Dando luz a las nuevas tarifas de luz

En pleno debate sobre el precio de la luz, examinamos cómo se está comunicando el nuevo modelo de tarifas. ¿Se están comprendiendo las razones del cambio?

Daniel Wuebben Portrait

por Daniel Lewis Wuebben | Ago 29, 2021

A medida que el calor del verano se ha ido intensificando, también lo ha hecho el debate sobre las nuevas tarifas eléctricas, que no han parado de crecer día tras día. Y, desde luego, no han faltado razones para ello. En parte, porque la comunicación que se ha hecho, no ha ayudado a comprender las razones profundas del cambio. 

Una tarifa que no para de crecer

El 1 de junio, el mercado regulado de electricidad PVPC de España pasó a tener una tarifa horaria de tres niveles, con precios baratos para la noche y los fines de semana (hora valle), y alternancia entre precios medios (hora llano) y precios altos (hora punta) durante los días de la semana.

El cambio se ha diseñado para fomentar el ahorro energético, distribuir las horas de consumo (es decir, el desplazamiento de la carga) y promover nuevas tecnologías como el autoconsumo fotovoltaico y los vehículos eléctricos. En conjunto, las nuevas tarifas pretenden facilitar la transición de España hacia las fuentes de energía renovables y sin emisiones de carbono y el compromiso de la UE de proporcionar acceso a una energía limpia y asequible. 

Sin embargo, la puesta en marcha de la nueva tarifa de luz ha sido realmente decepcionante. En los días previos a la entrada en vigor de las nuevas tarifas, grupos de consumidores españoles como OCU advirtieron de que las compañías eléctricas del sistema de mercado libre iban a subir sus precios hasta un 27%.  FACUA-Consumidores en Acción también arremetió contra los cambios nada más entrar en vigor, estimando que la factura del consumidor medio en junio podría ser de 87,43 euros al mes, un 44,4% más con respecto a junio de 2020 (FACUA). A primeros de julio, FACUA publicó un ‘Manifiesto contra el tarifazo eléctrico’ y convocó protestas en las calles.    

En respuesta a estas preocupaciones, el Gobierno español ordenó una investigación sobre las fluctuaciones de precios en el mercado mayorista y bajó los impuestos de las tarifas eléctricas, para la mayoría de los hogares, del 21% al 10% para lo que queda de 2021. Sin embargo, estos pequeños ajustes no repararán rápidamente el daño causado por el confuso despliegue y la llamada “Guerra de tarifas. 

Un reto también de comunicación

Pero esta  no es solo una pelea de mercados, tecnología, y políticos, es también un reto de comunicación. En una reciente mesa redonda sobre las tarifas, Alba de Campo, de la oficina de Transición Energética del Ayuntamiento de Cádiz, explicaba por qué quienes iniciaron este plan, que lo gestaron como una acción  beneficiosa, están perdiendo esta guerra. Explicó:

“No se ha hecho ningún tipo de proceso de información, pedagogía y diálogo social, así que es campo abonado para que te lleguen todo tipo de mensajes.” 

El contexto de este discurso es también importante. Después de un año de complejos mensajes sobre la propagación del COVID y las relaciones entre las tasas de transmisión, los recuentos de casos, los confinamientos, las máscaras, el distanciamiento social y las vacunas, un cambio tan abrupto del sistema de tarificación eléctrica no ha sido fácil de explicar a la ciudadanía.   

La comunicación es un reto, pero no se puede abandonar.  

Una encuesta reciente sugiere que un “70% considera que las nuevas tarifas no sirven para reducir el impacto ambiental,” y el “65% no cree que el sistema sea más justo o haya sido diseñado para ayudarles a aumentar el ahorro.” Y además, las compañías parecen estar aprovechando la confusión que rodea a las tarifas para ofrecer tarifas fijas más fáciles de entender para los clientes, pero que les obligarán a pagar más.  Como explica el Periódico de Energía, los que piensan “esto es muy complicado y paso de aprender” están tirando dinero y pagando más porque “las eléctricas juegan con ese pensamiento y se aprovechan para colocar sus productos a discreción.” 

Por otro lado, no está claro cómo repercutirá la inestabilidad en las facturas de la electricidad y qué otros ajustes políticos deben hacerse. Sin embargo, las nuevas tarifas y los costes asociados requieren un esfuerzo de comunicación más sólido, claro y preciso.

Como parte de esta campaña, este post analiza algunos de los métodos visuales utilizados para presentar el nuevo sistema tarifario.

Paisaje energético

El nuevo sistema utiliza tarifas por tiempo de uso determinadas con un día de antelación y diseñadas para suavizar los picos diurnos de la demanda de electricidad con el suministro disponible. Las diferencias entre la demanda típica de los clientes y el suministro proporcionado por las energías renovables son especialmente importantes.

Las energías renovables, como la eólica y la solar, suelen seguir la curva del pato. En los dos últimos años, un fuerte aumento de la solar energía en el mercado español ha contribuido a crear esta forma de pato en los fines de semana, cuando la energía solar representa una mayor parte de la cartera energética total. A medida que se despliegue más energía solar es probable que estas mismas fluctuaciones en forma de pato sean las que aparezcan durante la semana.  

Demanda REE

Demanda energética total (18 de julio de 2021). Fuente: REE

Para ayudar a suavizar estas curvas y facilitar una mayor penetración de las renovables en España, la CNMC ha dividido los precios al consumo en tres bloques distintos: hora valle, hora llano y hora punta.

  • Hora valle es el periodo más barato. Este tramo se comprende entre las 00:00 y las 8:00 durante la semana, donde hay menos demanda, así como durante las 24 horas del fin de semana.
  • Hora Llano es la tarifa de precio medio. Su tramo corresponde a tres períodos distintos, 2 horas por la mañana -entre las 8:00 y las 10:00-, 4 horas por la tarde -entre las 14:00 y las 18:00-, y 2 horas por la noche -entre las 22:00 y las 00:00-.
  • Hora Punta. La franja con mayor coste. Su horario se comprende desde las 10:00 hasta las 14:00 y entre las 18:00 y las 22:00.

Es posible que muchos consumidores no estén interesados en las formas en que interactúan la oferta y la demanda de energía renovable y las diferentes señales de precios. No es fácil entender la finalidad de las nuevas tarifas ni recordar los bloques de tiempo a los que se refiere cada una de ellas.   

Los tres bloques duran 8 horas de cada 24, pero solo la Hora Valle los sigue consecutivamente, mientras que el llano (2 horas, 4 horas y 2 horas) y la punta se intercambian. Este cambio de ida y vuelta entre llano y punta parece hacer que los precios suban y bajen de forma desarticulada y entrecortada. Más que una “curva,” los receptores de estos mensajes podrían ver una carrera de obstáculos, con dos grandes e imponentes bloques de “punta” en el camino de su día laboral. Las horas punta no son pequeños picos, sino que se prolongan durante cuatro horas en momentos en los que los consumidores suelen estar ocupados con el trabajo, las tareas domésticas, como la cocina y la limpieza o, en los meses de verano, utilizando el aire acondicionado para escapar de las altas temperaturas que, con el cambio climático, son cada vez más frecuentes.

En lugar de percibir que el objetivo es lograr un equilibrio razonable entre su actividad diaria, la producción de energía, y la sostenibilidad del sistema eléctrico y el medio ambiente, muchas personas están simplemente viendo costes y prohibición detrás del “rojo” de los gráficos.

Precios de la electricidad de Lunes a Viernes

Fuente: Gestión familiar. Fundación Isadora Duncan.

Gráfico de las tarifas reguladas

Fuente: ABC Economía.

En la encrucijada: ¿Parar o ir? ¿Sí o no? ¿Rápido o limpio? 

En los últimos dos meses, nos hemos acostumbrado a leer a diario titulares sobre el precio de la luz “batiendo precios históricos” (v.g. El País, Cinco días) lo que ha causado una importante alarma ciudadana. Esta ansiedad general se ha visto alimentada, además, por algunas de las formas en que se han comunicado  las nuevas tarifas.

Por ejemplo, una de las infografías más populares creada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para informar sobre el cambio de tarifas utiliza la metáfora de las “señales de tráfico” afirmando que “te será más fácil” ahorrar con el nuevo sistema.

Para la mayoría de nosotros la representación gráfica es fácil de entender. Tanto las luces del semáforo (rojas, amarillas y verdes) como la posición de los pulgares (arriba y abajo) nos permiten comprender cuándo es más o menos caro.  Sin embargo, la experiencia que tenemos es que dentro de nuestras casas, la electricidad no se apaga ni se detiene a la hora punta.

Dado que la electricidad es más cara en esos tramos, deberíamos intentar utilizar los aparatos de mayor consumo fuera de esas horas si es posible. Pero la estricta exigencia del Stop presenta un refuerzo negativo y muchos usuarios actuarán motivados solo para evitar pagar precios dolorosamente altos y no tanto en ajustar realmente su comportamiento de consumo para obtener más ahorros.

Además, en un cruce, los semáforos son fundamentales a la hora de circular con otros conductores, peatones, y ciclistas. Sin embargo, no podemos ver a nadie más en la red eléctrica cuando estamos dentro de nuestras casas. Si paro en un semáforo o cedo el paso en la calle, veo a otros usuarios que aprovechan para cruzar, ¿pero quién se aprovecha de que yo no use la luz en casa a determinadas horas?  Siguiendo esta analogía, utilizar la electricidad en nuestros hogares es como conducir por una carretera en la que nunca se ha visto pasar a otro vehículo. Inmediatamente, todos los semáforos de esta carretera de la luz en casa nos parecerán una carga innecesaria.

Infografía semáforo

Para mostrar de forma más eficaz  la información sobre los tres tramos, la CNMC ha utilizado uno de los electrodomésticos que más energía consumen en nuestros hogares: la lavadora.  En esta infografía, los colores de cada lavadora y los textos asociados nos permiten comprender rápidamente cómo los diferentes tramos afectan al precio de consumo. Aunque la lavadora roja sigue avisando del tramo punta, parece menos agresiva que el semáforo y es más fácil comprender la diferencia entre tramos.

Dado que una de las principales razones del nuevo sistema tarifario es ajustar los hábitos de consumo, esta infografía muestra al ciudadano un claro ejemplo de cómo hacerlo. Retrasar el uso de la lavadora a los fines de semana o programarla para que funcione durante la noche puede tener un gran impacto en el uso de la energía y en el ahorro energético. 

Fuente: La Moncloa

Infografía lavadora

Fuente: CNMC

Otro ejemplo similar es esta infografía creada por el Confidencial que muestra cuáles son los costes de uso de los electrodomésticos durante cada uno de los diferentes tramos. Por ejemplo, el coste de poner una lavadora entre hora valle y hora punta es casi la mitad, entre de 22 y 48 céntimos.

El coste de poner electrodomésticos con la nueva factura

Necesitamos más y mejor alfabetización energética

Numerosos estudios han demostrado que tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos la “alfabetización energética” y la concienciación de los encuestados son escasas.

La mayoría de los consumidores desconocen sus costes mensuales o incluso cómo leer sus facturas de electricidad. En España solo un 25% de los consumidores conoce la diferencia entre el mercado libre y el regulado, y una reciente encuesta de la empresa emergente Bulb indica que

“el 87% de la población consumidora de energía afirma no haber sido informada por su compañía eléctrica de este cambio ni de cómo le afectará.”

Una investigación reciente de Reis et al (2021) sobre alfabetización energética y tarifas diferenciadas en el tiempo reveló que más de dos tercios de los encuestados (68%) prefirieron gráficos de barras frente a los gráficos circulares o de reloj.

Sin embargo, incluso con ambos tipos de visualizaciones, solo el 27% respondió correctamente a las preguntas correspondientes relacionadas con el cálculo de costos asociados con diferentes tarifas.

Aumentar los conocimientos energéticos es crítico

En los próximos meses continuaremos insertos en este discurso sobre el coste de la electricidad y formaremos parte de él, así que proponemos cuatro medidas que creemos que pueden ayudar a un debate más reflexivo y crítico:

  • Crear y distribuir guías rápidas de leer y sencillas de usar, como imanes que podamos poner en la nevera o en la lavadora para recordar los diferentes tramos.
  • Elaborar comparaciones de las facturas de antes y después del cambio para hogares de distinto tamaño y distribuirlas mediante breves informaciones, vídeos cortos e infografías distribuidos masivamente en páginas web y redes sociales.
  • Mostrar el beneficio del cambio a medio y largo plazo, explicando por qué las tarifas por tiempo de uso ayudarán a aumentar la penetración de las energías renovables.
  •  Realizar convocatorias y reuniones que impulsen la nueva “Energía Comunitaria” mediante un diálogo con nuestros vecinos sobre los costes de la electricidad y lo que significa unirse a una cooperativa o invertir en un sistema de autoconsumo de propiedad colectiva.

No olvidemos que el reto es nuestro, y debemos tomar parte en él.

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