Profesor Titular de la universidad Nacional Autónoma de México. Jefe del Departamento de Educación a Distancia de la Facultad de Artes y Diseño.

Doctor en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid (2015). Ha realizado estancias de investigación posdoctoral en la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la UNAM, además de estancias cortas en universidades de México, Cuba y Estados Unidos. Su trabajo se centra en los usos de los medios audiovisuales y las TIC como soporte para la gestión de proyectos culturales y educativos. Ha sido Coordinador de actividades cinematográficas en la Embajada de España en México; Coordinador de Casa Buñuel en México; Programador del Festival Internacional de Cine de Calanda; Curador de la exposición “Luis Buñuel: el ojo en la cerradura” en la Cineteca Nacional de México; Coordinador del proyecto editorial “Buñuel en México” para la Revista TURIA; entre otros. Actualmente es profesor del Laboratorio – Taller de Diseño en Medios Audiovisuales e Hipermedia y Jefe del área de Educación a Distancia (FAD en línea) de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

 

Conceptualización de la comunicación

José Luis Rubio-Tamayo: ¿Cuál cree que es la función que cumple la comunicación en los proyectos de investigación?

Mario Barro: En cualquier proyecto, no solo los de investigación, sino, también, proyectos educativos, culturales, o en los que haya que gestionar un grupo de interesados y una serie de objetivos, la comunicación juega un papel fundamental.

Un 90%-80% de mi tiempo se lo dedico a la comunicación, desde el inicio del proyecto hasta su cierre

Escuela de Periodismo y Comunicación de Unidad Editorial.

Foto: Juan Romero-Luis

J.L.R.T.: ¿Cree que se cumple actualmente esa función correctamente? 

M.B: Estamos ante una serie de herramientas digitales, que no existían hace 10, 15 o 20 años, que nos posibilitan que la función de estar en comunicación se cumpla: Dependerá ya del uso que cada equipo de investigación le de a esas herramientas. Pero yo sé, que, en mi caso personal, y en mi experiencia profesional, la integración de herramientas digitales, como las que ofrece Google, por citar un ejemplo, nos permite un trabajo colaborativo, en equipo, permanente. Integrando, lo que es el chat, el Hangout, la mensajería por correo electrónico, la mensajería directa, sincrónica o asincrónica, las videoconferencias, las reuniones de equipo, la publicación de entradas en blogs, en redes sociales. Entonces, yo pienso que sí se puede llegar a cumplir eficaz y eficientemente la comunicación, pero que dependerá del uso de cada quien.

J.L.R.T.: ¿En qué medida considera que el diseño de las convocatorias de proyectos competitivos pone atención en la importancia o necesidad de la comunicación?

M.B: Pues dependerá también de cada convocatoria. Aquí voy a quedar como muy relativista, pero sí hay convocatorias que abordan esa cuestión, como un eje sustancial de los resultados que esperan obtener, y entonces sí hacen énfasis en que debe haber una transferencia de conocimientos. Que debe de haber como resultados de la investigación, pues, aplicaciones, o productos de la investigación: como pueden ser artículos, libros, manuales, o cursos. En cambio, otras convocatorias lo pasan por alto. Yo considero que lo recomendable es la primera opción, que las convocatorias ya contengan esa especie de exigencia, en la cual, nosotros, como investigadores, o los equipos de investigación, pues nos veamos comprometidos a que haya una labor de comunicación posterior después del proyecto, es decir, de transferir los resultados a la comunidad científica, a nuestros pares, pero también a la sociedad.

Foto: Juan Romero-Luis.

Planificación de la comunicación

J.L.R.T.: ¿Qué importancia cree que tiene una planificación adecuada de la comunicación, formación, divulgación y diseminación científica?M.B.: En la fase de inicio de cualquier proyecto de investigación, lo primero en que hay que tener mucho cuidado es en identificar si realmente es una investigación pertinente. Es decir, que no sea el capricho de un investigador en su cubículo, que, porque se le antoja.
La investigación debe partir de unas necesidades o de unos problemas sociales, y, para eso, para detectar esas áreas de oportunidad, es muy importante la comunicación.

J.L.R.T.: ¿Cree que esta planificación contempla las distintas acciones de diseminación, divulgación, formación y comunicación de la transferencia?

M.B.: Hay proyectos que sí. Yo voy a hablar de los proyectos en los que yo he estado involucrado y, al menos, en el caso de mi universidad, en la Universidad Nacional Autónoma de México, cuando se nos brinda un financiamiento para un proyecto de investigación, nos vemos obligados y comprometidos, a devolverle, de algún modo, a la universidad, o a la sociedad, de manera de transferencia de conocimiento, el haber podido hacer la investigación competitiva, gracias al apoyo financiero de una beca, o de un apoyo de estos proyectos que existen allá, que son el PAPIT o el PAPIME. Y una de las cosas que hacemos habitualmente es, dar cursos, seminarios, o talleres. Después de haber terminado el proyecto, en esos cursos, o en esos talleres, ya estamos transfiriendo el conocimiento, comunicando lo que se ha obtenido y se ha aprendido nuevo, con ese proyecto. Pero también hacemos muchos recursos didácticos digitales a partir de los resultados de la investigación. Hacemos vídeos educativos, páginas web, páginas interactivas, o hacemos cursos a distancia, en los que se deja, se plasma, el esfuerzo y el resultado del trabajo. Y, además, quedan como para más interesados, para más gente, al quedarse ahí en unos repositorios digitales que tiene la universidad, la red universitaria de recursos abiertos educativos y digitales, pues pueden ser consultados en abierto universalmente por cualquier investigador o por cualquier persona interesada. Entonces, volviendo a lo que decía antes: yo puedo hablar por los casos que conozco, considero que se está haciendo una labor bastante adecuada.

Foto: Juan Romero-Luis.

J.L.R.T.: ¿Cree que esa planificación contempla todos los grupos de destinatarios de los resultados de investigación de un proyecto: investigadores especializados, sector empresarial, entidades y organizaciones del tercer sector, sector educativo, ciudadanía en general?

M.B.: Hay muchísimos destinatarios siempre implicados en un proyecto de investigación, y tenerlos contemplados a todos es muy complejo. Va a depender también del alcance del proyecto, va a depender del tamaño del grupo de investigación, para que esos resultados puedan llegar a tantísima gente interesada. En proyectos chiquitos, se tiende más a pensar en la comunicación entre pares, en la comunicación en congresos, en la comunicación científica. Pero, en proyectos grandes, en proyectos competitivos, creo que sí, que es imprescindible, que abarquen más interesados, que el alcance de la comunicación sea mayor, que podamos llegar a la sociedad, al sector empresarial, que podamos llegar, no solo a vernos el ombligo, como universidad. No esa comunicación endogámica y académica, sino, poder abarcar más. Y, repito, eso va a depender mucho del alcance y del tamaño del proyecto.

Desarrollo y difusión de las acciones

J.L.R.T.: ¿Considera que las acciones de comunicación que se desarrollan en los planes utilizan eficazmente los recursos y canales actualmente disponibles?

M.B.: Actualmente los recursos disponibles son cada vez más, cada vez más complejos, y se actualizan con mayor velocidad. Por lo tanto, estar haciendo un uso eficaz y eficiente de estos recursos no siempre es sencillo. Requiere de mucha autocapacitación, porque no siempre tenemos la oportunidad de que venga el desarrollador de la última herramienta que ha salido a darnos el conocimiento de cómo emplearla. Y es importante que seamos conscientes de debemos de estar todo el tiempo en permanente actualización y capacitación para poder integrar todas esas herramientas que son tan útiles y tan necesarias. Considero que hace falta que, dentro de un equipo, dentro de un grupo de investigación, haya personas dedicadas, exclusivamente, a esa tarea. Y esa persona, ese responsable de comunicación, pues tendría la obligación de estar integrando todas estas herramientas para darle el uso más eficaz y eficiente posibles.

Foto: Juan Romero-Luis.

J.L.R.T.: ¿Qué acciones cree que están desarrollando mejor los proyectos de investigación?

M.B.: A mí me da la impresión de que actualmente hemos avanzado mucho en la obtención de datos, con estas herramientas tan sofisticadas que tenemos al alcance de la mano gracias al desarrollo digital, es más sencillo, relativamente, sencillo, acceder a una gran cantidad de datos. Armar bases de datos con las que hacer proyectos de investigación, tanto cuantitativa como cualitativa, muy potentes. Entonces, creo que las universidades y los departamentos, se están convirtiendo en minas de datos. Esa es una tarea que se está haciendo correctamente, desde mi humilde opinión. Pero el uso y el manejo de esos datos, es, yo creo que el mayor desafío. Más que la obtención de datos, que creo que es una tarea que ya hemos logrado dominar, lo que más se necesita es el planteamiento de buenas preguntas de investigación, que es lo que nos hará avanzar, y lo que nos hará poder aplicar mejor esos datos que se están obteniendo.

J.L.R.T.: ¿Cuáles cree que podrían o deberían mejorarse?

M.B.: El abrir nuevas líneas de investigación. El hacernos nuevas preguntas, o preguntas de investigación más complejas. El integrar, a lo mejor, investigadores de otros campos, de otros departamentos, la investigación transdisciplinar, creo que son acciones que son muy necesarias hoy día. Y que a lo mejor estamos un poquito rezagados por eso, esta herencia que a veces lastra la universidad, desde un punto de vista muy endogámico, de no salirme de mi área de confort, de mi nicho de conocimiento. Y poder crear equipos en que trabajen los ingenieros con los artistas y con los sociólogos, en proyectos compartidos.

Evaluación

J.L.R.T.: ¿Qué importancia le otorga, dentro del conjunto del proyecto, a la medición de la eficacia y eficiencia de las diferentes acciones de comunicación, diseminación, y de divulgación formativa?

M.B.: Para que un proyecto de investigación sea un buen proyecto, se requiere estar controlando la calidad de todas las fases y todas las áreas de conocimiento que integran el proyecto. La comunicación es un área de conocimiento, una de las más importantes. Entonces, el control de la calidad de la comunicación tiene que estar presente desde el inicio, desde la planeación. Cómo vamos a controlar que es eficiente, eficaz, es algo que se tiene que pensar desde el día uno. Y, lo que mencioné: una persona encargada, responsable, de evaluar, y de medir, el fruto de esa comunicación. Eso, creo que es algo que muchas veces se pasa por alto, pero que hay que hacer mucho hincapié en la importancia que tiene. Y. lógicamente, eso conlleva elaborar una serie de herramientas o instrumentos para ir midiendo esa calidad de comunicación.

J.L.R.T.: ¿Cree que actualmente se está haciendo de la forma adecuada?

M.B.: Existen una serie de buenas prácticas asociadas a la administración o desarrollo de proyectos de investigación que implican todo esto que hemos abordado aquí: el planificar, el ejecutar, y, al mismo tiempo que estamos controlando, ir midiendo. Y creo que, aquellos grupos de investigación que sí siguen esas buenas prácticas, están llevando a cabo, correctamente, y desde mi punto de vista esto que usted me pregunta. En cambio, otros grupos de investigación, a lo mejor más ¿cómo decirlo? jóvenes, principiantes, o que están debutando en el campo de la investigación puede que pasen por alto esto. Y mi recomendación es que no lo hagan, que se concentren en todas las áreas de conocimiento que implica realizar un proyecto. Todas son importantes, pero la comunicación tiene un papel muy relevante, porque, desde el momento en que estamos presentándonos a una convocatoria, estamos presentando un proyecto en busca de un financiamiento, desde cómo redactamos el protocolo, ya estamos haciendo uso de comunicación. Entonces, es necesario hacer una autocrítica de aquellos grupos de investigación que hasta la fecha no la hayan hecho para introducir mejoras, e introducir buenas prácticas en el diseño, y en la planificación de un plan de comunicación, o una estrategia de comunicación dentro de un proyecto.

J.L.R.T.:  En caso negativo, ¿cómo cree que debería realizarse?

M.B.: Pues primero, podemos partir de la conceptualización y definición de qué se entiende por eficacia y por eficiencia. Eficacia, yo la entiendo como cumplir con el alcance previsto: se planificó esto, y hemos llegado exactamente a esto: hemos sido eficaces. Y eficiencia es hacerlo de una manera en donde los recursos empleados para alcanzar el alcance se han optimizado al máximo: es decir, hacerlo en poco tiempo, gastando poco dinero, y, a lo mejor, empleando menos restricciones de personal o todo ese tipo de elementos necesarios, para hacerlo de una manera eficiente, sin derroche, sin despilfarro, y sin perder el tiempo. Entonces ¿cómo hacerlo eficaz y eficientemente? Pues, primero, sabiendo a dónde queremos llegar, para tener bien definido el alcance, tener claro cuales son los objetivos del proyecto, tener claro cuales son las metas, cuales son los hitos que hay que ir alcanzando. Y ¿cómo hacerlo eficientemente? Pues, diseñando las herramientas específicas que consigan, de la manera más concreta, sin emplear más de lo necesario, las metas, los resultados, y los objetivos específicos. Que permitan lograr el alcance del proyecto, que permitan lograr el objetivo final del proyecto.