Hace poco tuve la feliz y grata idea de colaborar en un evento: Edutendencias 2019 – Innovación educativa – Pizarra digital. Este congreso (II Congreso Internacional de Innovación Educativa Edutendencias Congreso de Pizarra Digital) tuvo lugar en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, desde el 3 de julio hasta el 5 de julio del presente año 2019.

Personalmente me considero un privilegiado al haber podido compartir mesa y realizar un breve coloquio-debate con personas tan célebres e insignes como Domingo José Gallego Gil y Pere Marquès Graells. Como suele ocurrir en estos eventos que organiza mi buen amigo José Dulac, haciéndolos lo más interactivos y dinámicos posible, también debatieron junto a nosotros todos/as los/as asistentes, logrando con ello un cúmulo de novedosas ideas así como de opiniones diversas.

El titulo del debate fue «Evolución y futuro en el uso las pantallas y la imagen en el aula» y, como suele ocurrir en estas situaciones, el tema se extendió y al final se incluyeron, además de imágenes y pantallas, las tecnologías emergentes innovadoras actuales.

En uno de los momentos álgidos del debate, mi querido amigo y mentor Domingo Gallego sugirió unos minutos de reflexión para poder responder a unas interesantes y relativamente polémicas preguntas que él mismo suscitó. Entre ellas, destacamos algunas:

• ¿El uso de las tecnologías emergentes (pizarra digital, pantallas, imágenes…) mejora la motivación
• ¿Favorece la expresión y comprensión?, ¿potencia el trabajo en equipo?, ¿aumenta el conocimiento?, ¿optimiza los resultados académicos?, ¿empodera a los usuarios?

Así se formularon hasta diez preguntas por el estilo.

La mayoría de los presentes expusieron su acuerdo en cuanto a que, si bien no son las propias tecnologías las que consiguen estos beneficios sino la metodología que se utilice en su aplicación en las aulas, sí es muy cierto que se perciben como patentes las ventajas que nos aportan dichos recursos innovadores.

Y para corroborar estas opiniones (tal vez infundadas por parte de algunos/as), nada mejor que echar mano de los trabajos de investigación realizados en los últimos años, en nuestro caso, por parte del alumnado de la Mención TICE (Tecnologías de la Información y de la Comunicación en Educación) de la Facultad de Educación de Toledo.

La muestra escogida de alumnos/as no ha sido seleccionada de ningún modo; simplemente se han utilizado los tutorandos y tutorandas del autor del artículo.

Y ahora sí. Podemos exponer con fundamentación que la utilización de tecnologías emergentes suele mejorar múltiples y diversos aspectos relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y decimos «suele» porque ciertamente en otros trabajos, aunque muy pocos (no llegan ni al 5%), los resultados no eran tan contundentes.

Antes de terminar, debemos volver a repetir una cuestión fundamental: las ventajas y mejoras en todos los aspectos estudiados no vienen dadas por las tecnologías en sí, sino por la utilización que se hace de ellas. Dicho de otro modo: para conseguir esos beneficios tan deseables, la incorporación de tecnologías emergentes y empoderadoras en las aulas debe llevar consigo un cambio en el paradigma metodológico, haciéndolo más activo, participativo e integrador.