DISEÑANDO Y PROTOTIPANDO EN REALIDAD EXTENDIDA: El Espacio Digital como Soporte

¿De qué modo la tecnología actual de Realidad Extendida va a contribuir en la forma en la que vamos a pensar y diseñar el espacio?

por José Luis Rubio Tamayo | Sep 25, 2023

La transformación de los medios digitales en los últimos años, con la implementación de dispositivos de visualización de entornos de realidad virtual (HMD o head-mounted displays, en inglés), ha propiciado un avance sin precedentes en un medio que, en muchos de sus rasgos, se encuentra en fase de desarrollo experimental y de investigación en torno a su construcción narrativa o espacial, entre otras variables.

Uno de los argumentos más relevantes de Chalmers (2017) en torno a la propia naturaleza de la realidad virtual per se, es que los objetos virtuales se constituyen como objetos digitales reales, en contraposición a las teorías, con una aceptación mayoritaria dentro del área de estudio, del ficcionalismo virtual, en el que se afirma que los objetos virtuales se encuentran dentro de la categoría de componentes de la ficción. Esta dicotomía realidad-ficción lleva presente desde la publicación de Pygmalion’s Spectacles de Weinbaum (1935), y se encuentra implícita en la propia nomenclatura del término, al incorporar el sustantivo “realidad”, aunque fuese por analogía con la misma. Así fue como poco tiempo después de la publicación de la obra de Weinbaum, encontramos la expresión “realidad virtual” en la literatura, en la obra de Artaud (1938), Le Théâtre et son double, y ya en los años 70, cuando existen varios exponentes de desarrollo de experiencias y prototipos que podríamos considerar, a día de hoy, como precedentes de la realidad virtual, surge el término “realidad artificial”, de la mano de Krueger (1983) y otros autores, hasta que ya en los años 80 se implementase de manera generalizada, de nuevo, el término realidad virtual, cuyos pioneros, en dicha fase de desarrollo y definición de rasgos, fueron, principalmente, Lanier (1988, 1992) y Biocca (Biocca, 1992, Biocca y Lanier, 1992), así como Steuer et al. (1995).

Sea como fuere, la nomenclatura de la realidad virtual se ha producido por analogía, al ser, precisamente, y más en el estado de desarrollo actual, la tecnología que más próxima se encuentra al concepto de espacio real con el que interactuamos desde nuestra configuración perceptiva, incluyendo la posibilidad de desarrollar interacciones con el medio y sus componentes. Justamente, otras definiciones, incorporan también el término “realidad”, precisamente, para reflejar esa posibilidad que tiene un medio en desarrollo para representar de manera fidedigna diferentes dimensiones expresivas del mundo físico que conocemos. De este modo, Rubio-Tamayo et al. (2017) emplean el término “realidad simulada alternativa (alternate simulated reality)”, recurriendo también a la analogía del espacio virtual como reflejo del espacio físico, y donde el factor simulación adquiere un mayor grado de importancia. El término realidad extendida, también incorporando el sustantivo “realidad”, surge de manera reciente para tratar de dar explicación a la fenomenología de un medio en el que la combinación entre realidad física y e información digital se superponen y emergen nuevas combinaciones de lenguajes expresivos.

En el contexto actual, en el que se emplea de manera generalizada el término realidad extendida –otra vez, de nuevo, haciendo alusión a la analogía con la propia realidad, aunque en este caso, incorpora parte de la realidad física- surge la cuestión de cómo la proliferación de tecnologías para su desarrollo y prototipado, como motores de juego y frameworks, va a influir en el prototipado, conceptualización y desarrollo de experiencias en este medio, que luego sean, en cierto modo, escalables e interconectadas a lo que sería la construcción y ensamblaje de un potencial futuro metaverso –a día de hoy teórico, aunque ya existan ejemplos de algunos protometaversos que nos dan pistas sobre el potencial en este medio-. Futuro metaverso que se encuentra en fase de conceptualización y prototipado, y que, las herramientas para desarrollarlos, van a ser múltiples, provenientes de diferentes disciplinas, como ya viene ocurriendo en otros medios como el cine o los videojuegos.

El disponer de frameworks (como, por ejemplo, A-Frame) para prototipar estos entornos y estas combinaciones narrativas, así como motores de juegos para integrar todas estas mecánicas, van a posibilitar el desarrollo de piezas en el medio con múltiples aplicaciones y combinaciones de interacción usuario entorno. Y, a día de hoy, existe esa tecnología lo que nos va a posibilitar conceptualizar muchas de las experiencias en XR y combinar arte, ciencia y tecnología.

Los motores de juegos y frameworks van a ser, sin duda, las herramientas que nos posibiliten diseñar los aspectos fundamentales de esa interacción con el medio.


REFERENCIAS bibliográficas


A-Frame [https://aframe.io/].


Artaud, A. (1938). Le Théâtre et son double.


Biocca, F. (1992). Communication within virtual reality: Creating a space for research. Journal of communication, 42, 5-5.


Biocca, F., & Lanier, J. (1992). An insider’s view of the future of virtual reality. Journal of communication, 42(4), 150-172.


Chalmers, D. J. (2017). The virtual and the real. Disputatio: International Journal of Philosophy, 9(46). https://sciendo.com/downloadpdf/journals/disp/9/46/article-p309.pdf


Krueger, M. (1983). Artificial Reality. Addison-Wesley. ISBN 0-201-04765-9.


Lanier, J. (1988). A vintage virtual reality interview.


Lanier, J. (1992). Virtual reality: The promise of the future. Interactive Learning International, 8(4), 275-79.


Rubio-Tamayo, J. L., Gertrudix Barrio, M., & García García, F. (2017). Immersive environments and virtual reality: Systematic review and advances in communication, interaction and simulation. Multimodal technologies and interaction, 1(4), 21.


Steuer, J., Biocca, F., & Levy, M. R. (1995). Defining virtual reality: Dimensions determining telepresence. Communication in the age of virtual reality, 33, 37-39.


Weibaum, S. G. (1935). Pygmalion’s Spectacles.

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La Ley de Transparencia y su impacto en las universidades

La Ley de Transparencia y su impacto en las universidades

La Ley de Transparencia en su Título I artículo 2 señala que quedan bajo su sujeción “las entidades de Derecho Público con personalidad jurídica propia, vinculadas a cualquiera de las Administraciones Públicas o dependientes de ellas, incluidas las Universidades públicas”. Esto ha supuesto una gran carga de reorganización y trabajo para todas las universidades en general. Esta necesidad, no siempre fue entendida por los equipos dirigentes de las universidades, ni, en realidad, por el conjunto de la Comunidad Universitaria.


La implementación efectiva de la transparencia no solo cumple con obligaciones legales, sino que también fortalece la confianza y la reputación institucional.

el caso de la Universidad rey juan carlos

Un caso claro de esta situación fue la Universidad Rey Juan Carlos, que debido a circunstancias ajenas a la vida académica se convirtió en el foco de atención pública a partir de marzo de 2018. Ello hizo que, a diferencia del resto de las universidades del Estado Español, la carga de trabajo que supuso la entrada en vigor de las ya mencionadas leyes de transparencia no recayera en la implementación de lo indicado Capítulo II del Título I, sobre las publicaciones de Publicidad Activa, sino precisamente Capítulo III, dedicado al derecho de acceso a la información pública.

Esta circunstancia particular, ha permitido que los equipos implicados con la gestión de la transparencia institucional hayan conocido de cerca lo que podemos llamar “las aristas de la ley de transparencia”, consistentes en el uso de los derechos que esta ley otorga como herramienta al servicio de intereses ajenos al espíritu de la ley y, por otro lado, muchas de las “barreras” con la que la implementación de los sistemas de transparencia y datos abiertos se han encontrado en el sistema universitario.


Retos iniciales y dinámicas de acción-reacción

La primera conclusión que podemos exponer es la de la necesidad de una acción difusión y divulgación en el seno de las estructuras universitarias. La Universidad Rey Juan Carlos respondió ante el doble reto que suponían las obligaciones de las leyes de transparencia y el ataque de reputación institucional que padecía mediante una dinámica de acción-reacción. Es decir, la creación de un ecosistema de transparencia en la URJC se va construyendo como respuesta a la presión legal y reputacional de la institución. Esta situación lleva a que no haya una planificación a medio o largo plazo, sino respuesta a las necesidades perentorias cotidianas.

Ello, para la Universidad Rey Juan Carlos, significó dar respuesta a las diez peticiones de acceso a la información pública mensuales que se recibieron de media a lo largo de los años 2018, 2019 e inicio del 2020. En paralelo, se perfecciona el Portal de Transparencia, que desde su apertura presenta una media de visitas que se puede cifrar en unas 2000 mensualmente, con subidas muy significativas en los momentos de crisis de imagen de la institución.


Superando barreras: Estrategias y logros

La dinámica de acción-reacción llevó a que, con el tiempo y muchas dificultades, los encargados de transparencia consiguieran una mayor colaboración del resto de los servicios universitarios en siguientes fases:

  1. Convencer a la institución de lo señalado en los artículos 12 y 13 de la ley, es decir, que “se entiende por información pública los contenidos o documentos, cualquiera que sea su formato o soporte, que obren en poder de alguno de los sujetos incluidos en la ley hayan sido elaborados o adquiridos en el ejercicio de sus funciones” y que “son titulares del derecho de acceso todas las personas y que podrá ejercerse sin necesidad de motivar la solicitud”.
  2. Convencer a la institución de que los límites a que se refiere el artículo 14 de la LTAIBG no se aplican directamente ni operan automáticamente a favor de la denegación. Su invocación debe estar ligada con la protección concreta de un interés racional y legítimo.
  3. Convencer a la institución de que todas las peticiones alineadas con el espíritu de la ley deben ser admitidas, considerando la denegación de información como la excepción.
  4. Convencer a la institución de que la universidad debe ser totalmente consciente de la obligatoriedad de la Transparencia y de que debemos crear, fomentar y aceptar una cultura pro-transparencia.

A medida que los porcentajes de admisiones a través del “Derecho de Acceso a la información” aumentaban (el porcentaje de peticiones admitidas evolucionó de la siguiente manera: 2019: 78%; 2020: 82% y 2021: 91%), la entrada de solicitudes de acceso a la información se redujo desde un nivel 100 en 2019 a una media de 40 a partir del año 2021. Por otro lado, con ello la institución “perdía miedo” a la publicidad activa, lo que agilizó y benefició el incremento de contenidos en el Portal de Transparencia..


Superar las resistencias internas hacia la transparencia requiere un cambio cultural y la creación de una cultura pro-transparencia en las instituciones.


Resultados y reflexiones finales

Las barreras, las resistencias para implementar una gobernanza cada vez más abierta, fueron vencidas gracias a la demostración de que la eficiencia en la transparencia a través del “Derecho de Acceso” y de la “Publicidad Activa” lejos de incrementar los problemas reputacionales de la institución, los reducían.

Eso facilitó el lanzamiento de UniversiData, a través del proceso ya descrito en estas páginas, con los éxitos que ya se mencionarán. Pero, por otro lado, también dejó patente otra de las carencias a las que nos enfrentamos en estos temas: la falta de institucionalización.

En todo momento, el impulso procedió de un equipo con un liderazgo muy concreto, en un momento puntual. En el momento en que mayores réditos institucionales estaba ofreciendo el equipo de transparencia y el sistema de servicios creado en torno suyo (Acceso a la Información, Publicidad Activa y Portal de Datos Abiertos -UniversiData-), dicho sistema quedó congelado. O, mejor dicho, huérfano, por la falta de un convencimiento institucional capaz de sustituir el impulso personal de algún liderazgo concreto. La institución, solucionada la presión reputacional, consideró que el objetivo se había alcanzado.

La principal conclusión que se puede extraer es la necesidad de hacer una intensa labor didáctica entre la comunidad universitaria. Que ésta sienta la Transparencia como una herramienta positiva y necesaria para la universidad. Solo si este convencimiento se extiende, y la implementación de los recursos de transparencia responde a una necesidad solicitada desde la base de la comunidad universitaria, los equipos rectores sentirán que están respondiendo a una necesidad y no ante una obligación legal, lo que facilitará la implementación de los recursos necesarios. Ello ayudará a una mejor planificación a medio y largo plazo y a una visión en conjunto.

Una investigación de Ciberimaginario destaca el impacto transformador de la Inteligencia Artificial Generativa para la producción de Recursos Educativos en Abierto para MOOC

Una investigación de Ciberimaginario destaca el impacto transformador de la Inteligencia Artificial Generativa para la producción de Recursos Educativos en Abierto para MOOC

Investigadores del grupo de investigación Ciberimaginario, han publicado en la revista científica Comunicación y Sociedad un estudio titulado “Impacto de la Inteligencia Artificial Generativa en la eficiencia, calidad e innovación en la producción de Recursos Educativos Abiertos para MOOCS”.

Esta investigación surge en el marco de dos proyectos de investigación europeos Erasmus+ cofinanciados por la Unión Europea: “Mind the gap in media CoveRagE and Strategic communication in CasE of security Threats” (CRESCEnt 2018-1-RO01-KA202-049449) y “Digital cOMpeten- ces INformatiOn EcoSystem” (DOMINOES-2021-1-RO01-KA220- HED-000031163). Ambos proyectos se focalizan en la mejora de la alfabetización mediática e informacional en la lucha contra la desinformación.

El estudio ha revelado cómo la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) está revolucionando la producción de recursos educativos digitales (REA) para cursos masivos en línea (MOOCs). El trabajo compara dos MOOCs desarrollados en los proyectos europeos: uno desarrollado sin el uso de IAG y otro que aprovechó estas herramientas para el desarrollo de contenidos.

Los resultados exponen que el uso de la Inteligencia Artificial Generativa redujo significativamente el tiempo y los costos de producción, permitiendo crear más contenidos en menos tiempo. Concretamente, a partir del uso de herramientas como Synthesia, PlayHT y Adobe Firefly fue posible mejorar la calidad técnica de los recursos, generando imágenes, locuciones y avatares de manera eficiente y profesional. La integración de elementos generados con inteligencia artificial como voces, imágenes y vídeos interactivos amplió las posibilidades creativas en el proceso de producción.

El estudio no solo valida el impacto positivo de la IAG en la producción de Recursos Educativos Abiertos (REA), sino que también subraya la necesidad de seguir investigando para aprovechar al máximo estas herramientas emergentes y conocer futuras aplicaciones de la IA en cursos masivos en línea.

El artículo completo puede consultarse en el siguiente enlace: https://doi.org/10.32870/cys.v2025.8784

BiorRefinerías en España: ¿Innovación sostenible o reto social?

BiorRefinerías en España: ¿Innovación sostenible o reto social?


BiorRefinerías en España: La transición energética frente al rechazo local

Las biorrefinerías son una pieza esencial en la transición energética, pero su puesta en marcha en España enfrenta un creciente obstáculo: el rechazo social que generan sus instalaciones. Aunque estas aseguran ser sostenibles, generar empleo y aportar a un modelo energético más limpio que impulsa la transición a la economía circular, la realidad es que la propuesta de nuevas instalaciones está encontrando un frontal rechazo por parte de las comunidades locales que perciben más los problemas que los beneficios, y ven estos proyectos como una imposición más que como una oportunidad para su entorno.

El origen de este conflicto no está solo en las preocupaciones legítimas de estas comunidades sobre el impacto ambiental y social que puedan producir, sino también en la forma en que se comunican y gestionan estos proyectos desde su inicio. Una estrategia de comunicación inexistente, que ignore a las comunidades, o inadecuada porque solo se centre en informar pero que no dialogue con los grupos de interés está abocada al fracaso. Esto no solo amplifica este rechazo y lastra la implementación de una solución que, en teoría, podría beneficiar a todos. Además, por contagio, genera una imagen negativa sobre las energías renovables en su conjunto, y, en el fondo socava el compromiso y adhesión ciudadana a la agenda de transición ecológica. El problema, no es menor.


El éxito de las biorrefinerías no depende solo de su tecnología, sino de su capacidad para dialogar y ganar la confianza de las comunidades locales.

Las biorRefinerías: una apuesta por la sostenibilidad

Las biorrefinerías son instalaciones que transforman biomasa y residuos orgánicos en biocombustibles, biogás y otros productos de valor añadido (SusChem España, 2017). En España su desarrollo y puesta en marcha impulsa los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, que busca una reducción del 32 % de emisiones de gases de efecto invernadero y alcanzar un 48 % de energías renovables en el consumo final de energía para 2030 (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023). En este sentido, las biorrefinerías son una tecnología clave para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y progresar en el compromiso de España con la descarbonización establecido en la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética. Además, en los últimos años muchos de los nuevos proyectos de creación de biorrefinerías se han visto impulsados a través de la financiación de los fondos Next Generation EU (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, 2023), canalizados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

Pero, siendo un marco claramente favorable, ¿por qué la aceptación social a esta tecnología es cada vez menor?

Las causas del rechazo social

El rechazo social a las biorrefinerías está estrechamente relacionado con la falta de transparencia y participación en los procesos de planificación. A menudo los ciudadanos conocen los proyectos cuando parecen ser ya un hecho consumado, por lo que perciben estos como algo que es impuesto desde las administraciones y/o las grandes empresas. Que se ignore su voz, que no se les consulte ni se dialogue con ellos, la falta de mecanismos efectivos de participación es clave para que el rechazo sea rotundo. La falta de información genera desconfianza y refuerza un sentimiento de exclusión que, una vez instalado, es muy dificil de combatir.

No obstante, hay razones que no son emocionales, y que apelan, precisamente, a la necesidad de ofrecer información desde el mismo momento de su planteamiento. Hay preocupaciones lógicas sobre los posibles impactos en la calidad de vida, como el aumento del tráfico pesado, el ruido, las emisiones, su impacto en la salud o el riesgo de contaminación (La Voz de Galicia, 2024; Noticias para municipios, 2024). Aunque estas inquietudes puedan abordarse técnicamente, rara vez se comunican o se tratan de manera adecuada y precisa, lo que abre todo el espacio para que surja la especulación y el miedo. Sin información rigurosa, solo hay sombras.

Además, a pesar de los beneficios que sí suelen destacarse en las comunicaciones institucionales o empresariales (generación de empleo, impulso de zonas rurales, aprovechamiento de biomasa y recircularidad del sistema….), muchas comunidades tienen un fuerte apego a sus valores locales y al entorno, y la instalación de una biorrefinería siempre tiene un impacto que debe valorarse en este contexto sociocultural, no sólo económico. Los sentimientos juegan en esta partida. Ignorar estas dinámicas culturales y emocionales, no considerar que forman parte de la ecuación en los procesos de comunicación, puede intensificar el rechazo, incluso cuando los proyectos tienen un impacto ambiental limitado.


Sin información clara y procesos participativos, los proyectos se perciben como imposiciones, amplificando la resistencia social y erosionando la confianza en la transición energética.

El rol de la comunicación en la aceptación social

La comunicación juega un papel esencial en la aceptación social de las biorrefinerías. Sin embargo, en muchos casos, las estrategias utilizadas han sido insuficientes o inadecuadas. Tanto las administraciones como las empresas que están detrás del desarrollo y explotación de las biorrefinerías tienden a adoptar un enfoque basado en el modelo de “déficit informativo”, asumiendo que la resistencia de las comunidades locales se debe a su falta de conocimiento. Este modelo, centrado únicamente en explicar los beneficios técnicos y económicos, que es el predominante en la comunicación institucional, obvia cuestiones que son claves para las comunidades receptoras, como la justicia procedimental y el reconocimiento de los valores locales (Devine-Wright, 2009; Batel, 2017), lo que impulsa los proyectos al fracaso. Y en los últimos dos años podemos encontrar numerosos casos en España que muestran hasta qué punto ese déficit comunicativo ha exacerbado la oposición social a las biorrefinerías (Levante, 2024; CadenaSer, 2024)

En la base de este rechazo, y de la desconfianza que lo nutre, siempre aparece la percepción de imposición por parte de las administraciones y las empresas, y que las comunidades locales se sientan excluidas de los procesos de planificación y diseño de las biorrefinerías. Aunque este problema es comun en otras energías renovables, en el caso de las biorrefinerías la aceptación local de los proyectos es significativamente más baja (Macht et al., 2023), lo que hace aún más crítico su abordaje.

Para superar estas barreras, es necesario replantear la comunicación desde una perspectiva integral. Esto implica involucrar a las comunidades desde el inicio, generando un diálogo temprano y continuo que permita identificar sus preocupaciones y diseñar soluciones conjuntas que observen todas las dimensiones de la instalación, y cuenten con la cultura local. También es fundamental destacar los beneficios reales que las biorrefinerías tendrán para esa comunidad local, como la generación de empleo, la mejora de infraestructuras o el desarrollo económico tangible, en lugar de centrarse exclusivamente en los objetivos globales de sostenibilidad. Además, e imprescindible que el proceso sea transparente, implementándose sistemas de monitoreo ambiental accesibles y claros que puedan consultar los ciudadanos para verificar en tiempo real el impacto de la planta. Y evitar cualquier sombra de especulación que horade la confianza en el proyecto. Solo así, con procesos claros y transparentes, participados y regulados se podrá encontrar un camino de consenso y de cambio.

Estrategias de comunicación para mejorar la aceptación social de las biorrefinerías. Fuente: Elaboración propia.

Es indudable que las biorrefinerías tienen el potencial de contribuir a la transición energética en España, pero cada vez es más evidente que su éxito no dependerá únicamente de su viabilidad técnica o económica. Su aceptación social es un reto que requiere empatía, diálogo y una comunicación real y convencidamente inclusiva. Integrar a las comunidades locales como aliadas en estos proyectos no solo hará que sean más viables, sino también más justos y sostenibles.

La ruta es clara. Solo falta que lo sea la voluntad.

Referencias

Comienza el proyecto POWER: Impulsando el conocimiento sobre energías limpias

Comienza el proyecto POWER: Impulsando el conocimiento sobre energías limpias

El grupo Ciberimaginario ha lanzado la web del proyecto POWER (Prevention Of Weaponization and Enhancing Resilience against Security-related Disinformation on Clean Energy). El proyecto, iniciado el 1 de noviembre de 2024, está financiado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea.

Su principal objetivo es enfrentar la desinformación relacionada con la energía limpia, fortaleciendo la resiliencia social y facilitando la transición hacia soluciones sostenibles. A través de actividades educativas, investigación y compromiso comunitario, POWER busca capacitar a diversos grupos en la sociedad.

El proyecto ofrecerá herramientas educativas abiertas y contenido multimedia diseñados para mejorar la alfabetización energética y combatir la desinformación de manera efectiva. Entre sus actividades clave destacan los Cafés de Energía Limpia, los Living Labs y el desarrollo de módulos de aprendizaje interactivos, dirigidos a estudiantes, educadores, responsables de políticas y el público general.

La colaboración internacional es un pilar fundamental del proyecto. La Academia Nacional de Inteligencia “Mihai Viteazul” en Rumanía lidera la coordinación, aportando su experiencia en resiliencia estratégica. Por su parte, la Universidad Rey Juan Carlos de España desarrolla herramientas de comunicación digital innovadoras. La Universidad de Malta contribuye con su investigación y participación en políticas energéticas, mientras que Euro Comunic@re en Rumanía asegura la difusión efectiva de los resultados del proyecto.

Durante los próximos tres años, el proyecto POWER impulsará un diálogo inclusivo basado en evidencias, fomentando una sociedad mejor informada y comprometida con la sostenibilidad. Su impacto se extenderá a través de iniciativas innovadoras que buscan crear conciencia y enfrentar los desafíos de la desinformación en energía limpia.

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