework-for-researc/168076277c

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Las redes sociales pueden potenciar el reciclaje de biorresiduos

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