Voces: Fernando T. Maestre Gil
Profesor titular del Departamento de Biología y Geología, Física y Química Inorgánica de la URJC
Fernando T. Maestre es profesor titular del Departamento de Biología y Geología, Física y Química Inorgánica de la URJC y doctor en Biología por la Universidad de Alicante. Además, dirige el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la URJC. Ha impartido docencia en la URJC desde el año 2005 y ha realizado estancias de investigación en las universidades de Duke, Montana y Vermont (USA), en la Estación Experimental de Rothamsted (Reino Unido), en la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y en la Universidad del Oeste de Sídney (Australia). Ha participado en una treintena proyectos de investigación, siendo investigador principal en doce de los mismos. Entre ellos destacan sus proyectos “Biotic community attributes and ecosystem functioning: implications for predicting and mitigating global change impacts” y “Biological feedbacks and ecosystem resilience under global change: a new perspective on dryland desertification”, financiados por las prestigiosas convocatorias de Starting Grants y Consolidator Grants del European Research Council en 2009 y 2014, respectivamente. Además, ha sido galardonado con los Premios “Academia de Ciencias – Fundación Pascual en Ciencias de la Vida” a investigadores jóvenes, otorgado por la Real Academia de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales, “Miguel Catalán” para investigadores menores de 40 años, otorgado por la Comunidad de Madrid, “I Premio a la Excelencia Investigadora-Primer Premio en la modalidad de Ciencias”, otorgado por la URJC, y “Humboldt Research Award” concedido por la Fundación Alexander Von Humboldt de Alemania.
Conceptualización de la comunicación
Mario Rajas: En primer lugar, nos interesa conocer qué opina sobre el papel de la comunicación dentro de los planes de investigación competitivos. Las tres preguntas que podemos realizar son: ¿Cuál cree que es la función que cumple la comunicación en los proyectos de investigación? ¿Cree que se cumple esa función correctamente? ¿En qué medida considera que el diseño de las convocatorias de proyectos competitivos pone atención en la importancia o necesidad de la comunicación?
Fernando Maestre: Personalmente, en base a mi experiencia como investigador en proyectos competitivos, creo que la comunicación juega un papel muy importante porque nuestra investigación se financia fundamentalmente con fondos públicos, con los impuestos que pagamos todos. Por consiguiente, nos debemos a la sociedad, que al fin y al cabo es quien nos paga y que a la vez tiene un desconocimiento muy grande de los resultados de nuestras investigaciones.
Considero que es muy importante empezar a comunicar los resultados de nuestra investigación a un público no científico de una manera más efectiva de lo que hemos venido haciendo hasta ahora. La comunicación de la investigación que hacemos en mi grupo es una actividad muy importante para mí, por lo que intento mejorar esta actividad día a día.
Respecto a las otras preguntas que me hacías, nosotros intentamos mantener una comunicación lo más efectiva posible: tenemos blogs, cuenta de Facebook del grupo de investigación, Twitter, participamos en todo tipo de eventos de diseminación de la ciencia (bien nos apuntamos, bien nos invitan), como la Noche Europea de los Investigadores y el festival “Pint of Science”, impartimos conferencias en distintos ámbitos (colegios, institutos y universidad) y lo intentamos hacer de la mejor manera posible. Ahora bien, creo que no lo estamos haciendo todo lo bien que debiéramos ni yo ni la mayoría de mis compañeros, entre otras cosas porque no somos profesionales de la comunicación y no se nos ha enseñado cómo tenemos que hacerlo. En mi grupo la comunicación es algo muy importante, estoy plenamente convencido de ello y vamos aprendiendo sobre la marcha, pero es una tarea que debería profesionalizarse más.
En cuanto a la última pregunta que me hacías, claramente la comunicación no está bien reflejada en la gran mayoría de convocatorias de proyectos de investigación. Es como una pequeña adenda que ponen los investigadores porque queda bien pero no es un requisito que creo tenga un papel importante a la hora de determinar el resultado de una evaluación. Todos los proyectos tienen un plan de diseminación científica, algo que se valora muchísimo y que así tiene que ser porque somos investigadores y hacemos ciencia. La diseminación de nuestros resultados en el ámbito científico es fundamental, pero hasta ahora apenas se ha valorado la diseminación de estos resultados más allá de este ámbito.
Foto: Juan Romero-Luis.
Planificación de la comunicación
M.R.: Habitualmente, un proceso de comunicación eficaz y eficiente comprende un conjunto de fases que son necesarias para alcanzar los objetivos que se fijan en el mismo: desde la fase de planificación hasta la de evaluación, pasando por la de desarrollo y difusión.
Comenzando por la planificación en la fase de elaboración de proyecto: ¿Qué importancia cree que tiene una planificación adecuada de la comunicación, formación, divulgación y diseminación científica? ¿Cree que los planes de comunicación que incorporan las propuestas de los proyectos están bien diseñados y cumplen los objetivos definidos en el marco global de RRI (investigación e innovación responsable)?
En este sentido, ¿cree que esta planificación contempla las distintas acciones de diseminación, divulgación, formación y comunicación de la transferencia? Por último, ¿cree que esa planificación contempla todos los grupos de destinatarios de los resultados de investigación de un proyecto?
F.M.: Básicamente, y por ser conciso en este grupo de preguntas, mi experiencia es que no estamos haciendo una comunicación muy planificada, y en buena medida eso se debe a la falta de profesionalización. Hasta ahora no estamos incluyendo expertos, profesionales de la comunicación, periodistas y divulgadores en nuestros proyectos y, por consiguiente, la planificación que hacemos de la comunicación es sobre la marcha. Yo cuando he diseñado mis proyectos hasta ahora no lo he hecho pensando en cómo voy a comunicar los resultados más allá de la comunidad científica, por consiguiente no he establecido un plan claro de comunicación y diseminación entre un público no científico del conocimiento que generamos. Esta planificación es algo que vamos haciendo a posteriori conforme vamos generando resultados más o menos de interés para la sociedad o para destinatarios que no sean estrictamente mis colegas científicos. Esto es algo que debería cambiar, no sólo porque la sociedad lo demande, que en parte es así, sino también porque está siendo cada vez más importante para las entidades e instituciones que nos financian, como la Unión Europea, el Ministerio de Economía y Competitividad o muchas fundaciones, que tienen mucho interés en que los resultados de la investigación lleguen al mayor número de personas posibles.
Mi experiencia es que no estamos haciendo una comunicación muy planificada, y en buena medida eso se debe a la falta de profesionalización
Mi madre no se va a leer los artículos científicos que yo escribo pero sí se puede leer una noticia en un periódico o un artículo de un blog, o sí que puede escuchar una intervención en la radio, por ejemplo. Si este tipo de acciones las realizamos de forma efectiva y de una manera más profesional de la que la hemos venido realizando hasta ahora vamos a conseguir que los resultados de nuestra investigación lleguen a mucha más gente y, por ende, que se valore más el trabajo que hacemos. En todas las encuestas los ciudadanos hablan de la importancia de la ciencia y de los científicos pero a la hora de la verdad nadie sabe muy bien lo que estamos haciendo. Muy poca gente conoce el tipo de investigación que hacemos nosotros, por ejemplo, y es por ello que tenemos que mejorar cómo comunicamos los resultados de nuestro trabajo. Del mismo modo que nosotros planificamos muy bien las tareas científicas e investigadoras de nuestros proyectos también tenemos que planificar desde el principio la comunicación de sus resultados para que ésta sea lo más efectiva posible. Desde mi punto de vista ello pasa inevitablemente por una mayor profesionalización y la incorporación de profesionales de la comunicación en nuestros equipos de trabajo o por tener la posibilidad al menos de contar con ellos en algún momento del desarrollo del proyecto.
Foto: Juan Romero-Luis.
Desarrollo y difusión de las acciones
M.R.: En relación al desarrollo de la comunicación y al proceso de difusión. ¿Consideras que las acciones de comunicación que se desarrollan en los planes utilizan eficazmente los recursos y canales actualmente disponibles? ¿Qué acciones cree que están desarrollando mejor los proyectos de investigación? ¿Cuáles cree que podrían o deberían mejorarse?
F.M.: En buena medida los investigadores “hemos abrazado” las nuevas tecnologías de la comunicación e información. Yo por ejemplo soy un usuario activo en Twitter y tengo muchísimos colegas muy activos en esta red social. Herramientas como las redes sociales son muy eficaces y cada vez más son utilizadas. Ahora bien, yo no soy un experto en redes sociales y creo que no estoy utilizando toda su potencialidad, algo que también le ocurre a muchos de mis colegas.
Aunque vamos aprendiendo sobre la marcha, creo que sería necesario una mayor formación y profesionalización. No quiero ser repetitivo, pero como yo no puedo saber de todo ni pretender hacerlo y mi tiempo es cada vez más limitado, no puedo aspirar a encargarme yo de toda la parte de comunicación. Es algo que debemos de delegar en gente que sea experta en esta tarea.
Creo que se están aprovechando bien las herramientas disponibles, pero también que se podrían aprovechar mucho mejor. Yo por ejemplo no les puedo sacar todo el partido, no solo a las redes sociales sino a otras herramientas como el vídeo, por falta de tiempo. Creo que el vídeo es una herramienta valiosísima que está cobrando mucho auge a la hora de divulgar los resultados científicos entre el público en general.
Foto: Juan Romero-Luis.
Evaluación
M.R.: Por último, en el bloque de evaluación. ¿En qué medida considera que se mide, por parte de los evaluadores de los proyectos, el alcance o el resultado de esas acciones de comunicación, diseminación y divulgación? ¿Qué importancia tiene en el peso del proyecto cuando se evalúa? ¿Hay unas métricas con las que se trabaja o es algo más genérico?
F.M.: En la actualidad no se está evaluando correctamente, mejor dicho, no se evalúa. Cuando tienes que hacer un informe final no se pide que incluyas las acciones de comunicación (no científica) en la mayoría de proyectos. Hay algunos proyectos particulares, como las acciones Marie Curie, en los que las acciones de difusión son muy importantes, pero en el grueso de proyectos, por ejemplo, en España los proyectos del Plan Nacional de I+D o en proyectos europeos o incluso en proyectos del Consejo Europeo de Investigación como los que he tenido la fortuna de dirigir, los informes son estrictamente científicos. En ellos das cuenta de los resultados de tu investigación, no de las actividades de diseminación más allá del ámbito estrictamente científico.
Por consiguiente, a día de hoy no se está evaluando la comunicación. Ya no digo mejor o peor, simplemente no se evalúa. Es como una adenda que algunos investigadores añaden para decir “además de la parte científica hemos hecho un esfuerzo adicional para divulgarlo”.
En la actualidad no se está evaluando correctamente, mejor dicho, no se evalúa. Cuando tienes que hacer un informe final no se pide que incluyas las acciones de comunicación (no científica) en la mayoría de proyectos
En cuanto a la medición, hay iniciativas muy interesantes. No sé cuántas de las personas que vean la entrevista o que la lean están familiarizados con los indicadores alternativos o “Altmetrics”. Los científicos estamos sometidos a una evaluación constante y hay muchos indicadores que se utilizan para ello: el índice de impacto de las revistas en las que publicamos, el número de citas de nuestros artículos, el número de citas del investigador en su conjunto, etc. Ahora se están utilizando una serie de índices que yo creo que son muy interesantes, que lo que miden es el “impacto” de nuestras publicaciones científicas en las redes sociales, en blogs y webs de noticias, en páginas de Facebook, etc.
Como he dicho anteriormente, mucha gente que no se dedica a la ciencia no lee las publicaciones científicas pero sí están conectadas a internet y son activos en las redes sociales, y por ende pueden leer los resultados de esa investigación vía estos canales, que a día de hoy son accesibles para la mayoría de la población. Se han diseñado una serie de indicadores muy interesantes que yo creo que pueden complementar muy bien a los indicadores científicos y en mi opinión sería muy interesante que se incorporaran a las tareas de evaluación. La idea subyacente a estos indicadores es que si un artículo está generando “ruido” (p. ej. comentarios, debates y noticias) y la gente lo está compartiendo en internet, pues está teniendo un impacto más allá del ámbito científico.
En líneas generales, claramente creo que la evaluación de las actividades de comunicación es algo que tiene que mejorarse y que dichas actividades se tienen que tener en cuenta a la hora de redactar, ejecutar y evaluar los proyectos de investigación una vez concluidos.
Foto: Juan Romero-Luis.
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