Medios para la comunicación científica, ¿cuáles son los más eficientes?
Te damos las claves para que decidas qué escenarios, acciones, canales y medios pueden acercarnos más a nuestros públicos-objetivo y a una mejor valoración de nuestra actividad investigadora
Cuando planificamos de forma profesional la comunicación, lo primero que hacemos es definir a quiénes queremos dirigirnos, qué objetivos perseguimos, y qué discurso vamos a intentar transmitir. Una vez diseñada esta estrategia, llega el momento de pasar a la táctica: es decir, de pensar en qué situaciones y con qué acciones llegarán mejor nuestras ideas; y en qué canales y medios podemos encontrarnos directamente con los destinatarios de nuestros mensajes. Las pistas para hacer una selección eficiente…, en las siguientes líneas.
¿Dónde encontrar información sobre escenarios, acciones, canales y medios?
En España, quien nos ofrece una información más directa sobre dónde podemos encontrar a nuestra audiencia es la FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología), concretamente a través de la “Encuesta sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España”, que se realiza cada dos años. Esta publicación incluye un apartado sobre los medios que utiliza la ciudadanía para informarse sobre temas de Ciencia y Tecnología: los resultados más recientes son de 2018.
La propia FECYT, a través de su colaboración en el Grupo de Trabajo de Divulgación y Cultura Científica de CRUE I+D+i (Red Divulga) ha publicado recientemente otra herramienta de gran utilidad, principalmente porque presenta un completo abanico de potenciales acciones de comunicación científica y las valora en función del peso que tendrían como mérito en un proceso de evaluación de nuestra actividad investigadora: la “Guía de valoración de la actividad de divulgación científica del personal académico e investigador”.
Portada de la Guía de Valoración de la Actividad de Divulgación Científica del Personal Académico e Investigador, 2018. Fuente: CRUE y FECYT.
Son dos fuentes extraordinarias para orientar nuestra tarea táctica en la planificación de la comunicación científica en los distintos ámbitos en los que desarrollamos nuestra tarea, ya sea desde una institución, para un proyecto o como personal investigador sometido a constantes procesos de evaluación.
Escenarios y medios para la comunicación científica
Las opciones a nuestro alcance para plantear una táctica eficiente de comunicación científica son muchas. Así que para comenzar con buen pie podría sernos útil acotar los tipos de escenarios en los que se pueden desarrollar nuestras acciones. Partiendo de las opciones de respuesta que la “Encuesta sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España” ofrece para responder a la pregunta sobre qué medios se utilizan para informarse sobre Ciencia, proponemos los siguientes escenarios de comunicación social:
Fuente: Elaboración propia a partir del Informe de resultados de la IX Encuesta sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España 2018 (FECYT)
Con esta información genérica podemos confirmar una brecha entre los medios o publicaciones (de carácter masivo) y los entornos sociales (mucho más reducidos pero altamente segmentados y con una mayor predisposición). Pero es cuando acudimos a los datos filtrados, cuando podemos extraer algunas claves para tomar decisiones más ajustadas a los perfiles de nuestros públicos-objetivo. Destacamos los siguientes resultados:
Audiencia que se informa sobre Ciencia y Tecnología. Fuente: Elaboración propia a partir del Informe de resultados de la IX Encuesta sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España 2018 (FECYT)
Acciones de comunicación científica
Como señalábamos en un post anterior del blog de Ciberimaginario, para completar la fase táctica que sucede a la identificación del mapa de públicos-objetivo y al diseño estratégico de ideas y mensajes, tenemos que decidir qué acciones desplegaremos en los escenarios más adecuados de los presentados en las líneas anteriores, y a través de qué medios y canales las desarrollaremos. Las posibilidades las organiza muy adecuadamente la Guía de valoración de la actividad de divulgación científica del personal académico e investigador (CRUE y FECYT), que las clasifica y nos orienta sobre su valor potencial en procesos de evaluación de la actividad investigadora:
Acciones de comunicación científica. Fuente: Elaboración propia a partir de la Guía de valoración de la actividad de divulgación científica del personal académico e investigador (CRUE y FECYT)
Como vemos en la estimación de pesos del listado anterior, hay cierta relación con el volumen de audiencia que podemos encontrar en los escenarios correspondientes, pero se enriquece y matiza teniendo en cuenta la calidad (entendida como adecuación a las características, demandas e intereses) de los públicos-objetivo, que son al mismo tiempo –nunca debemos olvidarlo– nuestro punto de partida y nuestro destino. Y una vez conocido el abanico de opciones, es el momento de valorarlas exponiéndolas a tres filtros: nuestra competencia, los recursos disponibles y el rendimiento realista que podemos obtener.
Si nuestro fuerte son los proyectos competitivos, una buena vía sería la de participar en un proyecto financiado por la FECYT, o participar en concursos o convocatorias de premios de instituciones. Son acciones ya orientadas hacia segmentos específicos de la ciudadanía y con los que podemos alinear nuestros objetivos.
Si a nuestro público-objetivo lo encontramos en entornos escolares, académicos, laborales o personales, abierto a que le hablemos de ciencia, entonces lo eficiente es impartir u organizar cursos, conferencias o mesas redondas; generar experiencias mediante actividades interactivas presenciales (en laboratorios, instalaciones científicas, visitas, excursiones…); convocar concursos escolares; o participar en espectáculos de divulgación como la noche de los investigadores, monólogos de ciencia como FameLab, iniciativas de ciencia en bares o cafés como Pint of Science…
Si disponemos de recursos y de capacidad suficientes, podemos plantearnos publicar libros en editoriales de prestigio o con buena distribución en tiendas especializadas y librerías; escribir artículos divulgativos en prensa nacional; o montar exposiciones atractivas. O colaborar transmitiendo contenidos científicos
en programas de televisión como Órbita Laika de TVE; en la radio o en podcasts como 100×100 Ciencia de Intereconomía; o en un blog de un grupo y de un Proyecto de investigación como Ciberimaginario y Comciencia; o a través de una cuenta de Twitter , de un canal de Youtube, de un perfil en Instagram o de otras de las muchas opciones que nos ofrecen las redes sociales.
Tú decides.
Referencias
- Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). (2018). Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. Fundación Española Para La Ciencia y Tecnología.
- La presente guía ha sido elaborada por el Grupo de Trabajo de Divulgación y Cultura Científica de Crue–I+D+i (Red Divulga), en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). (2018). Guía de valoración de la actividad de divulgación científica del personal académico e investigador.
Te puede interesar
Comunicadoras de ciencia en redes sociales: mujeres ante el techo de cristal
¿Existen mujeres creando una nueva forma de comunicar la ciencia? ¿Son las redes sociales un espacio donde romper el techo de cristal?
¿Por qué funcionan los contenidos científicos en las redes sociales de vídeos cortos? (II)
¿Qué recursos se emplean para diseñar este tipo de vídeos?
¿Por qué funcionan los contenidos científicos en las redes sociales de vídeos cortos? (I)
¿Qué contenido científico tiene un fuerte impacto en estas redes?
Desinformación en la Guerra de Ucrania: ¿Qué hay de nuevo?
Conoce qué tendencias en desinformación se están observando en el conflicto de Ucrania