Hablar claro, comunicar eficientemente, confiar en la ciencia

¿Qué beneficios tiene la comunicación clara en el ámbito de la comunicación científica?

por Juan Romero-Luis | Jun 30, 2022

Hacer comunicación no es fácil…, o que se lo digan al “vecino del alcalde” que suele tomar una “cap of café con leche en la plaza mayor” y cuyo plato “imbatible” es el “chuletón al punto”. Escoger nuestras palabras a la hora de transmitir información, en política o cuando hablamos sobre ciencia, es crucial para evitar que se genere el efecto contrario que deseamos para ese mensaje. Aunque son muchos factores los que intervienen en la comunicación, y el emisor no controla todos, podemos hacer las cosas algo mejor si hay voluntad de ello.

Este post habla de hablar claro. Hoy rescato la Guía de Comunicación Clara que está concebida para mejorar la comunicación de las empresas de la Administración y privadas, para promover una comunicación que “el público pueda entender y usar sin dificultades”. Esta metodología, promovida en España por Prodigioso Volcán y concebida por Estrella Montolío y Mario Tascón, toma fuerza en algunas comunidades españolas, como la de Madrid o la de Navarra, que la están promoviendo en sus administraciones.

Los 9 pasos de la Comunicación Clara. Fuente: comunicacionclara.com

¿Podemos aplicar la comunicación clara a una acción de comunicación científica?

El planteamiento que propone la Guía de Comunicación Clara recuerda a la metodología User Centered Design, pero pretende ir más allá. Si bien esta última se centran en el diseño y la usabilidad del producto comunicativo, la Guía de Comunicación Clara aporta un aspecto diferencial muy interesante que se podría resumir con que la prioridad es que “la gente se quede con la copla a la primera”. Por eso la guía se centra en la adecuación del mensaje al público, teniendo en cuenta una correcta combinación entre el lenguaje verbal claro y fácil y el uso adecuado (y profesional) del lenguaje visual. En otras palabras, un equilibrio entre el contenido y forma para que el mensaje llegue a la primera. Pero ¿qué lenguaje, frases, palabras, conceptos, formas o colores son los correctos? Eso lo determina la “persona usuaria”.

Entender al usuario, lo primero

Para mí, es el primer paso (una vez tienes claros tus objetivos) es investigar sobre el público al que te quieres dirigir. Si bien la Guía de Comunicación Clara no entra en detalle sobre técnicas para conocer mejor a tu público objetivo, en Ciberimaginario también creemos que situar esta fase al inicio de la planificación aumenta la eficacia comunicativa. Conocer a tu público va a determinar qué características ha de tener ese contenido (por ejemplo, el nivel de complejidad) y además va a determinar la forma y los canales de esa comunicación. El trabajo que está realizando Jennifer García Carrizo, miembro del grupo Ciberimaginario, en el marco del proyecto LongCOVID es un buen ejemplo de cómo tener en cuenta a tu público antes de realizar una acción comunicativa de índole científica.

Además, las ventajas de comunicar con claridad repercuten directamente en el usuario final:

Ventajas de la comunicación clara. Fuente: comunicacionclara.com

Conclusión

La comunicación clara parece tener mucho que aportar en el ámbito de la comunicación científica. Aplicar esta metodología puede mejorar las acciones de comunicación de índole científica, sin duda. No obstante, el reto para los que hacemos investigación en comunicación científica está en mejorar los procesos de producción ya que la complejidad de esta propuesta no es trivial, ni barata. Involucra a muchos profesionales expertos en el lenguaje textual y visual, diseñadores gráficos, web, de usabilidad o experiencia de usuario, además de expertos que sepan utilizar adecuadamente lenguajes de cada ámbito, como el médico y de la salud, por ejemplo.

Os dejo aquí el manual completo para que podáis profundizar sobre el tema:


Referencias

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XR y computación espacial en el ámbito de la sostenibilidad y la economía circular

XR y computación espacial en el ámbito de la sostenibilidad y la economía circular

La realidad extendida (XR), que abarca la realidad aumentada (AR), la realidad virtual (VR) y la realidad mixta (MR), junto con la computación espacial, están revolucionando diversos sectores, y la sostenibilidad y la economía circular no son una excepción. Estas tecnologías, sobre las que existen ya programas de formación universitarios, están proporcionando nuevas formas de abordar desde el punto de vista de la comunicación los desafíos ambientales y promover prácticas más sostenibles.

Realidad Aumentada y Sostenibilidad

La realidad aumentada (AR) está desempeñando ya un papel interesante aunque aún incipiente en la promoción de la sostenibilidad. Una de las aplicaciones más destacadas en este ámbito es el de la educación ambiental: A través de experiencias inmersivas, la realidad aumentada permite a los usuarios visualizar el impacto de sus acciones en el medio ambiente.

Por ejemplo, aplicaciones de realidad aumentada pueden mostrar cómo el uso excesivo de plásticos afecta a los océanos o cómo la deforestación contribuye al cambio climático. Además, la AR puede usarse para mejorar la eficiencia energética en edificios. Mediante el uso de dispositivos AR, los técnicos pueden identificar áreas donde se está perdiendo energía y tomar medidas correctivas. Esto no solo reduce el consumo de energía, sino que también disminuye las emisiones de carbono.

El camino acaba de empezar y ya hay algunos buenos ejemplos de uso directo o indirecto, si bien las posibilidades son enormes y aún nos encontramos en el principio del proceso de desarrollo tecnológico y su implementación por parte de organizaciones de todo tipo para poder aprovechar sus crecientes oportunidades.

  • WWF Free Rivers: Esta aplicación de AR desarrollada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) permite a los usuarios explorar ríos y ecosistemas fluviales en 3D. Los usuarios pueden ver cómo las actividades humanas, como la construcción de presas, afectan a los ríos y a la vida silvestre. La aplicación también muestra cómo las soluciones sostenibles pueden ayudar a proteger estos ecosistemas.
  • IKEA Place: Aunque principalmente es una aplicación de AR para visualizar muebles en el hogar, IKEA Place también promueve la sostenibilidad al permitir a los usuarios tomar decisiones de compra más informadas. Al ver cómo se verán los muebles en su espacio, los usuarios pueden evitar compras innecesarias y reducir el desperdicio.
  • Maresme circular: Herramienta de educación medioambiental usando gafas de realidad virtual Meta Quest 2. Con una sensación 3D altamente inmersiva, el usuario sobrevuela el Centro Integral de Valorización de Residuos del Maresme.
  • Wild Streets: La primera aplicación de realidad aumentada del mundo para cocrear espacios verdes urbanos, que combina datos científicos con modelos 3D de alta calidad de árboles, plantas y mobiliario urbano en una aplicación de realidad aumentada, lo que permite a todos codiseñar las ciudades verdes e inclusivas del mañana.
  • The Green City app: App para educar, concienciar y premiar a ciudadanos y empresas en temas de reciclaje y economía circular, así como fortalecer los indicadores de protección ambiental. Los ciudadanos crean una cuenta presentando los Materiales Reciclables a los Vehículos de Reciclaje ganando puntos, según el tipo de material y su peso.

Computación Espacial y Economía Circular

La computación espacial, que implica la interacción con datos y objetos en un espacio tridimensional, está también empezando a transforma la economía circular y sus posibilidades son enormes. Una de sus aplicaciones más innovadoras se encuentra en el ámbito de la gestión de residuos. Por ejemplo, mediante el uso de sensores y tecnologías de computación espacial, es posible rastrear y gestionar los residuos de manera más eficiente, facilitando el reciclaje y la reutilización de materiales, reduciendo a su vez la cantidad de residuos que terminan en vertederos.

Otra área donde la computación espacial está empezando a tener un impacto significativo es en la fabricación sostenible. Las fábricas inteligentes están utilizando tecnologías de computación espacial para optimizar los procesos de producción y minimizar el desperdicio de recursos y materiales. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también reduce el impacto ambiental de la fabricación.

Innovaciones en XR para la Sostenibilidad

Las innovaciones en XR van a llevar la sostenibilidad a un nuevo nivel. Una de las tendencias emergentes es el uso de gemelos digitales, que son réplicas virtuales de objetos físicos. Estos gemelos digitales permiten a las empresas simular y analizar el ciclo de vida completo de un producto, desde su fabricación hasta su eliminación, facilitando la identificación de oportunidades para mejorar la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental.

Además, las tecnologías XR están siendo utilizadas para promover la economía circular en el diseño de productos. Mediante el uso de AR y VR, los diseñadores pueden visualizar y probar diferentes materiales y procesos de fabricación antes de producir un prototipo físico. Esto no solo reduce el desperdicio de materiales, sino que también permite a los diseñadores crear productos más sostenibles desde el principio.

Desafíos y Oportunidades

A pesar de las numerosas ventajas de las tecnologías XR y la computación espacial, también existen desafíos. Uno de los principales desafíos es la transformación digital previa de las organizaciones y el coste de implementación. Las empresas deben llevar a cabo formación con la capacitación de su personal en distintas áreas e inversiones en tecnología especializada. Sin embargo, a medida que estas tecnologías se vuelvan más accesibles y asequibles, es probable que veamos una adopción más amplia en el ámbito de la sostenibilidad.

Otra preocupación es la privacidad y la seguridad de los datos. Las tecnologías XR y la computación espacial recopilan grandes cantidades de datos sobre los usuarios y su entorno. Es crucial que las empresas implementen medidas de seguridad adecuadas para proteger esta información y garantizar la privacidad de los usuarios.

En resumen, las tecnologías XR y la computación espacial van marcar poco a poco un papel cada vez más importante en la promoción de la sostenibilidad y la economía circular. A través de aplicaciones innovadoras en la educación ambiental, la gestión de residuos y la fabricación sostenible, estas tecnologías están proporcionando nuevas formas de abordar los desafíos ambientales. Aunque existen desafíos que resolver que afectan a toda la tecnología aplicada en la tercera revolución de internet, pero las oportunidades que ofrecen las tecnologías de realidad extendida y la computación espacial son inmensas, y veremos cada día que pasa un impacto aún mayor.

RED UNIVERSITARIA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

RED UNIVERSITARIA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

Una Red Universitaria para el desarrollo sostenible. Esta es la RUS (Rete delle Università per lo Sviluppo sostenible) la primera experiencia italiana que une a todos los ateneos (82 al día de hoy) que trabajan temas de sostenibilidad y responsabilidad social.

La red que ha sido promovida por la Conferenza dei Rettori delle Università Italiane (CRUI) en el 2015 tiene como objetivos principales: la difusión de la cultura y de las buenas prácticas de sostenibilidad que se están llevando a cabo, dentro y fuera de las universidades, para poder aumentar los impactos positivos de todas las acciones realizadas y así poder contribuir a lograr los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030; realizar un trabajo de promoción de los Sustainable Development Goals (SDGs), fortalecer la visibilidad y el valor de la experiencia italiana a nivel nacional. De acuerdo con el Manual del Balance de Sostenibilidad de las Universidades, la RUS asume como premisa que las universidades, en su rol de formación y enseñanza, tienen la responsabilidad de impulsar la transformación social. Esto implica educar para una gestión socioambiental crítica, fomentar el debate público y respaldar la consolidación de políticas socioeconómicas y ambientales. Las universidades deben prever no solo lo relacionado a los “contenidos” sino también lo que tiene que ver con la cultura y las prácticas educativas. 

Entre las buenas prácticas que realiza la RUS se destaca la “lección cero” de los ateneos, un curso de alfabetización sobre sostenibilidad, un camino educativo transversal e interdisciplinar capaz de crear bases cognitivas y promocionar el desarrollo de soft skills y competencias transversales, necesarias para los ciudadanos del futuro; entre las buenas prácticas existen las “iniciativas para la paz” donde las universidades que ya han empezado en esta línea comparten sus experiencias. En línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16, «Paz, justicia e instituciones sólidas,» la RUS está desarrollando iniciativas actuales que promueven la paz, enfocándose en proyectos para Oriente Medio (2024) y para Ucrania (2022).

La RUS cuenta con diversos grupos de trabajo, cada uno enfocado en una temática clave y transversal para alcanzar sus objetivos institucionales: cambio climático, alimentación, educación, energía, inclusión y justicia social, movilidad, recursos y residuos, y la vinculación entre universidad e industria. Además, la RUS dispone de mesas técnicas especializadas en temas específicos, diseñadas para apoyar el cumplimiento de sus metas institucionales.

En su página Web, las universidades de la RUS organizan y promueven iniciativas para difundir los principios de la Agenda 2030, estimular el diálogo y fomentar el intercambio de nuevas ideas a través de Congresos, Seminarios y Festivales.

En Ciberimaginario, estamos en comunicación con el grupo de trabajo de educación para explorar sinergias y compartir experiencias y prácticas entre ambos equipos. Nuestro objetivo es enriquecernos con las iniciativas llevadas a cabo en los ateneos de Italia y aplicar estos aprendizajes para fortalecer nuestra didáctica en sostenibilidad.

Referencias

RUS: Rete Universitaria per los Sviluppo Sostenibile. Disponible en: https://reterus.it/

La Ley de Transparencia y su impacto en las universidades

La Ley de Transparencia y su impacto en las universidades

La Ley de Transparencia en su Título I artículo 2 señala que quedan bajo su sujeción “las entidades de Derecho Público con personalidad jurídica propia, vinculadas a cualquiera de las Administraciones Públicas o dependientes de ellas, incluidas las Universidades públicas”. Esto ha supuesto una gran carga de reorganización y trabajo para todas las universidades en general. Esta necesidad, no siempre fue entendida por los equipos dirigentes de las universidades, ni, en realidad, por el conjunto de la Comunidad Universitaria.


La implementación efectiva de la transparencia no solo cumple con obligaciones legales, sino que también fortalece la confianza y la reputación institucional.

el caso de la Universidad rey juan carlos

Un caso claro de esta situación fue la Universidad Rey Juan Carlos, que debido a circunstancias ajenas a la vida académica se convirtió en el foco de atención pública a partir de marzo de 2018. Ello hizo que, a diferencia del resto de las universidades del Estado Español, la carga de trabajo que supuso la entrada en vigor de las ya mencionadas leyes de transparencia no recayera en la implementación de lo indicado Capítulo II del Título I, sobre las publicaciones de Publicidad Activa, sino precisamente Capítulo III, dedicado al derecho de acceso a la información pública.

Esta circunstancia particular, ha permitido que los equipos implicados con la gestión de la transparencia institucional hayan conocido de cerca lo que podemos llamar “las aristas de la ley de transparencia”, consistentes en el uso de los derechos que esta ley otorga como herramienta al servicio de intereses ajenos al espíritu de la ley y, por otro lado, muchas de las “barreras” con la que la implementación de los sistemas de transparencia y datos abiertos se han encontrado en el sistema universitario.


Retos iniciales y dinámicas de acción-reacción

La primera conclusión que podemos exponer es la de la necesidad de una acción difusión y divulgación en el seno de las estructuras universitarias. La Universidad Rey Juan Carlos respondió ante el doble reto que suponían las obligaciones de las leyes de transparencia y el ataque de reputación institucional que padecía mediante una dinámica de acción-reacción. Es decir, la creación de un ecosistema de transparencia en la URJC se va construyendo como respuesta a la presión legal y reputacional de la institución. Esta situación lleva a que no haya una planificación a medio o largo plazo, sino respuesta a las necesidades perentorias cotidianas.

Ello, para la Universidad Rey Juan Carlos, significó dar respuesta a las diez peticiones de acceso a la información pública mensuales que se recibieron de media a lo largo de los años 2018, 2019 e inicio del 2020. En paralelo, se perfecciona el Portal de Transparencia, que desde su apertura presenta una media de visitas que se puede cifrar en unas 2000 mensualmente, con subidas muy significativas en los momentos de crisis de imagen de la institución.


Superando barreras: Estrategias y logros

La dinámica de acción-reacción llevó a que, con el tiempo y muchas dificultades, los encargados de transparencia consiguieran una mayor colaboración del resto de los servicios universitarios en siguientes fases:

  1. Convencer a la institución de lo señalado en los artículos 12 y 13 de la ley, es decir, que “se entiende por información pública los contenidos o documentos, cualquiera que sea su formato o soporte, que obren en poder de alguno de los sujetos incluidos en la ley hayan sido elaborados o adquiridos en el ejercicio de sus funciones” y que “son titulares del derecho de acceso todas las personas y que podrá ejercerse sin necesidad de motivar la solicitud”.
  2. Convencer a la institución de que los límites a que se refiere el artículo 14 de la LTAIBG no se aplican directamente ni operan automáticamente a favor de la denegación. Su invocación debe estar ligada con la protección concreta de un interés racional y legítimo.
  3. Convencer a la institución de que todas las peticiones alineadas con el espíritu de la ley deben ser admitidas, considerando la denegación de información como la excepción.
  4. Convencer a la institución de que la universidad debe ser totalmente consciente de la obligatoriedad de la Transparencia y de que debemos crear, fomentar y aceptar una cultura pro-transparencia.

A medida que los porcentajes de admisiones a través del “Derecho de Acceso a la información” aumentaban (el porcentaje de peticiones admitidas evolucionó de la siguiente manera: 2019: 78%; 2020: 82% y 2021: 91%), la entrada de solicitudes de acceso a la información se redujo desde un nivel 100 en 2019 a una media de 40 a partir del año 2021. Por otro lado, con ello la institución “perdía miedo” a la publicidad activa, lo que agilizó y benefició el incremento de contenidos en el Portal de Transparencia..


Superar las resistencias internas hacia la transparencia requiere un cambio cultural y la creación de una cultura pro-transparencia en las instituciones.


Resultados y reflexiones finales

Las barreras, las resistencias para implementar una gobernanza cada vez más abierta, fueron vencidas gracias a la demostración de que la eficiencia en la transparencia a través del “Derecho de Acceso” y de la “Publicidad Activa” lejos de incrementar los problemas reputacionales de la institución, los reducían.

Eso facilitó el lanzamiento de UniversiData, a través del proceso ya descrito en estas páginas, con los éxitos que ya se mencionarán. Pero, por otro lado, también dejó patente otra de las carencias a las que nos enfrentamos en estos temas: la falta de institucionalización.

En todo momento, el impulso procedió de un equipo con un liderazgo muy concreto, en un momento puntual. En el momento en que mayores réditos institucionales estaba ofreciendo el equipo de transparencia y el sistema de servicios creado en torno suyo (Acceso a la Información, Publicidad Activa y Portal de Datos Abiertos -UniversiData-), dicho sistema quedó congelado. O, mejor dicho, huérfano, por la falta de un convencimiento institucional capaz de sustituir el impulso personal de algún liderazgo concreto. La institución, solucionada la presión reputacional, consideró que el objetivo se había alcanzado.

La principal conclusión que se puede extraer es la necesidad de hacer una intensa labor didáctica entre la comunidad universitaria. Que ésta sienta la Transparencia como una herramienta positiva y necesaria para la universidad. Solo si este convencimiento se extiende, y la implementación de los recursos de transparencia responde a una necesidad solicitada desde la base de la comunidad universitaria, los equipos rectores sentirán que están respondiendo a una necesidad y no ante una obligación legal, lo que facilitará la implementación de los recursos necesarios. Ello ayudará a una mejor planificación a medio y largo plazo y a una visión en conjunto.

BiorRefinerías en España: ¿Innovación sostenible o reto social?

BiorRefinerías en España: ¿Innovación sostenible o reto social?


BiorRefinerías en España: La transición energética frente al rechazo local

Las biorrefinerías son una pieza esencial en la transición energética, pero su puesta en marcha en España enfrenta un creciente obstáculo: el rechazo social que generan sus instalaciones. Aunque estas aseguran ser sostenibles, generar empleo y aportar a un modelo energético más limpio que impulsa la transición a la economía circular, la realidad es que la propuesta de nuevas instalaciones está encontrando un frontal rechazo por parte de las comunidades locales que perciben más los problemas que los beneficios, y ven estos proyectos como una imposición más que como una oportunidad para su entorno.

El origen de este conflicto no está solo en las preocupaciones legítimas de estas comunidades sobre el impacto ambiental y social que puedan producir, sino también en la forma en que se comunican y gestionan estos proyectos desde su inicio. Una estrategia de comunicación inexistente, que ignore a las comunidades, o inadecuada porque solo se centre en informar pero que no dialogue con los grupos de interés está abocada al fracaso. Esto no solo amplifica este rechazo y lastra la implementación de una solución que, en teoría, podría beneficiar a todos. Además, por contagio, genera una imagen negativa sobre las energías renovables en su conjunto, y, en el fondo socava el compromiso y adhesión ciudadana a la agenda de transición ecológica. El problema, no es menor.


El éxito de las biorrefinerías no depende solo de su tecnología, sino de su capacidad para dialogar y ganar la confianza de las comunidades locales.

Las biorRefinerías: una apuesta por la sostenibilidad

Las biorrefinerías son instalaciones que transforman biomasa y residuos orgánicos en biocombustibles, biogás y otros productos de valor añadido (SusChem España, 2017). En España su desarrollo y puesta en marcha impulsa los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, que busca una reducción del 32 % de emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar un 48 % de energías renovables en el consumo final de energía para 2030 (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023). En este sentido, las biorrefinerías son una tecnología clave para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y progresar en el compromiso de España con la descarbonización establecido en la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética. Además, en los últimos años muchos de los nuevos proyectos de creación de biorrefinerías se han visto impulsados a través de la financiación de los fondos Next Generation EU (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023), canalizados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

Pero, siendo un marco claramente favorable, ¿por qué la aceptación social a esta tecnología es cada vez menor?

Las causas del rechazo social

El rechazo social a las biorrefinerías está estrechamente relacionado con la falta de transparencia y participación en los procesos de planificación. A menudo los ciudadanos conocen los proyectos cuando parecen ser ya un hecho consumado, por lo que perciben estos como algo que es impuesto desde las administraciones y/o las grandes empresas. Que se ignore su voz, que no se les consulte ni se dialogue con ellos, la falta de mecanismos efectivos de participación es clave para que el rechazo sea rotundo. La falta de información genera desconfianza y refuerza un sentimiento de exclusión que, una vez instalado, es muy dificil de combatir.

No obstante, hay razones que no son emocionales, y que apelan, precisamente, a la necesidad de ofrecer información desde el mismo momento de su planteamiento. Hay preocupaciones lógicas sobre los posibles impactos en la calidad de vida, como el aumento del tráfico pesado, el ruido, las emisiones, su impacto en la salud o el riesgo de contaminación (La Voz de Galicia, 2024; Noticias para municipios, 2024). Aunque estas inquietudes puedan abordarse técnicamente, rara vez se comunican o se tratan de manera adecuada y precisa, lo que abre todo el espacio para que surja la especulación y el miedo. Sin información rigurosa, solo hay sombras.

Además, a pesar de los beneficios que sí suelen destacarse en las comunicaciones institucionales o empresariales (generación de empleo, impulso de zonas rurales, aprovechamiento de biomasa y recircularidad del sistema….), muchas comunidades tienen un fuerte apego a sus valores locales y al entorno, y la instalación de una biorrefinería siempre tiene un impacto que debe valorarse en este contexto sociocultural, no sólo económico. Los sentimientos juegan en esta partida. Ignorar estas dinámicas culturales y emocionales, no considerar que forman parte de la ecuación en los procesos de comunicación, puede intensificar el rechazo, incluso cuando los proyectos tienen un impacto ambiental limitado.


Sin información clara y procesos participativos, los proyectos se perciben como imposiciones, amplificando la resistencia social y erosionando la confianza en la transición energética.

El rol de la comunicación en la aceptación social

La comunicación juega un papel esencial en la aceptación social de las biorrefinerías. Sin embargo, en muchos casos, las estrategias utilizadas han sido insuficientes o inadecuadas. Tanto las administraciones como las empresas que están detrás del desarrollo y explotación de las biorrefinerías tienden a adoptar un enfoque basado en el modelo de “déficit informativo”, asumiendo que la resistencia de las comunidades locales se debe a su falta de conocimiento. Este modelo, centrado únicamente en explicar los beneficios técnicos y económicos, que es el predominante en la comunicación institucional, obvia cuestiones que son claves para las comunidades receptoras, como la justicia procedimental y el reconocimiento de los valores locales (Devine-Wright, 2009; Batel, 2017), lo que impulsa los proyectos al fracaso. Y en los últimos dos años podemos encontrar numerosos casos en España que muestran hasta qué punto ese déficit comunicativo ha exacerbado la oposición social a las biorrefinerías (Levante, 2024; CadenaSer, 2024)

En la base de este rechazo, y de la desconfianza que lo nutre, siempre aparece la percepción de imposición por parte de las administraciones y las empresas, y que las comunidades locales se sientan excluidas de los procesos de planificación y diseño de las biorrefinerías. Aunque este problema es comun en otras energías renovables, en el caso de las biorrefinerías la aceptación local de los proyectos es significativamente más baja (Macht et al., 2023), lo que hace aún más crítico su abordaje.

Para superar estas barreras, es necesario replantear la comunicación desde una perspectiva integral. Esto implica involucrar a las comunidades desde el inicio, generando un diálogo temprano y continuo que permita identificar sus preocupaciones y diseñar soluciones conjuntas que observen todas las dimensiones de la instalación, y cuenten con la cultura local. También es fundamental destacar los beneficios reales que las biorrefinerías tendrán para esa comunidad local, como la generación de empleo, la mejora de infraestructuras o el desarrollo económico tangible, en lugar de centrarse exclusivamente en los objetivos globales de sostenibilidad. Además, e imprescindible que el proceso sea transparente, implementándose sistemas de monitoreo ambiental accesibles y claros que puedan consultar los ciudadanos para verificar en tiempo real el impacto de la planta. Y evitar cualquier sombra de especulación que horade la confianza en el proyecto. Solo así, con procesos claros y transparentes, participados y regulados se podrá encontrar un camino de consenso y de cambio.

Estrategias de comunicación para mejorar la aceptación social de las biorrefinerías. Fuente: Elaboración propia.

Es indudable que las biorrefinerías tienen el potencial de contribuir a la transición energética en España, pero cada vez es más evidente que su éxito no dependerá únicamente de su viabilidad técnica o económica. Su aceptación social es un reto que requiere empatía, diálogo y una comunicación real y convencidamente inclusiva. Integrar a las comunidades locales como aliadas en estos proyectos no solo hará que sean más viables, sino también más justos y sostenibles.

La ruta es clara. Solo falta que lo sea la voluntad.

Referencias

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