La enseñanza superior debe participar de una dinámica activa, de la dialéctica entre el individuo y la sociedad, entre el docente y el alumnado, entre la impersonalidad y el acompañamiento. Este es el objetivo de este post, mostrar la importancia de la didáctica en el tratamiento de recursos tecnológicos en enseñanza universitaria presencial, no presencial o híbrida y el papel del docente en dicho proceso educativo.
ABSENTISMO UNIVERSITARIO
Un día cualquiera, a mitad de curso universitario, me encuentro con mi sobrino (un brillante alumno de ingeniería) que pasa corriendo a mi lado. Me saluda con un hola, Tía. Yo le doy un beso y le pregunto que dónde va, él me contesta que a la biblioteca a estudiar. Extrañada le pregunto (ya que su universidad no está en mi ciudad) que si tiene vacaciones. Sonríe y me dice que no tiene tiempo de ir a clase ya que le “rinde” mucho más estudiar con las explicaciones, ejemplos y vídeos que están por internet.
Algunos estudiantes deciden que van a clase según si se evalúa una actividad o si se trata de un “contenido interesante”. Tal vez durante la pandemia descubrieron que las clases pueden hacerse por Zoom y que si el profesor cuelga el material en el campus virtual es suficiente para aprobar. Durante el confinamiento, los docentes tuvieron que diseñar materiales nuevos, seleccionarlos, organizarlos, ponerlos a disposición de manera clara y comprensible. En muchos casos grabaron sus explicaciones para colgarlas en YouTube. Las clases magistrales quedaban a disposición de todos. Algunos estudiantes entendieron que no hacía falta el contacto con el profesor, o ir a clase, si existían estos materiales a los que se podía acceder. También existen, por supuesto, los trabajos en grupo: ¿pero para qué sirve la presencialidad si se pueden distribuir las tareas en un archivo compartido? Para eso no hace falta quedar en persona.
La cuestión del absentismo obliga a una reflexión, entre otras muchas. Por ejemplo, ¿cuáles son las actividades que propone el profesorado y qué interesa a los estudiantes? Parece que los estudios de casos prácticos, cuya discusión obliga a un intercambio de puntos de vista, no pueden hacerse tan fácilmente en diferido. La conversación presencial, las participaciones, los malentendidos, las interrupciones en las exposiciones forman parte de la experiencia de pensar juntos (Pagés, 2023).
¿Qué podemos hacer?
Ya Alsina (2010) indicaba que los docentes debemos tomar decisiones que nos lleven al convencimiento de que el camino es “atraer a los agentes implicados hacia el descubrimiento del conocimiento adecuado a un espacio y un tiempo determinado” (p.33).En esta situación postpandemia y de globalización de la información, las competencias trasversales deben estar más presentes que nunca en todo el proceso de tutorización y acompañamiento del alumnado (Gambarini, 2019). Aunque es habitual que estas competencias estén definidas de antemano en las aplicaciones informáticas que utilizamos a la hora de la elaboración de las guías docentes, ello no exime de la realización de una profunda reflexión, estudio y decisión de cada una de las competencias que se pretende conseguir. Y dentro de esa decisión, Sánchez-Santamaría (2018) propone que no podemos olvidarnos de incluir las competencias emocionales y definir los principios que regirán el hacer didáctico.
Estamos de acuerdo con la afirmación de Raya-Díez (2021) cuando indica que el docente debe asumir el liderazgo como una forma de ser, y no simplemente de estar, en el marco de la labor docente. Su tarea no puede limitarse a la simple transmisión de conocimientos, en un escenario de calidad centrada en el alumno. Sino que debe considerar también una tarea de acompañamiento para que el discente desarrolle una construcción personal del conocimiento (aprendizaje significativo). Un líder fundamentalmente lo es, por lo que es, después por lo que hace y en último lugar, y si está en coherencia con lo anterior, por lo que dice. Favoreciendo una interpretación de la realidad en la que se está inmerso y el desarrollo de una identidad personal que tiene control reflexivo sobre su propio ser, a través de su actuación.
Se trata, por tanto, de un cambio de paradigma donde en cada clase presencial o virtual se muestren las siguientes estrategias: dominio de la materia; planificación clara de objetivos; adaptación del modelo a las características del alumnado, materia y objetivos competenciales a desarrollar; destreza y conocimiento en recursos digitales; puesta en práctica de distintos componentes didácticos; trabajar el ambiente del aula a través de la motivación, empatía, comunicación eficaz, trabajo en equipo, acompañamiento y confianza y constante movimiento formativo.
Como diría Santiago et al. (2018) nuestra vida docente debería estar llenas de experiencias que pongan patas arriba el aprendizaje. Y la terrible experiencia del Covid- 19 ha volteado nuestra vida personal y profesional. Contamos con los recursos TIC que nos abren el mundo; superemos el miedo a no saber utilizarlos, cambiemos de paradigma, sigamos motivando, poniendo al alumno en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, exijamos grandes logros, pero con nuestra compañía en el camino, fomentemos los foros, los chats, los encuentros virtuales, las salas de discusión, los blogs compartidos, los exámenes donde se utilice la memoria, pero también la razón y si puede ser crítica, mejor. Hagamos posible que sea realidad esa competencia que queda tan bien en las guías docentes, la competencia aprender a aprender. Seamos un poquito más humanos, cercanos, imprescindibles…… y nuestras aulas se llenarán de alumnos y alumnas emocionados por aprender. Aliémonos con la información globalizada, con todos los recursos a nuestro alcance y añadamos un poquito de emoción. Porque un docente motivado por su misión conseguirá emocionar por su aprendizaje.
REFERENCIAS
Alsina, J. (2010). Evaluación por competencias en la universidad: las competencias transversales. Cuadernos de docencia universitaria. Octaedro.
Diez, S. (2020). Enseñar en tiempos de pandemia. España: Educaweb. https://n9.cl/vaejm
Gambarini, M.F. y Cruz, P. (2019). Habilidades docentes en comunicación eficaz. Ejercicio de liderazgo centrado en la misión docente. Aularia, 8(1): 9-20. http://cort.as/-ME77
Pagés, A. (2023). Instituto de Neurociencias y salud mental en red. Absentismo universitario post-pandemia. ¿Causas?https://www.insm.es/blognoticias/absentismo-universitario-post-pandemia-causas/
Raya Diez, E., & Navaridas Nalda, F. (2021). Reflexiones sobre el Absentismo en las aulas Universitarias. European Journal of Child Development, Education and Psychopathology, 9(1), 1–14. https://doi.org/10.32457/ejpad.v9i1.1403
Sánchez- Santamaría, J. (2018). Educación exitosa para todos. La tutoría como proceso de acompañamiento escolar desde la mirada de la equidad educativa. REFU (Internet); 20 (2): 91-104. ISSN 1575-7072, ISSN-e
Santiago, R.; Díez, A. & Andía, L.A. (2018). Flipped Classroom: 33 experiencias que ponen patas arriba el aprendizaje. Barcelona: UOC, 226 pp. Edutec-e [Internet]. 0(64):111-3. Disponible en: https://n9.cl/caskd