Formas de empezar el relato

Los youtubers científicos son plenamente conscientes de una realidad: gran parte del éxito de cada producción audiovisual que lanzan a la red depende de cómo percibe el espectador los primeros segundos del vídeo. Por ello, la forma de arrancar, de introducir, de empezar el relato, resulta fundamental para lograr que un vídeo sea reproducido de principio a fin. Si en cualquier obra audiovisual el comienzo es un momento muy importante –recordemos las escenas iniciales o los títulos de crédito en el cine y las cabeceras, teasers o cold openings en las series de televisión–, en el caso de los vídeos difundidos a través de plataformas en streaming ese primer instante, ese primer impacto, resulta sencillamente crucial, determinante, en muchas ocasiones, decisivo. Una pieza subida a YouTube siempre se encuentra amenazada por una posible deserción rápida del público en aras de centenares de estímulos audiovisuales con los que comparte ecosistema y recursos. Si lo que bien empieza, bien acaba…

¿Habrá mejor forma para que el espectador se mantenga pegado a la pantalla que comenzando con una intro sugestiva y prometedora?

Técnicas narrativas para iniciar una pieza de divulgación científica

En ese sentido, en los vídeos científicos se han ido desplegando y perfeccionando una serie de técnicas o procedimientos narrativos que se emplean recurrentemente para iniciar o introducir una pieza de divulgación o de diseminación científica.

El objetivo general de estas eficaces fórmulas de comienzo es captar la atención del espectador, conseguir generarle curiosidad, alentar sus expectativas e intereses, incentivar sus ganas de conocer o aprender y demostrarle, en la menor cantidad de tiempo posible, que va a disfrutar de un material de calidad, que va a invertir provechosamente los siguientes minutos de su tiempo.

Enunciado a la inversa: estas maneras de comenzar un vídeo sirven para decirle al usuario de YouTube –que dispone de miles de propuestas similares que compiten igualmente por su atención– que el contenido siguiente va a aportarle valor, que los creadores del vídeo manejan con soltura los códigos y lenguajes audiovisuales que son tendencia en la comunicación digital actual, en definitiva, que aseguran que no van a divagar o andarse por las ramas y van a ofrecer al usuario un contenido de calidad en el que cada decisión creativa está debidamente pensada y justificada.

De este modo, por ejemplo, los youtubers científicos tienen claro que deben introducir una escena anterior a la cabecera que utilice alguna de las técnicas que van a enumerarse a continuación. Así, una vez se ha conseguido captar el interés de la audiencia con esa breve introducción, solo hay que añadir a renglón seguido la secuencia gráfica de títulos que sirve de identidad visual o de imagen de marca a la serie o canal y dar comienzo al contenido propiamente dicho.

Así que, sin más preámbulos, ¿cómo empezamos un vídeo científico para conseguir establecer una rápida conexión entre profesores, alumnos, investigadores, divulgadores e interesados en la ciencia en general? Veremos ahora cuatro técnicas fundamentales y en el siguiente artículo del blog completaremos la exposición de este recurso narrativo con otras cuatro propuestas y sus correspondientes ejemplos.

La interrogación es uno de los métodos más eficaces y habituales para iniciar un vídeo. Fijémonos en la prensa digital actual: los titulares –antes, de forma mayoritaria, redactados con enunciados afirmativos– se han llenado de signos de interrogación. Esta técnica consigue interpelar directamente al espectador del vídeo científico porque le reclama, de forma explícita y perentoria, que se aventure a dar respuesta a esa cuestión. ¿Y cómo puede conseguir el usuario cumplir ese objetivo? ¡Quedándose a ver el vídeo!

En la enumeración, además de guiar al espectador en ese trayecto al conocimiento, estructurando, segmentando o compartimentando las diversas partes o bloques, le indica al usuario si la pieza va a poder responder específicamente a cuestiones concretas o le invita a ir descubriendo, uno a uno, todos los elementos de la serie.

Iniciar un vídeo con está formula dramática, historia, aporta además, otras  ventajas: por un lado, sirve, inductiva o deductivamente, de ejemplo para ilustrar el tema tratado; por otro, permite introducir un catálogo muy amplio de estrategias de storytelling empleadas en cine o televisión para contar historias a través de imágenes y sonidos. Así, pueden incorporarse flashbacks, montajes paralelos o cualquier otro recurso para desplegar una narración que sirva de detonante al vídeo.

En la conversación, se trata de interpelar al espectador o de responder a una demanda específica que le suscita el diálogo permanente que mantiene con ellos en YouTube, Twitter o Instagram. Los youtubers ponen de relieve así dos cuestiones muy relevantes: en primer lugar, que tienen muy presentes las opiniones, reacciones, preferencias y necesidades de su público para dar sentido a su continuada e ingente producción audiovisual y, en segundo término, que su forma de comunicarse con sus suscriptores o seguidores no es unidireccional, sino que, gracias a las tecnologías actuales, pueden establecer una diálogo abierto con el espectador y dar respuesta a sus inquietudes y demandas.

Una pregunta. Una enumeración. Una historia. Una conversación. Cuatro formas garantizadas para empezar con fuerza un vídeo científico. ¿Qué otras cuatro posibilidades nos quedan por conocer? ¿Cómo podemos combinar las ocho técnicas para lograr una introducción potente, eficaz y atractiva? ¿También se pueden emplear para finalizar un vídeo? Todas las respuestas… próximamente en el blog de Ciberimaginario

¡Continuará!