El consumo de cibersexo arroja unas cifras que aumentan año tras año, y despierta mayor preocupación cuando los receptores son los jóvenes e incluso niños. El fenómeno pluridimensional abarca aspectos biológicos, psicosociales, conductuales, clínicos, de comunicación, morales y culturales. La intervención puede ser una herramienta útil para concienciar a jóvenes, familiares y educadores sobre la adicción al consumo de material pornográfico. El objetivo es evitar la adicción a edad temprana.
La palabra pornografía tiene su origen en el término “pôrné” cuyo significado es prostituta y “graphin” grabar. Es a partir de 1800 cuando se comienza a utilizar con el significado que conocemos en la actualidad. Uno de los hitos que cambió y aumentó su consumo fue la aparición de la fotografía. Hoy la pornografía está directamente asociada a la sexualidad humana, hasta el punto de sustituir a la educación sexual entre los jóvenes.
El acceso a los contenidos pornográficos es accesible, asequible, anónimo, aceptado y agresivo.
La pornografía se ha convertido en un gran negocio. La empresa de pornografía MindGeek es líder en el mercado, facturando nada menos que 460 millones de dólares anuales. Se estima que existen más de 80.000 sitios con contenidos pornográficos en la red, lo que suponen un posible negocio de 1.140 millones de euros. El fácil acceso a través de la tecnología ha influido en la difusión de contenidos.
Según un estudio de Save the children, los adolescentes ven pornografía por primera vez a los 12 años y, 7 de cada 10 la consumen de forma frecuente.
Las razones del consumo de pornografía pueden ser variadas. Se discuten, entre otras, las siguientes: activa el sistema de recompensa biológico, onanismo, responder a la curiosidad, aprender sobre sexo, conformidad con el grupo de amigos y fantasear.
¿Por qué es tan adictiva la pornografía? El funcionamiento del cerebro es similar al del consumo de drogas. Se satura con químicos de placer como dopamina, serotonina, oxytocina y epinefrina. El cerebro cambia de estructura adecuándose a la liberación de los productos químicos, por último, aumenta la tolerancia y la dependencia de estos. Las etapas de la pornografía son las siguientes:
- Adicción. Deseo y necesidad de mirar imágenes pornográficas.
- Escalada. La necesidad de imágenes más explicitas y fuertes para conseguir el mismo efecto.
- Desensibilización. El material que al comienzo era sorprendente y tabú se considera normal.
- Actuar. Tendencia a imitar los comportamientos vistos.
Los mensajes que transmiten los contenidos pornográficos construyen relatos sobre una variedad temática muy amplia, tal es el caso de la separación entre sexualidad y afecto, el acceso a relaciones sin consentimiento, las mujeres sólo son proveedoras de placer, se generan grandes expectativas sexuales, el sexo y la violencia van asociados, promueve la sumisión y la obediencia y las conductas de riesgo no existen.
La intervención con jóvenes para mejorar su salud ya ha sido probada con resultados positivos. Un ejemplo sería la realizada en colegios de secundaria en Zaragoza para mejorar la higiene del sueño gracias al consumo responsable de los dispositivos electrónicos horas antes de dormir. En este momento se está desarrollando un plan de trabajo para investigar sobre las adicciones al cibersexo por parte de jóvenes, con el objetivo de desarrollar un protocolo de la intervención en colegios. En el futuro próximo, se pretende rebajar al máximo esta adicción.
Referencias
Save the children https://www.savethechildren.es/informe-desinformacion-sexual-pornografia-y-adolescencia
La sexta https://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/gonzo/radiografia-de-un-pornonativo-los-riesgos-de-educarte-en-sexualidad-desde-los-once-anos-a-base-de-pornografia-video_201812175c181f330cf226a6b6392798.html