¿Y por qué realidad extendida?

Es por ello que también se va normalizando el uso de conceptos, no tan familiares, como realidad extendida. Este concepto está adquiriendo cada vez más relevancia, debido, fundamentalmente, a la evolución imparable de la tecnología digital en los últimos años. Esto es especialmente notable en aquellas tecnologías que tienen que ver con la capacidad de ofrecer experiencias inmersivas, a la vez que con la creación de contenidos que se presentan, cada vez con más frecuencia, un alto grado de interacción. Es justo cuando el término realidad extendida cobra sentido, en la medida en que la realidad virtual, la realidad aumentada, o la realidad mixta, van adquiriendo cada vez más funciones, de modo que las experiencias que pueden ofrecer a las y los usuarios es cada vez más diversa.  Así, como ocurre a menudo con la tecnología, es habitual que el lenguaje usado para describirlas y definir sus rasgos se quede, a menudo, limitado.

Ocurre, igualmente, con las aplicaciones que puede tener en diferentes campos, ya que, a medida que se va implementando una tecnología y normalizando su uso, surgen nuevas posibilidades de aplicación para las que no estaba pensada en un principio. Y esto ocurre, precisamente, con la realidad virtual, cuyas potenciales aplicaciones en diferentes campos (científico, divulgativo, entretenimiento) tienen todavía mucho recorrido, y se encuentran por investigar,  y seguramente sean sólo una pequeña parte cuando se vean incrementadas las funciones de manera exponencial, gracias, fundamentalmente, al hito que suponen las tecnologías de realidad extendida.

El término Realidad Extendida sirve para explicar, de una manera más global y holística, cómo las tecnologías digitales van evolucionando de manera que podemos desarrollar experiencias que combinen componentes procedentes, tanto del espacio físico como del espacio digital. De este modo, y para explicarnos, la realidad extendida abarca y aglutina tanto los conceptos de realidad virtual, como la realidad mixta o la realidad aumentada a modo de supercategoría.

Una Tecnología con múltiples aplicaciones

Las aplicaciones que a día de hoy tiene la denominada realidad extendida se pueden extrapolar a muchos ámbitos, pero, antes, es preciso conocer la tecnología para poder entender de qué múltiples maneras se puede aplicar. Ejemplos de dispositivos que usan la realidad extendida, combinando información de ambos espectros (digital y físico), son Hololens o Magic Leap, por mencionar sólo algunos de ellos.

Imaginemos, ahora, por un momento, el uso que le podemos dar a este tipo de tecnologías. Mejor dicho, imaginemos cómo puede cambiar nuestro modo (si es que no lo está haciendo ya) de interactuar con el espacio, la información, u otras personas, en los próximos años, y cómo va a evolucionar nuestra percepción del medio y nuestra relación con el mismo. E imaginemos, además, las posibilidades que tiene este tipo de tecnología, para representar la información, y cómo podemos utilizar todo su potencial expresivo para generar nuevos contenidos. Y es con ello que nos encontramos, en este contexto, y aunque ya llevamos una parte del camino recorrido, en la antesala de un conjunto de medios de comunicación emergentes, que van a precisar de nuevas formas expresivas y de redefinir el modo en que se producen las interacciones. Y también va a precisar de introducir nuevos enfoques en las actuales teorías de la comunicación.

Un medio emergente de comunicación

Al igual que en el momento en el que surgen, de manera paulatina, nuevos medios como el cine o la televisión, estos vienen incorporando nuevos lenguajes expresivos que han ido evolucionando hasta nuestros días, la realidad virtual, mixta, aumentada y, ahora también, extendida pueden ofrecer posibilidades narrativas, expresivas y experienciales que sólo hemos comenzado recientemente a investigar, y que tienen un largo recorrido por delante, no exento de dificultades. Y uno de los aspectos más relevantes de este conjunto de tecnologías, con una capacidad de inmersión e interacción sin precedentes, es que todavía estamos aprendiendo a saber qué podemos contar.

Pero ¿Qué supone todo esto en el ámbito de la ciencia? ¿Y de la comunicación científica? La respuesta a esta cuestión no es sencilla, y seguramente venga, en los próximos años (o en los próximos meses) de la mano de nuevas experiencias y de nuevos dispositivos que van a incrementar exponencialmente nuestras posibilidades para generar información y contenidos. Y, a este respecto, la realidad extendida supone, en realidad (y valga la redundancia) un hito en la forma en que vamos a contar las cosas y transmitir la información en los próximos años, en un camino no exento de ensayos o errores.

Uno de los aspectos más llamativos es que la realidad extendida, al contrario que la realidad virtual, o la realidad aumentada (o mixta, ya puestos), se encuentra aún presente de una forma muy discreta en la literatura científica. Es decir, todavía carece de una definición sólida (más allá de la información contenida en blogs o en prensa especializada) o de un tratamiento que hagan intuir que estamos ante una tecnología sólidamente implantada.

Sin embargo, y debido a la limitación que ofrece la definición de realidad virtual o realidad aumentada, seguramente nos encontremos ante un medio de comunicación que en un futuro englobe otros muchos medios, no sólo ya las propias realidades virtual y aumentada, sino el cine o los videojuegos, por nombrar sólo un par de ejemplos relevantes.