Videojuegos: ciencia y conciencia

¿Son los serious games una herramienta comunicativa eficaz para generar conocimiento claro y reflexivo de la realidad?

La cifra de usuarios de videojuegos mundial supera los 3.000 millones de personas, lo que representa a cerca del 40% de la población mundial (DFC Intelligence, 2022), estos datos invitan a explorar las posibilidades de este medio como estrategia eficiente para la comunicación científica, destinada a favorecer un conocimiento claro, reflexivo y orientado a la acción y la transformación social para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A finales de la década de los 60 Clark Abt se refería a los serious games como aquellos juegos con un “propósito educativo explicito y cuidadosamente planeado y que no están pensados únicamente para la diversión” (1987). Juegos diseñados con una finalidad “seria”, es decir, para formar, informar, educar, persuadir e incluso denunciar, si es que entretener no puede considerarse per se un propósito suficientemente “serio”.

En el ámbito digital, los denominados videojuegos serios han estado vinculados históricamente a la educación y a la formación, especialmente relacionada con sectores que entrañan un elevado riesgo derivado de la propia práctica profesional y en los que el entrenamiento en entornos simulados permite “aprender haciendo”. Sin embargo, los serious games también se revelan como estrategias eficaces para el trabajo de las denominadas soft skills, (Almeida y Buzady, 2022) y la concienciación sobre cuestiones de carácter social (Paredes-Otero, 2018), de ahí que sus áreas de aplicación se extiendan a la educación, la información, la política, la religión, la publicidad, la cultura o el activismo.

La Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento, DEV, define los serious games de carácter informativos como aquellos que “pretenden transmitir un mensaje específico de manera educativa, informativa o persuasiva” (DEV, 2020). Esta definición de carácter amplio se podría reconsiderar como no excluyente en la comunicación científica a través de los videojuegos.

Es precisamente el factor persuasivo, en su sentido aristotélico, combinando autoridad, emoción y un argumento lógico, lo que puede convertir a este tipo de videojuegos en una herramienta comunicativa potencialmente eficaz para la transformación social (Martínez-Cano, et al, 2019).

Desarrollar serious games eficaces para la comunicación científica

El carácter  “serio” de la instrucción determina la necesidad de una cuidada planificación en su diseño (Gorbanev et al., 2018), pero su éxito depende del cuidado equilibrio entre esta y la diversión de la experiencia (Morales y San Cornelio, 2016).  Precisamente la especificación DIN SPEC 91380 identifica los elementos centrales sobre los que trabajar para alcanzar ese ansiado y complejo equilibrio.

Sin embargo, los datos muestran que en la actualidad la especialización en este sector es relativamente modesta frente a la producción destinada exclusivamente al entretenimiento. Solo el 22% de los estudios dedicados al desarrollo de videojuegos en España a se dedicaban a la producción de serious games en 2022 (DEV, 2022).

La finalidad de estos proyectos, en el ámbito de la comunicación científica, rara vez esta vinculada a un retorno económico inmediato, ya que es complicado que los jugadores paguen por este tipo de juegos, de ahí que su viabilidad esté condicionada a la existencia de financiación pública o privada.

Iniciativas como Planeta Debug,  en 2019, ponen de manifiesto las posibilidades de los videojuegos y la gamificación de contenidos para favorecer cambios sociales y crear conciencia ciudadana sobre el desafío del calentamiento global y la sostenibilidad.

Explicación del juego Nanodoctor, descargable en https://drive.google.com/file/d/1cMFKVOFO6kPz1ml-Q3F3V-QkHfLOTp6l/view?usp=sharing

Dentro de este tipo de acciones financiadas, destaca por su impacto, con más de 6 millones de jugadores, el videojuego  Mission 1.5, desarrollado en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), puesto en marcha en 2020, en el que se desafía a los jugadores a tomar decisiones correctas para limitar la temperatura del planeta 1,5 grados Celsius.

Juego Mission 1.5, disponible en https://www.mission1point5.org/game. Fuente: PNUD.

Por otra parte, la complejidad y especialización en su desarrollo requiere explorar alternativas y modelos de producción viables que permitan aprovechar el potencial para llegar a un número de usuarios.

En los últimos años, algunos eventos relacionados con la industria y el desarrollo de videojuegos han dedicado ediciones específicas al desarrollo de contenidos con una temática específica vinculada con la ciencia y la transformación social.

Stigma, videojuego ganador de la 4ª edición de la CITM Game Jam en 2021 por los ODS. Fuente: https://www.citm.upc.edu/blog/4a-edicion-febrero-2021/

En el marco de la iniciativa Playing For The Planet, en la que participan organizaciones privadas del sector de los videojuegos con el apoyo de las Naciones Unidas en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se celebra desde 2020 la Green Game Jam.

Supercell’s Hay Day videojuego ganador seleccionado por PNUMA en la Green Game Jam 2022. Fuente: https://playing4theplanet.org/participants/2022-Hay-Day

En este contexto, el fenómeno de las game jams, en sus diferentes formatos y especializaciones, se revela como un entorno para explorar estrategias de producción eficaces para desarrollar videojuegos con esta finalidad.

REFERENCIAS

Abt, C. C. (1987). Serious Games. University Press of America.

Almeida, F. y Buzady, Z. (2022). Development of soft skills competencies through the use of FLIGBY. Technology, Pedagogy and Education, 1-14. https://doi.org/10.1080/1475939X.2022.2058600

Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento. (2020). LGames@360: guía para la aplicación de tecnologías, metodologías y mecánicas del videojuego a otras industrias. https://bit.ly/3TF6gfg

Gorbanev, I., Agudelo-Londoño, S., González, R. A., Cortes, A., Pomares, A., Delgadillo, V., Yepes, F. J. y Muñoz, Ó. (2018). A systematic review of serious games in medical education: quality of evidence and pedagogical strategy. Medical education online, 23(1), 1438718. https://doi.org/10.1080/10872981.2018.1438718

Martínez-Cano, F. J., Cifuentes-Albeza, R. y Nicolás, B. I. (2019). Videojuegos prosociales como espacio transicional lúdico para la paz: el caso de Reconstrucción. Revista Latina de Comunicación Social, 74, 1470-1487. http://dx.doi.org/10.4185/RLCS-2018-1394

Morales Moras, J. M. y San Cornelio Esquerdo, G. (2016). La jugabilidad educativa en los serious games. Artediez, 10, 1-23. https://bit.ly/3zlosnY

Paredes Otero, G. (2018). Los serious games como herramientas educo-informativas para el diseño de la conciencia social. En: Torres-Toukoumidis, A. y Romero-Rodríguez, L. M. (Eds.), Gamificación en Iberoamérica: experiencias desde la comunicación y la educación, (303-327). Universidad Politécnica Salesiana.

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La Ley de Transparencia y su impacto en las universidades

La Ley de Transparencia y su impacto en las universidades

La Ley de Transparencia en su Título I artículo 2 señala que quedan bajo su sujeción “las entidades de Derecho Público con personalidad jurídica propia, vinculadas a cualquiera de las Administraciones Públicas o dependientes de ellas, incluidas las Universidades públicas”. Esto ha supuesto una gran carga de reorganización y trabajo para todas las universidades en general. Esta necesidad, no siempre fue entendida por los equipos dirigentes de las universidades, ni, en realidad, por el conjunto de la Comunidad Universitaria.


La implementación efectiva de la transparencia no solo cumple con obligaciones legales, sino que también fortalece la confianza y la reputación institucional.

el caso de la Universidad rey juan carlos

Un caso claro de esta situación fue la Universidad Rey Juan Carlos, que debido a circunstancias ajenas a la vida académica se convirtió en el foco de atención pública a partir de marzo de 2018. Ello hizo que, a diferencia del resto de las universidades del Estado Español, la carga de trabajo que supuso la entrada en vigor de las ya mencionadas leyes de transparencia no recayera en la implementación de lo indicado Capítulo II del Título I, sobre las publicaciones de Publicidad Activa, sino precisamente Capítulo III, dedicado al derecho de acceso a la información pública.

Esta circunstancia particular, ha permitido que los equipos implicados con la gestión de la transparencia institucional hayan conocido de cerca lo que podemos llamar “las aristas de la ley de transparencia”, consistentes en el uso de los derechos que esta ley otorga como herramienta al servicio de intereses ajenos al espíritu de la ley y, por otro lado, muchas de las “barreras” con la que la implementación de los sistemas de transparencia y datos abiertos se han encontrado en el sistema universitario.


Retos iniciales y dinámicas de acción-reacción

La primera conclusión que podemos exponer es la de la necesidad de una acción difusión y divulgación en el seno de las estructuras universitarias. La Universidad Rey Juan Carlos respondió ante el doble reto que suponían las obligaciones de las leyes de transparencia y el ataque de reputación institucional que padecía mediante una dinámica de acción-reacción. Es decir, la creación de un ecosistema de transparencia en la URJC se va construyendo como respuesta a la presión legal y reputacional de la institución. Esta situación lleva a que no haya una planificación a medio o largo plazo, sino respuesta a las necesidades perentorias cotidianas.

Ello, para la Universidad Rey Juan Carlos, significó dar respuesta a las diez peticiones de acceso a la información pública mensuales que se recibieron de media a lo largo de los años 2018, 2019 e inicio del 2020. En paralelo, se perfecciona el Portal de Transparencia, que desde su apertura presenta una media de visitas que se puede cifrar en unas 2000 mensualmente, con subidas muy significativas en los momentos de crisis de imagen de la institución.


Superando barreras: Estrategias y logros

La dinámica de acción-reacción llevó a que, con el tiempo y muchas dificultades, los encargados de transparencia consiguieran una mayor colaboración del resto de los servicios universitarios en siguientes fases:

  1. Convencer a la institución de lo señalado en los artículos 12 y 13 de la ley, es decir, que “se entiende por información pública los contenidos o documentos, cualquiera que sea su formato o soporte, que obren en poder de alguno de los sujetos incluidos en la ley hayan sido elaborados o adquiridos en el ejercicio de sus funciones” y que “son titulares del derecho de acceso todas las personas y que podrá ejercerse sin necesidad de motivar la solicitud”.
  2. Convencer a la institución de que los límites a que se refiere el artículo 14 de la LTAIBG no se aplican directamente ni operan automáticamente a favor de la denegación. Su invocación debe estar ligada con la protección concreta de un interés racional y legítimo.
  3. Convencer a la institución de que todas las peticiones alineadas con el espíritu de la ley deben ser admitidas, considerando la denegación de información como la excepción.
  4. Convencer a la institución de que la universidad debe ser totalmente consciente de la obligatoriedad de la Transparencia y de que debemos crear, fomentar y aceptar una cultura pro-transparencia.

A medida que los porcentajes de admisiones a través del “Derecho de Acceso a la información” aumentaban (el porcentaje de peticiones admitidas evolucionó de la siguiente manera: 2019: 78%; 2020: 82% y 2021: 91%), la entrada de solicitudes de acceso a la información se redujo desde un nivel 100 en 2019 a una media de 40 a partir del año 2021. Por otro lado, con ello la institución “perdía miedo” a la publicidad activa, lo que agilizó y benefició el incremento de contenidos en el Portal de Transparencia..


Superar las resistencias internas hacia la transparencia requiere un cambio cultural y la creación de una cultura pro-transparencia en las instituciones.


Resultados y reflexiones finales

Las barreras, las resistencias para implementar una gobernanza cada vez más abierta, fueron vencidas gracias a la demostración de que la eficiencia en la transparencia a través del “Derecho de Acceso” y de la “Publicidad Activa” lejos de incrementar los problemas reputacionales de la institución, los reducían.

Eso facilitó el lanzamiento de UniversiData, a través del proceso ya descrito en estas páginas, con los éxitos que ya se mencionarán. Pero, por otro lado, también dejó patente otra de las carencias a las que nos enfrentamos en estos temas: la falta de institucionalización.

En todo momento, el impulso procedió de un equipo con un liderazgo muy concreto, en un momento puntual. En el momento en que mayores réditos institucionales estaba ofreciendo el equipo de transparencia y el sistema de servicios creado en torno suyo (Acceso a la Información, Publicidad Activa y Portal de Datos Abiertos -UniversiData-), dicho sistema quedó congelado. O, mejor dicho, huérfano, por la falta de un convencimiento institucional capaz de sustituir el impulso personal de algún liderazgo concreto. La institución, solucionada la presión reputacional, consideró que el objetivo se había alcanzado.

La principal conclusión que se puede extraer es la necesidad de hacer una intensa labor didáctica entre la comunidad universitaria. Que ésta sienta la Transparencia como una herramienta positiva y necesaria para la universidad. Solo si este convencimiento se extiende, y la implementación de los recursos de transparencia responde a una necesidad solicitada desde la base de la comunidad universitaria, los equipos rectores sentirán que están respondiendo a una necesidad y no ante una obligación legal, lo que facilitará la implementación de los recursos necesarios. Ello ayudará a una mejor planificación a medio y largo plazo y a una visión en conjunto.

BiorRefinerías en España: ¿Innovación sostenible o reto social?

BiorRefinerías en España: ¿Innovación sostenible o reto social?


BiorRefinerías en España: La transición energética frente al rechazo local

Las biorrefinerías son una pieza esencial en la transición energética, pero su puesta en marcha en España enfrenta un creciente obstáculo: el rechazo social que generan sus instalaciones. Aunque estas aseguran ser sostenibles, generar empleo y aportar a un modelo energético más limpio que impulsa la transición a la economía circular, la realidad es que la propuesta de nuevas instalaciones está encontrando un frontal rechazo por parte de las comunidades locales que perciben más los problemas que los beneficios, y ven estos proyectos como una imposición más que como una oportunidad para su entorno.

El origen de este conflicto no está solo en las preocupaciones legítimas de estas comunidades sobre el impacto ambiental y social que puedan producir, sino también en la forma en que se comunican y gestionan estos proyectos desde su inicio. Una estrategia de comunicación inexistente, que ignore a las comunidades, o inadecuada porque solo se centre en informar pero que no dialogue con los grupos de interés está abocada al fracaso. Esto no solo amplifica este rechazo y lastra la implementación de una solución que, en teoría, podría beneficiar a todos. Además, por contagio, genera una imagen negativa sobre las energías renovables en su conjunto, y, en el fondo socava el compromiso y adhesión ciudadana a la agenda de transición ecológica. El problema, no es menor.


El éxito de las biorrefinerías no depende solo de su tecnología, sino de su capacidad para dialogar y ganar la confianza de las comunidades locales.

Las biorRefinerías: una apuesta por la sostenibilidad

Las biorrefinerías son instalaciones que transforman biomasa y residuos orgánicos en biocombustibles, biogás y otros productos de valor añadido (SusChem España, 2017). En España su desarrollo y puesta en marcha impulsa los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, que busca una reducción del 32 % de emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar un 48 % de energías renovables en el consumo final de energía para 2030 (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023). En este sentido, las biorrefinerías son una tecnología clave para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y progresar en el compromiso de España con la descarbonización establecido en la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética. Además, en los últimos años muchos de los nuevos proyectos de creación de biorrefinerías se han visto impulsados a través de la financiación de los fondos Next Generation EU (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023), canalizados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

Pero, siendo un marco claramente favorable, ¿por qué la aceptación social a esta tecnología es cada vez menor?

Las causas del rechazo social

El rechazo social a las biorrefinerías está estrechamente relacionado con la falta de transparencia y participación en los procesos de planificación. A menudo los ciudadanos conocen los proyectos cuando parecen ser ya un hecho consumado, por lo que perciben estos como algo que es impuesto desde las administraciones y/o las grandes empresas. Que se ignore su voz, que no se les consulte ni se dialogue con ellos, la falta de mecanismos efectivos de participación es clave para que el rechazo sea rotundo. La falta de información genera desconfianza y refuerza un sentimiento de exclusión que, una vez instalado, es muy dificil de combatir.

No obstante, hay razones que no son emocionales, y que apelan, precisamente, a la necesidad de ofrecer información desde el mismo momento de su planteamiento. Hay preocupaciones lógicas sobre los posibles impactos en la calidad de vida, como el aumento del tráfico pesado, el ruido, las emisiones, su impacto en la salud o el riesgo de contaminación (La Voz de Galicia, 2024; Noticias para municipios, 2024). Aunque estas inquietudes puedan abordarse técnicamente, rara vez se comunican o se tratan de manera adecuada y precisa, lo que abre todo el espacio para que surja la especulación y el miedo. Sin información rigurosa, solo hay sombras.

Además, a pesar de los beneficios que sí suelen destacarse en las comunicaciones institucionales o empresariales (generación de empleo, impulso de zonas rurales, aprovechamiento de biomasa y recircularidad del sistema….), muchas comunidades tienen un fuerte apego a sus valores locales y al entorno, y la instalación de una biorrefinería siempre tiene un impacto que debe valorarse en este contexto sociocultural, no sólo económico. Los sentimientos juegan en esta partida. Ignorar estas dinámicas culturales y emocionales, no considerar que forman parte de la ecuación en los procesos de comunicación, puede intensificar el rechazo, incluso cuando los proyectos tienen un impacto ambiental limitado.


Sin información clara y procesos participativos, los proyectos se perciben como imposiciones, amplificando la resistencia social y erosionando la confianza en la transición energética.

El rol de la comunicación en la aceptación social

La comunicación juega un papel esencial en la aceptación social de las biorrefinerías. Sin embargo, en muchos casos, las estrategias utilizadas han sido insuficientes o inadecuadas. Tanto las administraciones como las empresas que están detrás del desarrollo y explotación de las biorrefinerías tienden a adoptar un enfoque basado en el modelo de “déficit informativo”, asumiendo que la resistencia de las comunidades locales se debe a su falta de conocimiento. Este modelo, centrado únicamente en explicar los beneficios técnicos y económicos, que es el predominante en la comunicación institucional, obvia cuestiones que son claves para las comunidades receptoras, como la justicia procedimental y el reconocimiento de los valores locales (Devine-Wright, 2009; Batel, 2017), lo que impulsa los proyectos al fracaso. Y en los últimos dos años podemos encontrar numerosos casos en España que muestran hasta qué punto ese déficit comunicativo ha exacerbado la oposición social a las biorrefinerías (Levante, 2024; CadenaSer, 2024)

En la base de este rechazo, y de la desconfianza que lo nutre, siempre aparece la percepción de imposición por parte de las administraciones y las empresas, y que las comunidades locales se sientan excluidas de los procesos de planificación y diseño de las biorrefinerías. Aunque este problema es comun en otras energías renovables, en el caso de las biorrefinerías la aceptación local de los proyectos es significativamente más baja (Macht et al., 2023), lo que hace aún más crítico su abordaje.

Para superar estas barreras, es necesario replantear la comunicación desde una perspectiva integral. Esto implica involucrar a las comunidades desde el inicio, generando un diálogo temprano y continuo que permita identificar sus preocupaciones y diseñar soluciones conjuntas que observen todas las dimensiones de la instalación, y cuenten con la cultura local. También es fundamental destacar los beneficios reales que las biorrefinerías tendrán para esa comunidad local, como la generación de empleo, la mejora de infraestructuras o el desarrollo económico tangible, en lugar de centrarse exclusivamente en los objetivos globales de sostenibilidad. Además, e imprescindible que el proceso sea transparente, implementándose sistemas de monitoreo ambiental accesibles y claros que puedan consultar los ciudadanos para verificar en tiempo real el impacto de la planta. Y evitar cualquier sombra de especulación que horade la confianza en el proyecto. Solo así, con procesos claros y transparentes, participados y regulados se podrá encontrar un camino de consenso y de cambio.

Estrategias de comunicación para mejorar la aceptación social de las biorrefinerías. Fuente: Elaboración propia.

Es indudable que las biorrefinerías tienen el potencial de contribuir a la transición energética en España, pero cada vez es más evidente que su éxito no dependerá únicamente de su viabilidad técnica o económica. Su aceptación social es un reto que requiere empatía, diálogo y una comunicación real y convencidamente inclusiva. Integrar a las comunidades locales como aliadas en estos proyectos no solo hará que sean más viables, sino también más justos y sostenibles.

La ruta es clara. Solo falta que lo sea la voluntad.

Referencias

El valor de la formación para mejorar la empleabilidad de los jóvenes

El valor de la formación para mejorar la empleabilidad de los jóvenes

La formación académica tiene como objetivo ayudar a los estudiantes a convertir sus conocimientos en trabajo estable y duradero. El alumno que debe decidir su futuro profesional tiene varios retos ante sí: decidir el grado, elegir un itinerario curricular, tal vez hacer un Erasmus, y en muchos casos, seleccionar un postgrado antes de acceder al mercado laboral, entre otras decisiones que marcarán su futuro.

Los expertos en Recursos Humanos que tienen acceso a las fuentes de información no saben a ciencia cierta cuáles serán las profesiones del futuro, pero coinciden en la dificultad de saber con exactitud cuales serán las carreras más demandadas a medio plazo. Si un profesional con experiencia tiene serias dificultades para acertar en las predicciones sobre el desarrollo de la empleabilidad, no podemos por menos que sentir compasión por nuestros jóvenes cuando tienen que elegir la última etapa académica. Ni que decir tiene, actualmente la formación es una carrera infinita de adquisición de conocimiento, en la que se sabe cuándo comienza, pero no cuando termina.

Algunas pistas sobre el éxito o fracaso de los cursos de formación están relacionadas con los datos que aparecen en Redes Sociales, fuentes primarias y secundarias, o consejos dados por amigos y familiares. Valgan algunos ejemplos e información de carácter público para ayudar a los futuros profesionales que formarán parte del mercado laboral.

Entre los empleos relacionados con las TIC, los que aglutinan mayor demanda son Programador, Cloud Computing y Big Data. Especialmente el primero ha crecido muy por encima de la media. Cabe preguntarse si esta tendencia es una moda pasajera o la aparición de la tan nombrada Inteligencia Artificial no terminará por cambiar la empleabilidad en el área de la informática. Conocimiento sobre Análisis y Programación, Soporte y Explotación y Sistemas, Redes y Seguridad son las que acumulan un mayor número de ofertas de empleo.

En el año 2023, y según LinkedIn, las profesiones más demandadas fueron Ciberseguridad, Ejecutivo de Cuentas y Comercial. Los especialistas en Ventas o Logística también están entre los empleos más solicitados. Según el informe sobre perfiles deficitarios y la escasez de talento en España elaborado por Adecco en 2023, manifiesta que los perfiles que más cuesta cubrir son: perfiles IT, personas con formación en FP, oficios, perfiles sanitarios o técnicos de mantenimiento, entre otros. Muchos de estos empleos gozan de lo que se denomina el pleno empleo. Un punto aparte es el sector de las energías renovables. Se espera que se generen entre 253.000 y 348.000 puestos de trabajo entre 2021 y 2030 (educaweb).

Cabe preguntarse si los estudios en ciencias sociales tendrán interés para las compañías a medio plazo. La tecnología está unida a un alto componente humano, pero sin duda, existe la necesidad de realizar un esfuerzo continuo para adaptarse a las necesidades del mercado. Desde la academia debemos adaptar nuestro conocimiento a la evolución de la sociedad. La oferta de estudios transversales es un camino para una formación adaptada al mercado laboral.

Los campos con las tasas más bajas en afiliación y contratos indefinidos son los siguientes:

  • Conservación y Restauración e Historia del Arte. Su tasa de afiliación es del 63,63% y 57,32%, respectivamente. El porcentaje de contratos indefinidos de sus egresados es sólo del 61,82% y 64,46%. Además, sólo el 62,79% y 58,74% tiene jornada completa y su base media de cotización anual es de 20.772,28€ y 24.289,53€, respectivamente.
  • Arqueología, Bellas Artes, Historia y Otras lenguas extranjeras.
  • Audiovisual, Imagen y Multimedia, Geografía y Geografía y Ordenación del Territorio.
  • Antropología Social y Cultural, Ciencias del Mar y Protocolo y Eventos.
  • Biología, Humanidades y Música.

En resumen, las Ciencias Sociales necesita un enfoque sistémico e integrador para ayudar a los egresados a ingresar o progresar en el mercado laboral, y consolidar el tránsito a la vida adulta laboral.

Referencias

Boom de empleos en tecnología, salud y energías verdes – educaweb .com

Fundacion CYD (40)

Estadísticas LinkedIn 2024 | LinkedIn

¿Cómo puede contribuir el uso de Chatbots en el impulso y promoción de la economía circular?

¿Cómo puede contribuir el uso de Chatbots en el impulso y promoción de la economía circular?

Los Chatbots son sistemas capaces de emular los flujos de comunicación entre humanos -ya sea en forma de diálogo continuado o respondiendo consultas aisladas- de manera plenamente autónoma a través de texto o voz. Los Chatbots, apoyados en tecnologías de IA, recaban y procesan información de multitud de fuentes para construir sus respuestas. Pero lo más importante, es que son capaces de aprender de sus interacciones para mejorar el ajuste de sus futuras respuestas.

En los últimos años, los Chatbots han demostrado tener posibilidades de aplicación en multitud de campos y situaciones. Específicamente, en el ámbito de la economía circular, estas tecnologías desempeñan un papel importante a la hora de promover y afianzar una cultura de concienciación en torno al tema en el conjunto de la ciudadanía. En este sentido, los Chatbots pueden tener aplicaciones en tres grandes planos, educación, comunicación, y mejora de procesos.

Aplicaciones en el plano educativo

La primera aplicación destacable reside en la concienciación sobre prácticas sostenibles. Los Chatbots podrían ofrecer a los consumidores consejos sobre cómo reducir el desperdicio, reutilizar productos, o reciclar correctamente. Por ejemplo, pueden guiar sobre la separación de residuos o cómo darles una segunda vida a productos. Asimismo, estas tecnologías podrían emplearse para educar a la ciudadanía sobre los principios de la economía circular y el impacto de sus decisiones de consumo. Hecho este que ayudaría a generar conciencia e impulsar hábitos de consumo más responsable.

Estas tecnologías tienen también posibilidades de uso de cara a impulsar la venta de productos sostenibles. Los Chatbots podrían ayudar a encontrar productos fabricados bajo principios de la economía circular, productos reciclados, o productos reutilizables. De igual manera, estos sistemas podrían servir para guiar a los consumidores hacia opciones más sostenibles en su proceso de compra, resaltando productos con envases reciclables o que ocasionen una menor huella de carbono.

Aplicaciones en el plano comunicacional

Estas tecnologías podrían usarse para informar a los consumidores sobre el origen y trazabilidad de los productos, si han sido reciclados, y las prácticas sostenibles involucradas en su fabricación. Todo ello contribuiría a fomentar una mayor transparencia y confianza en marcas comprometidas con la economía circular. Por otro lado, los Chatbots podrían ayudar el cliente a verificar si un determinado producto cuenta con certificaciones ecológicas.

Estos sistemas pueden orientarse también al fomento del consumo colaborativo. Los Chatbots podrían actuar como intermediarios en plataformas en línea que promueven el intercambio, el alquiler, o la compra de productos de segunda mano. En este contexto, estas tecnologías facilitarían la comunicación entre usuarios, ayudando a los mismos a encontrar el producto más adecuado a sus necesidades dentro de la comunidad.

La utilización de Chatbots podría ofrecer además ayuda técnica y guías paso a paso para que los consumidores pudieran reparar de manera autónoma sus productos en lugar de desecharlos. Las mejoras de la comunicación en este plano incentivaría la reutilización de muchos de productos, aumentaría notablemente su durabilidad y reduciría el desperdicio.

Aplicaciones en la mejora de procesos

Estas tecnologías podrían emplearse para interactuar con aquellos clientes que tras realizar una compra en línea necesitan concertar una cita para recoger su producto en el punto de venta o entrega. Por otro lado, los Chatbots servirían también para mantener al cliente informado sobre el estado de sus devoluciones, reparaciones de producto. En líneas generales, estos sistemas permiten optimizar recursos empresariales, reduciendo costes y erradicando el malgasto de ciertos materiales como el papel.

Asimismo, los Chatbots podrían emplearse para motivar a los usuarios a reciclar o reutilizar productos mediante programas de puntos o recompensas. A través de estos programas, los consumidores podrían obtener descuentos o incentivos al completar ciertas acciones sostenibles. De igual forma, estos sistemas servirían para automatizar la promoción de iniciativas de reciclaje, eventos o campañas de sostenibilidad, aumentando la participación y el compromiso.

Como podemos ver, estas tecnologías presentan importantes posibilidades de aplicación de cara a al impulso y promoción de la economía circular. Por consiguiente, parece lógico pensar que en los próximos años veremos cómo estos sistemas contribuyen a una transición más fluida hacia una economía circular, mejorando la eficiencia, reduciendo el desperdicio y promoviendo comportamientos más sostenibles en todo el mundo.

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