Para desmentir ‘fake news’ o explicar por qué una información sobre ciencia es errónea, se utilizan recursos propios del periodismo y de la divulgación que son claves para comunicar la Ciencia con rigor y mostrando su importancia y utilidad en la vida cotidiana de las personas.
A finales del siglo pasado, la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) destacaba diversos problemas que la ciencia y los científicos tenían para divulgar el conocimiento que producen: extensión y complejidad; aceleración en la adquisición del conocimiento; incomunicación por exceso de información; resistencia a los cambios; o el lenguaje científico (Calvo Hernando, 1997). A estos obstáculos en el camino de la comunicación científica, que siguen vigentes, se les suma hoy un fenómeno que ya había nacido, pero que ha crecido y se ha multiplicado en los últimos años: la desinformación.
En la actualidad, Internet y las redes sociales son los medios a través de los que se informa más sobre Ciencia la ciudadanía, pero también los más percibidos como fuentes de desinformación. Esta percepción se extiende a los medios convencionales, que sufren una crisis de credibilidad, mientras circulan mensajes negacionistas que encuentran en la ideología un punto débil para el contraste y la capacidad de discernir la veracidad de la información (FECYT, 2022b, 2023).
En este panorama de problemas y dificultades, comunicar Ciencia sigue siendo un reto, cada vez mayor. Por qué no sumar soluciones en la misma dirección (la de siempre tal vez): que la verdad científica que comuniquemos, además de serlo, lo parezca, es decir: que además de verificarse, se muestre creíble, fiable y comprensible.
SALUD: DESINFORMACIÓN VS DIVULGACIÓN
Tal vez el factor más relevante, tanto de los procesos de comunicación como de desinformación, es el interés que un tema o sector despierte en la sociedad. En el ámbito de la Ciencia y de sus aplicaciones, las Encuestas sobre la Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España (FECYT 2018, 2022 y 2023) apuntan una clara tendencia en este sentido:
- Antes de la pandemia de COVID-19, la Sanidad era el sector en el que el porcentaje más elevado de personas encuestadas (80%) aumentaría el gasto público por considerarlo prioritario, algo que se mantiene en la actualidad.
- En plena pandemia, la propia COVID-19 fue directamente el tema que suscitaba mayor interés informativo, sumando junto con medicina y salud casi un 75%
- En el último informe realizado, hacer frente a las enfermedades y pandemias es considerado el beneficio más relevante de la Ciencia para un 70% de la ciudadanía española.
Este interés por la Salud tiene su reflejo en los fenómenos de desinformación. Es el ámbito en el que se percibe una recepción mayor de información que podría ser falsa: la COVID-19, las vacunas, la nutrición, los tratamientos médicos y los tratamientos homeopáticos están entre los seis temas más susceptibles de ser objeto de desinformación, junto con el cambio climático. En esta línea, la consideración de que “la circulación de la desinformación y los bulos puede tener efectos perjudiciales para la salud de la población” es una percepción mayoritaria (63,2%) en España (FECYT, 2022b).
También es en el campo de la Salud donde encontramos un primer antídoto para hacer frente al veneno de la desinformación científica, que es al mismo tiempo una clave para comunicar de forma eficiente: el uso de fuentes confiables. ¿Qué caracteriza a las fuentes de información en salud que transmiten confianza? Que son profesionales, protagonistas de esa información. Cuando se pregunta a la gente sobre a quién recurre primero para buscar o pedir información sobre temas de salud, responde mayoritariamente que a médicos, enfermeros/as o farmacéuticos/as, antes que a Internet, redes sociales, amigos o familiares o medios de comunicación (FECYT, 2022). Una de las iniciativas más destacadas en la lucha contra la desinformación científica, Salud sin bulos, basa su éxito como plataforma para divulgar conocimiento científico en el campo de la salud en este tipo de factores:
- Una declaración de ausencia de conflicto de intereses y transparencia en todas las actividades y contenidos que realizan.
- Una red de colaboradores agrupados en avales científicos (asociaciones de profesionales y pacientes y otras instituciones y organismos de investigación en salud) y en ‘cazabulos’ (profesionales e investigadores de prestigio en el ejercicio de la medicina, la enfermería, la farmacología, la psicología, la inmunología, etc.).
- Una oferta de contenidos científicos presentada a través de una sección denominada Alertas, con artículos que comienzan advirtiendo de la existencia de un bulo o una información falsa, parcial o imprecisa y de las consecuencias que aceptarlo como verdadero o fiable puede tener sobre nuestra salud; y que aprovechan la identificación de las mentiras, incorrecciones y errores, para divulgar el conocimiento científico relacionado.
VERIFICADORES Y CIENCIA
La alfabetización mediática y la comunicación clara se suman a las fuentes confiables como antídotos contra la desinformación. Ambos se desarrollan profesionalmente y en un grado alto en medios de verificación como los españoles que se integran en la International Fact-Checking Network (IFCN): EFE Verifica, Maldita.es., Verificat y Newtral.
En todos estos medios, que se despliegan bajo distintos modelos (Castellet et al., 2023), se produce una información caracterizada, no solo por partir de un contraste de datos y fuentes expertas, sino por presentarse con una intencionalidad didáctica y crítica y por explicarse con técnicas expresivas ligadas a la divulgación, identificando la utilidad social de la actividad científica, explicando los conceptos claves del conocimiento relacionado y utilizando un lenguaje comprensible y recursos expresivos atractivos.
Es especialmente interesante el hecho de la prioridad que otorgan a temas científicos en su agenda: bien creando una plataforma específica (como Maldita Ciencia); bien destacando una categoría de contenidos (EFE Verifica, Newtral) o incluyéndola como una de las cuatro áreas estructurales de verificación (Verificat).
Por lo observado en estos contenidos y en la forma de abordarlos, podemos deducir que verificar ciencia es divulgar ciencia. A la desinformación se opone el rigor de la contextualización verdadera y la exposición de los conocimientos sistematizados, metódicos, comprobables, demostrables. A la ‘misinformación’ se la combate con la claridad explicativa de las conexiones y relaciones fundamentadas y de la información clara y no confusa.
De manera que cuando tengamos la oportunidad de poner el conocimiento y los frutos de nuestra labor investigadora a disposición de estos medios y tareas de verificación, no debemos desaprovecharla: porque estaremos siendo útiles y eficientes para la sociedad en la que vivimos, pero también para la ciencia por la que trabajamos..
REFERENCIAS
Calvo Hernando, Manuel (1997): Manual de Periodismo Científico. Barcelona: Bosch
Castellet, Andreu; Varona, David; Álvarez García, Sergio (2023) Verificadores en España: una visión de su lógica de negocio. Espejo de Monografías, núm. 13. https://doi.org/10.52495/c6.emcs.13.p99
FECYT (2018): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. https://www.fecyt.es/sites/default/files/users/user378/percepcion_social_de_la_ciencia_y_la_tecnologia_2018_completo.pdf
FECYT (2022): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología. https://www.fecyt.es/sites/default/files/users/user378/percepcion_social_de_la_ciencia_y_la_tecnologia_2020_informe_completo_2.pdf
FECYT (2022b): Desinformación Científica en España. Informe de resultados. https://doi.org/10.58121/72G3-SF74
FECYT (2023): Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España 2022. https://doi.org/10.58121/msx6-zd63
Reuters Institute (2021). Digital News Report 2021. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2021-06/Digital_News_Report_2021_FINAL.pdf
Reuters Institute (2022). Digital News Report 2022. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/sites/default/files/2022-06/Digital_News-Report_2022.pdf
Wardle, C.; Derakhshan, H. (2017): Information disorder: Toward an interdisciplinary framework for research and policymaking. Estrasburgo: Consejo de Europa. https://rm.coe.int/information-disorder-toward-an-interdisciplinary-framework-for-researc/168076277c