Sexenios 2023. Recursos para hacer la bibliometría narrativa

Documentando el impacto científico y social

por Manuel Gértrudix Barrio | Dic 7, 2023

La convocatoria 2023 de sexenios plantea un nuevo modelo de evaluación de las aportaciones basado en la bibliometría narrativa en la que la debe argumentarse cualitativamente el impacto científico y social.

Aprobados los criterios del sexenio 2023

El 5 de diciembre de 2023 ANECA presentó la versión final de criterios de evaluación que se aplicarán en la convocatoria 2023 del sexenio de investigación, una vez aprobados por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI).

El texto, que se publicará en el BOE en las próximas semanas, recoge, según señalan, las contribuciones recibidas durante el periodo de información y consulta pública abierto en el mes de noviembre que son competencia de ANECA. En aquellos aspectos que afectan a cuestiones procedimentales establecidas en la Orden ministerial de 2 de diciembre de 1994, como la tan reclamada obligación de revisar la fracción mínima de 8 meses para establecer el cómputo de año natural con contrato en dedicación a tiempo completo establecida en el artículo 10, o la habilitación para solicitar el sexenio determinadas figuras de profesorado universitario y de personal investigador, quedan en manos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y de cada institución, respectivamente.

novedades de la convocatoria

La convocatoria presenta algunas novedades importantes que tratan de mejorar la calidad de la evaluación incluyendo elementos cualitativos y ampliando los elementos y fuentes de evaluación, en línea con la San Francisco Declaration on Research Assessment (DORA) los acuerdos y principios de la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA) y, aunque no se menciona expresamente, con el Leiden Manifesto for Research Metrics.

Conceptualmente es un avance importante y apunta en una buena dirección, pero cuya aplicación no es sencilla, y exige un proceso más laborioso por parte de solicitantes, evaluadores y gestores. Como se sabe, el diablo está en los detalles, y para que las buenas ideas se conviertan en procesos exitosos hacen falta recursos para llevarlos a cabo, tanto humanos como técnicos. Confiemos en que, detrás de este cambio relevante, que afecta a muchos aspectos, se haya simulado el escenario de aplicación y se hayan tenido en cuenta de forma detallada qué hace falta para que no embarranque el proceso. En breve lo sabremos.

El preámbulo del texto refleja las novedades destacadas que resumimos (puede consultarse el texto completo más abajo):

  1. Ampliación de la tipología de aportaciones que pueden ser evaluadas, al extender qué puede incluirse en las solicitudes “extraordinarias”. Esto, en el caso de las áreas de Comunicación (Campo 7.1) es especialmente relevante porque, por primera vez, se recoge la valoración de las obras audiovisuales, un aspecto reclamado históricamente. Lástima que no hayan recogido la valoración de las obras digitales y multimedia, como se solicitó también desde diferentes asociaciones y colectivos durante el periodo de consulta pública (aspecto sobre el que habrá que volver)
  2. Reformulación de la metodología de evaluación que, como señalábamos, incluye tanto elementos cualitativos como cuantitativos, introduciendo la bibliometría narrativa de cada aportación como instrumento para presentar, de manera rigurosa las “evidencias e indicios relacionados con la visibilidad, diseminación e influencia de los resultados de la investigación” (ANECA, 2023, p. 24) El texto dice, expresamente, que esta narración justificativa podrá apoyarse por un “uso responsable de indicadores cuantitativos”. Este cambio es profundo, porque hasta ahora, estos eran los elementos de referencia, y ahora pasan a ser un apoyo que ha de usarse de manera responsable. Seguramente no cabe en una resolución, pero hubiese sido didáctico hacer alguna referencia que concretase este aspecto genérico, de base ética, del uso responsable, aludiendo de nuevo, por ejemplo, a los grupos de trabajo de COARA sobre métricas e indicadores responsables, el clásico informe de The metric tide del UK Research and innovation, los resultados de la campaña Responsible Metrics, o el interesante ensayo de Islam & Greenwood (2022) “The Metrics of Ethics and the Ethics of Metrics“, especialmente para ayudar a comprender que se busca más calidad en el proceso evaluativo, y es un imperativo, pero que la calidad tiene un coste y se debe apostar por estructuras sólidas que lo hagan posible para evitar un fracaso y un rápido desencanto.
  3. Impulso de la ciencia abierta a través de la potenciación del acceso abierto, libre y gratuito tanto de las publicaciones científicas como de los componentes de la investigación (metodologías, instrumentos, datos, programas de ordenador, modelos de aprendizaje automático…) El requerimiento de depósito de las aportaciones objeto de evaluación en repositorios institucionales (bien específicos de universidades, consorciados, o de ámbito global y propósito general como Zenodo, por ejemplo) cuyos procesos han sido documentados y se apoyan por unidades como la Ofilibre de la URJC o su repositorio institucional, es fundamental para impulsar un cambio en el modelo global de publicación, como lo es la inclusión expresa de la plataforma Open Research Europe para potenciar el acceso abierto diamante como objetivo irrenunciable. Es importante señalar la alusión que se hace al artículo 37.6 de la LCTI para facilitar el depósito de publicaciones que estén embargadas, respetando el “derecho de atribución o transferencia a terceros de los derechos sobre las publicaciones”, aunque no puedan quedar disponibles en acceso abierto.
  4. Identificación de la aportación realizada en la investigación. La limitación del número máximo de autores ha estado condicionada en muchos casos por la imposibilidad de precisar el trabajo realizado por cada uno de ellos. Esto, en el caso de resultados de investigación obtenidos en proyectos en colaboración de carácter internacional ha supuesto una limitación muy importante. La incorporación de la taxonomía CRediT (Contributor Roles Taxonomy) no resuelve por completo el problema, pero es un avance significativo para impulsar la identificación precisa de los roles desarrollados en una investigación y la aportación que cada autor tiene en ella, más allá de su mera posición en el orden de autorías.
  5. Incorporación del Campo 0. Interdisciplinar y multidisciplinar con la finalidad de evaluar las trayectorias claramente interdisciplinares, o cuya actividad, durante el periodo sujeto a evaluación, lo haya sido y tenga un encaja complejo en un área determinada.

preparando la solicitud

A partir de estos criterios generales, veamos ahora qué nos solicitan para preparar la solicitud:

  • Se deben presentar 5 aportaciones principales que pueden acompañarse de 2 aportaciones sustitutorias.
  • Las aportaciones que se presenten a sexenio de investigación no podrán hacerlo en el sexenio de transferencia (cuando sea que se convoque de nuevo) Esto está especialmente dirigido a las aportaciones de carácter extraordinario ya que al ampliar la tipología de aportaciones la convocatoria deja una delgada línea entre qué es investigación y qué transferencia (pero esto es objeto de otro debate)
  • En la narración justificada de los méritos se debe:
    • Demostrar el impacto científico o social, es decir, que se hagan evidentes los beneficios que aporta más allá del ámbito académico.
    • Tener en cuenta que los indicadores bibliométricos, como la indexación en un determinado repertorio bibliométrico o base de datos, es ahora un argumento de carácter complementario que ayuda a entender la narrativa que se hace de la aportación, pero ya no supone, al menos en el papel, que determinados indicadores bibliométricos del medio (revista, editorial…) vayan a dar como resultado una valoración positiva. En este sentido, se pone el peso en la calidad intrínseca del contenido lo que, sin duda, es todo un reto para la gestión del proceso de evaluación y para quienes vayan a estar involucrados en él.
    • Estar publicadas o registradas en los años sometidos a evaluación, aunque sirve si está disponible en cualquiera de los modelos de publicación continua (forthcoming, online first, in press…) y dispone de identificador persistente.
    • Indicar la aportación realizada en la investigación. Si el medio de publicación incluye la taxonomía CRediT se debe aludir a la información incorporada en esta, y, en caso contrario, se deberá documentar en la narrativa la contribución realizada siguiendo el esquema de roles de esta taxonomía.
    • Informar si se ha utilizado Inteligencia Artificial Generativa en el caso de que su uso haya contribuido al resultado original de la aportación. Ello se alinea con el ámbito 8 de actuación de las Recomendaciones sobre la Ética de la Inteligencia Artificial de la UNESCO (2021) así como las realizadas por un conjunto editores de revistas internacionales sobre el Uso de Inteligencia Artificial Generativa en las publicaciones (Kaebnick et al, 2023)
    • Incluir la evidencia del depósito en un repositorio institucional abierto.
    • Revisar, en el caso de que la aportación sea un conjunto de datos, que cumplen los principios FAIR.
  • De manera específica, para los investigadores de Comunicación, que presenten su evaluación por el subcampo 7.1. Ciencias Sociales y Estudios de Género, se debe considerar:
    • Que se requiere como mínimo que, de las cinco aportaciones, dos sean artículos con alta relevancia e impacto publicados en revistas o plataformas como las referidas previamente.
    • Que el número maximo de aportaciones extraordinarias es 2.
    • Que por primera vez se valoran las obras audiovisuales que cumplan los siguientes requisitos:
      • Que la financiación, exhibición, distribución o impacto demuestre que han sido sometidos a procesos de selección rigurosa por parte de comités especializados que sean indicadores de la calidad del producto de investigación.
      • Que sean, por tanto, a) obras seleccionadas en festivales de reconocido prestigio, congresos con comité evaluador, así como la presencia en revistas académicas con revisión por pares que publiquen este tipo de trabajos audiovisuales; o, b) obras distribuidas y estrenadas en salas, incluidas en catálogos y presentes en exposiciones y plataformas de distribución tanto generalistas como especializadas.
      • Para documentar la relevancia y el impacto, dado que no hay índices normalizados, es importante incluir también críticas, reseñas en revistas especializadas, exposiciones en museos u otras instituciones científicas, o presentaciones invitadas en departamentos universitarios, centros de investigación o equivalentes, que se hayan producido.
      • Que se valoran preferentemente las aportaciones publicadas en:
        • Revistas de calidad contrastada o indexadas en bases de datos bibliográficas de reconocido prestigio.
        • Medios que hayan recibido un sello o reconocimiento de calidad por un organismo independiente (vg. FECYT).
        • Plataformas de publicación de resultados de investigación como Open Research Europe.
        • Editoriales o colecciones que cuenten con sello de calidad otorgado por una institución de reconocido prestigio, y en las que se hayan publicado libros o capítulos de libros. En estos casos, también serán criterios de valoración las reseñas que estos hayan recibido en revistas científicas especializadas.

recursos para buscar la información y completar la bibliometría narrativa

Hasta ahora, el medio de publicación era la fuente fundamental de información sobre la calidad de la aportación.

Ahora, con el fin de mejorar ese proceso de valoración específica de cada una de ellas, se aplica un sistema cualitativo definido a través de la narrativa de impacto científico-social de la aportación que debe argumentarse en base a una diversidad de métricas, fuentes y dimensiones, apoyadas por un uso responsable de los indicadores biblométricos.

Se trata de un proceso que introduce riqueza en el proceso de evaluación y, esperablemente, debe mejorar cómo se evalúan estos méritos. Pero es cierto que esta densidad de “sensorización” del impacto científico y social también incorpora una mayor complejidad, requiere más formación y conocimiento sobre la generación, seguimiento y análisis de dicho impacto, y ello requiere una comprensión más global del fenómeno.

En la siguiente infografía dinámica se presentan, de forma gráfica, una selección de métricas, fuentes y dimensiones que, a partir de la Tabla 1 publicada por ANECA (2023, p. 28) presenta las diferentes dimensiones y niveles, incluyendo una explicación del contexto/narrativa y un enlace a una selección de fuentes que pueden usarse para documentar el impacto.

Obtener indicadores en los portales científicos de las universidades

Los portales científicos que ofrecen las universidades y centros de investigación, permiten recuperar informes específicos con una parte importane de las métricas que se precisan para la creación de la bibliometría narrativa. Así, por ejemplo, el sistema iMarina dispone en sus iReport de un modelo específico para la convocatoria 2023.

iMarina Report Sexenios

En este se puede configurar el informe seleccionando las fechas de recuperación o el tipo de ítems (artículos, capítulos, libros…) entre otros aspectos.

Aunque la calidad de los resultados dependerá de la información que tenga capturada la plataforma, lo que según los casos puede variar mucho, es una buena aproximación para recoger de forma sencilla algunos indicadores. En el caso de las plataformas de impacto social ofrece un acceso directo a la información de la aportación en dicha plataforma lo que ayuda a localizarlo de forma rápida, e indudablemente, ahorra tiempo. Merece la pena que las universidades continúen mejorando la calidad de estas plataformas. Va a ser imprescindible.

Conclusiones

La convocatoria de sexenios 2023 plantea un cambio importante en su diseño, específicamente en lo que respecta a los criterios de evaluación de las aportaciones.

Su diseño es coherente con lo establecido en la Ley Orgánica 2/2023, de 22 de marzo, del Sistema Universitario (LOSU), así como con el Real Decreto 678/2023, de 18 de julio, por el que se regula la acreditación estatal para el acceso a los cuerpos docentes universitarios y el régimen de los concursos de acceso a plazas de dichos cuerpos, y pasa a un modelo cualitativo que se alinea con los acuerdos y principios de la Coalition for Advancing Research Assessment (CoARA).

El nuevo modelo enriquece el proceso de evaluación, y, en el plano teórico, ofrece mayor información para realizar una evaluación más ajustada a los méritos presentados. Es un cambio sistémico y, sobre todo, social, porque supone replantear la forma de comprender el impacto científico y social de la actividad investigadora.

Es, sin duda, un reto, porque el cambio será progresivo, pero la convocatoria es inminente, y queda por saber si para el esfuerzo extra que supondrá se contará con los mecanismos de apoyo necesarios. En ello estará parte de su éxito.

Texto de la resolución (enviado a boe)

Referencias

ANECA (2023, 5 de diciembre) Aprobados los criterios de evaluación de la próxima convocatoria 2023 del sexenio de investigación. https://www.aneca.es/web/guest/-/aprobados-los-criterios-de-evaluaci%C3%B3n-de-la-pr%C3%B3xima-convocatoria-2023-del-sexenio-de-investigaci%C3%B3n

ASTON University (2023) Responsible Use Of Publication Metrics Policy and Operational Principles. https://www.aston.ac.uk/research/supporting-our-researchers/responsible-use-publication-metrics-policy-and-operational-principles

Islam, G., Greenwood, M. The Metrics of Ethics and the Ethics of Metrics. J Bus Ethics 175, 1–5 (2022). https://doi.org/10.1007/s10551-021-05004-x

Kaebnick, Gregory E., Magnus, David Christopher, Kao, Audiey, Hosseini, Mohammad, Resnik, David, Dubljević, Veljko, Rentmeester, Christy, Gordijn, Bert, and Cherry, Mark J., “ Editors’ Statement on the Responsible Use of Generative AI Technologies in Scholarly Journal Publishing,” Hastings Center Report 53 no. 5 (2023): 3–6. DOI: 10.1002/hast.1507

Responsible Metrics (2023) https://responsiblemetrics.org/

UNESCO (2021) Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial. UNESDOC Biblioteca Digital. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000380455_spa

Wilsdon, James. et al. (2015) The Metric Tide Report of the Independent Review of the Role of Metrics in Research Assessment and Management. HEFCE. https://www.ukri.org/wp-content/uploads/2021/12/RE-151221-TheMetricTideFullReport2015.pdf

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La respuesta a esta última pregunta no es sencilla, ni tampoco barata. A menudo, aquellos que nos dedicamos a la producción de contenido divulgativo y científico, sabemos que no siempre se dispone de suficientes recursos, como un departamento de experiencia de usuario que pruebe el producto comunicativo antes de lanzarlo, o un departamento de marketing que obtenga información sobre las métricas de impacto. Aunque no es difícil monitorear las métricas de impacto (como número de visualizaciones, tasa de rebote, tiempo de permanencia o reproducción), estas no garantizan el entendimiento sobre la eficacia de las acciones de comunicación llevadas a cabo. Para obtener dicho conocimiento, es necesario realizar experimentos en el laboratorio, un poco más complejos.

En Ciberimaginario, llevamos años trabajando para entender mejor cómo mejorar la medición de la eficacia de la comunicación en este ámbito, especialmente desde el punto de vista de la experiencia del usuario. La eficacia de la comunicación implica evaluar cuánto se comprenden, aceptan o utilizan los mensajes transmitidos por los destinatarios. Como resultado de mi tesis doctoral, hemos desarrollado un modelo de eficacia basado en acciones de contenido audiovisual. Sin embargo, durante la puesta en marcha, nos dimos cuenta de la complejidad de la tarea de medir la eficacia, lo cual podría no ser viable en la mayoría de los casos de comunicación científica donde no se cuenta con recursos limitados.

Por lo tanto, decidimos que una buena forma de “democratizar” la medición de eficacia (haciendo que también sea accesible para los profesionales de la comunicación científica) es crear modelos de medición que simplifiquen el trabajo y, sobre todo, que pongan a disposición de todos el acceso a dicho conocimiento.

El modelo de medición de la eficacia para productos audiovisuales

Para medir la eficacia de la comunicación, es esencial analizar las reacciones y respuestas de los destinatarios del mensaje. Este análisis puede hacerse a través de encuestas, entrevistas o grupos de discusión. Sin embargo, también se pueden utilizar técnicas de neurocomunicación, como el seguimiento ocular o el análisis de las expresiones faciales, para evaluar cómo los destinatarios procesan y reaccionan a los mensajes. Para llevar a cabo el modelo que hemos publicado recientemente, hemos recurrido a la tecnología de iMotions, una plataforma de software avanzada que permite la recopilación y el análisis integrado de datos biométricos y de comportamiento humano. Incluye técnicas como el seguimiento ocular, la respuesta galvánica de la piel, las expresiones faciales y más.

Lanzamiento de iMotions 10, la última versión del software hasta el momento.

La plataforma se utiliza en una variedad de campos y aplicaciones, desde la investigación de mercados hasta la neurociencia y la psicología, y desde luego tiene mucho potencial para el ámbito de la ocmunicación científica. iMotions proporciona las herramientas necesarias para realizar estudios detallados sobre cómo los humanos interactúan y reaccionan a diferentes estímulos, permitiendo a los investigadores obtener información valiosa y detallada sobre el comportamiento humano.

Curso gratuito y abierto de neurocomunicación con iMotions

Si te interesa conocer exactamente cómo llevamos a cabo le diseño metodológico del modelo que desarrollamos puedes acceder a la información del curso. El curso está disponible en la plataforma de Classroom Ciberimaginario.

Pantallazo del curso de Estudios de neurocomunicación con iMotions de Juan Romero Luis.
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Este curso tiene como objetivo proporcionar una comprensión profunda y detallada de cómo llevar a cabo un estudio de A/B utilizando el software iMotion. El enfoque principal es ofrecer un entendimiento exhaustivo de las pruebas A/B, una técnica efectiva para comparar dos versiones de un producto o contenido y determinar cuál es más eficaz. Se abordan los aspectos más técnicos para la configuración del test en la plataforma. Además, el curso se ocupa de cómo interpretar los resultados para realizar los diferentes tipos de análisis que se pueden llevar a cabo con la propia herramienta.

Vídeo del primero módulo del curso.

Estate atento a las publicaciones de este blog si te interesa la medición de la eficacia en el ámbito de la comunicación científica. Actualizaremos el contenido a medida que avancemos en nuestras investigaciones. En el futuro, tenemos planteado mejorar el modelo de medición con el fin de adaptarlo a nuevos formatos para la comunicación científica, como en productos de realidad extendida.

Referencias

Romero-Luis, J., Carbonell-Alcocer, A., Levratto, V., Gertrudix, M., Gertrudis Casado, M. C., & Hernandez-Remedios, A. (2023). Design and assessment of an experimental model for evaluating the effectiveness of audiovisual products on the circular economy aimed at promoting environmental awareness. Journal of Cleaner Production, 423, 138820. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2023.138820

iMotions. (2021). iMotions 10 launch. https://www.youtube.com/watch?v=eAMrorVxQRw

El Sello Verde en la Producción Audiovisual Española: Compromiso con la Sostenibilidad

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La industria audiovisual es un motor creativo y económico que, en los últimos años, ha experimentado un crecimiento significativo en España. Sin embargo, este desarrollo no debe realizarse a expensas del medio ambiente: es aquí donde entra en juego el concepto del Sello Verde, una iniciativa que busca integrar criterios de sostenibilidad en la producción cinematográfica y televisiva.

Según la página de Creast, una herramienta para calcular la huella del impacto medioambiental, “una producción publicitaria estándar de 3 días de rodaje emite 20 Toneladas de CO2eq, el equivalente a 20 piscinas olímpicas o a la huella de carbono que deja una familia en 3 años”. Esta herramienta se estandariza, en gran medida, dado que los proyectos beneficiarios de las ayudas del ICAA (Instituto de la Cinematografía y la Artes Audiovisuales) deben incluir un sistema de “medición y registro del impacto medioambiental” para garantizar las buenas prácticas en la puesta en marcha de dicho proyecto entre otros aspectos.

Se trata de una realidad reflejada, por ejemplo, en la última gala de los premios Goya. La sostenibilidad juega un papel clave y se logró celebrar un evento neutral en emisiones de CO2 gracias al uso de combustibles renovables y la recarga de vehículos eléctricos en la flota oficial. Además, las emisiones inevitables se compensaron mediante iniciativas de reforestación. Se siguieron los protocolos de medición GHG-CO2 eq. e ISO 14-067-2019 por medio de Creast, pues el objetivo de esta medición, también, es compensar las emisiones generadas contribuyendo así a contrarrestar la huella de carbono causada por este relevante evento cultural.

Objetivos del desarrollo sostenible

A modo individual, se ha incentivado el exigir a las autoridades locales y nacionales que participen en iniciativas que no dañen el planeta. Medidas de sostenibilidad medioambiental tan sencillas como a reducción del consumo de energía apagando las luces innecesarias, por ejemplo, resultan beneficiosas para la economía familiar y más consideradas con el planeta.

Las medidas para reducir la huella de carbono en los rodajes se plantean de un modo paralelo: una pequeña inconveniencia inicial que termina por integrarse como una convención en la producción audiovisual, debería ser, también a la vez, una herramienta de ahorro en la inversión económica y repercutir beneficiosamente de manera bidireccional tanto para productoras como para el medioambiente.

En qué consiste el Sello Verde

Hasta hace poco, España carecía de un certificado nacional de sostenibilidad específico para el ámbito audiovisual. A diferencia de Estados Unidos, donde existe la Green Production Guide, o de Europa, con el Green Film Research Lab, nuestro país no contaba con una herramienta que promoviera prácticas más responsables en la producción de películas y series.

El Sello Verde surge como una respuesta a esta necesidad. Se trata de un compendio de buenas prácticas orientadas a reducir los impactos negativos del sector audiovisual en el medio ambiente y la sociedad. Su objetivo es convertir a la industria cinematográfica española en un referente en sostenibilidad, al tiempo que se contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

La guía del Sello Verde aborda diversos aspectos de los rodajes que requieren especial atención:

  • Catering: Se promueve el uso de productos locales y de temporada, así como la utilización de vajilla reutilizable.
  • Movilidad y alojamiento: Se fomenta la elección de alojamientos cercanos a las locaciones de rodaje y el uso de vehículos eléctricos para los desplazamientos.
  • Iluminación: Se recomienda el uso de luces LED para reducir el consumo energético.
  • Vestuario y decoración: Se apuesta por el alquiler y la reutilización de vestuario y materiales de producciones previas.
  • Comunicación digital: Se prioriza la comunicación digital frente al papel.

Por medio de Creast se emiten “4 tipos de sellos que son otorgados al final de la producción”, entre los que se encuentra el Sello Reduce, Sello Carbono Neutral y el Sello Regenera.

El Sello Verde no solo se centra en aspectos técnicos, sino también en la representación de la sostenibilidad en la pantalla. Los relatos narrados pueden influir en la percepción del público y en su compromiso con el medio ambiente. Por tanto, es fundamental que las producciones audiovisuales reflejen valores sostenibles y promuevan un cambio positivo. 

Las / los ecomanagers están para quedarse

Este perfil profesional es responsable de concienciar al equipo, estimar el impacto medioambiental y diseñar un plan de sostenibilidad adecuado para la producción audiovisual. La ECAM ha empezado a ofrecer el Máster en Ecomanagement y Producciones Sostenibles. En este sentido, se han sumado la Universidad de Alcalá o la Universidad de Valencia entre otras instituciones con posgrados o cursos formativos paralelos. Desde los principios de la Agenda 2030, resulta fundamental garantizar que la creciente producción audiovisual se lleve a cabo sin dañar el entorno en ningún caso. El contenido de estas acciones formativas puede poner especial énfasis, aunque no solo, en la creación de contenido audiovisual en espacios protegidos.

Minimizar la huella de carbono implica utilizar recursos de manera eficiente, elegir opciones sostenibles y considerar alternativas de bajo impacto ambiental. Para la figura de ecomanager, evaluar y organizar la gestión económica se convierten en tareas integradas. Existen en la actualidad directorios de estos profesionales en activo que pueden ser contratados tanto para rodajes publicitarios como cinematográficos entre otros. Dependiendo de la complejidad de la producción, su labor puede ser crucial para garantizar que se tomen decisiones conscientes y responsables durante todo el proceso.

A partir de aquí…

El Sello Verde se convierte en una herramienta poderosa para transformar la industria audiovisual. A través de prácticas más responsables y la concienciación ciudadana se logrará que películas y series no solo entretengan, sino también inspiren un mundo más sostenible. En un momento en el que la conciencia ambiental es crucial, el cine y la televisión tienen la oportunidad de liderar el camino hacia un futuro más verde. El Sello Verde es el primer paso en esa dirección, y su adopción es un compromiso con la sostenibilidad y con las generaciones venideras.

DOCENTES, REDES SOCIALES Y CULTURA CIENTÍFICA

DOCENTES, REDES SOCIALES Y CULTURA CIENTÍFICA

Allá por el 1999, en los primeros años en los que explorábamos las múltiples posibilidades de un internet accesible para todos y todas, autores como Repetto Jiménez ya trataban de concienciar sobre la necesidad de una alfabetización científica y tecnológica en la formación de los futuros docentes. En pocos años, experimentamos una revolución en la forma de comunicarnos y nos vimos inmersos en un mundo infinito de información instantánea y no siempre contrastada.

Hoy en día, si preguntamos a docentes de cualquier etapa por dónde buscan información y recursos didácticos para su trabajo, seguramente obtengamos la siguientes respuestas: Instagram, Facebook, YouTube o X (antiguo Twitter), o así lo aseguran estudios como el de Marcelo-Martínez et al., (2023). Asimismo, encontramos la característica, que no problemática, de que la inmensa mayoría de profesorado de todas las etapas a nivel internacional, recurre a las redes sociales como principal fuente de inspiración profesional (Krismanto, 2022).

Sin duda, internet está repleto de variada y valiosa información, pero no siempre responde a unos criterios básicos de calidad ni, por supuesto, han pasado por los filtros del método científico. Por ello, la fiabilidad de dichos contenidos destinados al proceso de enseñanza-aprendizaje que inundan las redes sociales, mayoritariamente visuales y de consumo rápido, quedan al amparo del juicio de aquellos docentes que los usan y/o adaptan para su trabajo diario.

Otro de las funcionalidades que el sector docente ha encontrado en las redes sociales son las comunidades profesionales o, también conocidos como “espacios de afinidad” (Gee, 2005). Un espacio de afinidad es un entorno, virtual en este caso, donde las personas convergen debido a un interés, motivación o idea en común. Cualquier red social es un claro ejemplo de ello, ya que permiten crear nexos y comunidades de usuarios con un fin en común y facilita la comunicación entre los involucrados.

En este contexto, también surgen liderazgos informarles respecto a los creadores de contenido como profesionales de referencia en los que nos sentimos reflejados en lo profesional y en lo personal (Marcelo-Martínez et al., 2023).

REDES SOCIALES A DEBATE

Resumiendo, las redes brindan al sector docente múltiples oportunidades de desarrollo profesional, puesto que podemos acceder con facilidad al trabajo e ideas de otras personas. Sin embargo, si te dispones a indagar, no muy en profundidad, podemos encontrar recursos didácticos o fuentes con fallos de diseño o ejecución.

En este contexto, surge un debate o reflexión que podemos abrir con las siguientes preguntas: ¿son las redes sociales un lugar fiable para consumir información de uso profesional o académico?, ¿cómo podemos contrastar la calidad de los contenidos que encontramos en ellas?, ¿es necesario complementar dicha información con otras fuentes cuyos contenidos sí han sido contrastados mediante el método científico?

Hacer algo distinto no significa, per se, hacerlo mejor. Copiar no es innovar, ya que innovar requiere investigar y contrastar los procesos y resultados correspondientes mediante el método científico (Galán-González, 2022). Por ello, imitar secuencias o recursos que otros docentes comparten en sus redes no conlleva necesariamente una innovación metodológica en nuestras aulas.

CULTURA CIENTÍFICA PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE

Existen múltiples revistas nacionales e internacionales sobre ciencias de la educación que producen innumerables artículos especializados en diversas áreas, pero ¿cómo pueden competir las revistas científicas con las redes sociales como fuente de inspiración y conocimiento? Es una cuestión muy difícil, pero todo radica en la cultura científica y en la divulgación.

Por un lado, es imprescindible formar a los futuros maestros en la importancia consumir, y también crear, información de naturaleza científica para su desarrollo profesional. Además, enseñar cómo y dónde obtener esa información y en la necesidad de hacerlo a lo largo de toda su carrera docente. En otras palabras, contribuir a su cultura científica.

Por otro lado, destacar el papel de los divulgadores como puente entre los contenidos científicos y aquellos docentes que, por distintas razones, no van a consumir dicha información. He aquí un punto muy importante, porque ellos tienen presencia constante en las redes sociales, es decir, donde la mayoría de los docentes acceden para inspirarse y, de alguna manera, contribuir a su formación. De esta manera, sirven de altavoz para hacer conocer la innovación contrastada y últimos hallazgos científicos en materia educativa, contribuyendo así también al acercamiento de los docentes a la cultura científica.

Para finalizar, recordar al lector que innovar es una necesidad incuestionable en educación, pero no olvidemos que la innovación sin investigación no deja de ser la puesta en práctica de una intuición no contrastada. Ayudemos mediante la formación, comunicación y divulgación científica a viajar desde la intuición a la evidencia en un sector tan importante para el desarrollo de la sociedad como es la educación.

Referencias

Galán González, A. (2022). El papel de las revistas de impacto en la reforma de la profesión docente: de la especulación a las evidencias. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/11192

Gee, J. (2005). Semiotic social spaces and affinity spaces: From The Age of Mythology to today’s schools. In D. Barton & K. Tusting (Eds.), Beyond Communities of Practice: Language Power and Social Context (pp. 214-232). Cambridge University Press. https://doi:10.1017/CBO9780511610554.012

Krismanto, W., Setyosari, P., Kuswandi, D. ., & Praherdhiono, H. (2022). Social Media-Based Professional Learning: What Are Teachers Doing in It?. Qualitative Research in Education11(1), 89–116. https://doi.org/10.17583/qre.9698

Marcelo-Martínez, P., Yot-Domínguez, C., & Marcelo, C. (2023). Los docentes y las redes sociales: Usos y motivaciones. Revista de Educación a Distancia (RED)23(72). https://doi.org/10.6018/red.523561 Repetto Jiménez, E. (2000). La educación científica y la formación de los maestros. El Guiniguada, (9), 233–243. Recuperado a partir de https://acortar.link/K8ofBI

EL COMPROMISO AMBIENTAL DE LA GENERACIÓN Z

EL COMPROMISO AMBIENTAL DE LA GENERACIÓN Z

La generación Z es aquella nacida cuando empezaba el siglo XXI, aunque no hay consenso en las fechas exactas. Esta generación ha sido la primera en tener acceso a internet, es decir, los primeros nativos digitales. En cuanto a las cualidades de estos jóvenes, destaca estar comprometidos socialmente.

El cuidado del medioambiente necesita de la colaboración ciudadana gracias a un doble compromiso: la concienciación del problema y la materialización en el acto de reciclar la basura. En España las organizaciones sin y con ánimo de lucro trabajan desde varios campos: el reciclaje, el ecodiseño de envases domésticos ligeros y la integración en la fabricación de los envases para promover la reducción de residuos.

Las compañías u organizaciones dedicadas a las labores de reciclaje comparten un espacio conceptual en el que destaca la inspiración en la naturaleza. Sirva como ejemplo Ecoembes, empresa líder en el mercado del reciclaje en España, cuyos valores podríamos considerarlos universales: colaboración, cercanía, expertise e innovación. También hay que reseñar sus valores en las acciones de comunicación que giran en torno al humanismo y la economía circular. El tono de sus campañas es amable y de compromiso individual y social.

La economía circular no puede funcionar sin la colaboración ciudadana, y es por ello, que la concienciación y la acción de los públicos es esencial para que la maquinaria siga funcionando. Sin basura no hay reciclaje. Estudios de hábitos de reciclaje como el llevado a cabo por el instituto Catchment, ponen de manifiesto la existencia de una población no recicladora, destacando la generación Z como escéptica, considerando la actividad incómoda y compleja.

El compromiso con el reciclaje se modifica según variables como el espacio en el que viven o desarrollan su ocio. La actitud es más positiva en el entorno familiar: la decisión en el hogar no depende de ellos, pero cuando abandonan el núcleo parental, si la convivencia es en solitario o en grupo, no suelen reciclar, aun reconociendo los valores positivos del reciclaje. Un claro ejemplo son los estudiantes que se desplazan a grandes urbes para estudiar en la universidad, compartiendo piso. Este es un ejemplo en el que abandonan su responsabilidad con el reciclaje. Es cierto que la generación Z asume el valor del cuidado del medioambiente, y la importancia de la separación de residuos, pero se produce una “no adecuación” entre las creencias y la acción.

Otro problema es la gestión de los residuos fuera del hogar. En este caso, la generación Z alega, no sin razón, la dificultad para encontrar contenedores con separación en espacios abiertos o cerrados, en la naturaleza o en las urbes.

¿Qué podemos hacer para cambiar los hábitos de la generación Z respecto al reciclaje? Antes de desarrollar una posible estrategia de comunicación, se ha realizado una investigación con el objetivo de conocer las necesidades de los jóvenes. El trabajo se realizó en la Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid con alumnos del grado de Publicidad y RRPP. Los resultados han sido de sumo interés y demuestran la diferencia entre tener creencias y llevarlas a la práctica.

La generación Z valora muy positivamente la gestión de los residuos siempre que se haga en el entorno familiar. Ahora bien, la mayor parte de ellos valora positivamente la labor de las compañías públicas o privadas cuya actividad es la gestión de la basura. La debilidad es no tener un compromiso ambiental real y no reciclar por diversas razones. Los resultados de la investigación revelan que una minoría todavía cuestiona la eficacia de la separación de la basura. Ahora bien, esta generación propone soluciones tales como premiar a todos aquellos que participen en el reciclaje, al igual a como se hace en otros países de la Unión Europea. Por último, resumir que no existe una preocupación suficientemente sólida sobre la importancia del reciclaje y llegado el momento de la verdad, la generación Z recicla de manera ocasional.

Cabría preguntarse si desde la universidad o el instituto existe la posibilidad de forma y educar con materias transversales regladas a las generaciones de jóvenes. Además, se da la paradoja de que serán los que recibirán un planeta contaminado como ninguna generación anterior ha tenido la desgracia de conocer.

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