DISEÑANDO Y PROTOTIPANDO EN REALIDAD EXTENDIDA: El Espacio Digital como Soporte

¿De qué modo la tecnología actual de Realidad Extendida va a contribuir en la forma en la que vamos a pensar y diseñar el espacio?

por José Luis Rubio Tamayo | Sep 25, 2023

La transformación de los medios digitales en los últimos años, con la implementación de dispositivos de visualización de entornos de realidad virtual (HMD o head-mounted displays, en inglés), ha propiciado un avance sin precedentes en un medio que, en muchos de sus rasgos, se encuentra en fase de desarrollo experimental y de investigación en torno a su construcción narrativa o espacial, entre otras variables.

Uno de los argumentos más relevantes de Chalmers (2017) en torno a la propia naturaleza de la realidad virtual per se, es que los objetos virtuales se constituyen como objetos digitales reales, en contraposición a las teorías, con una aceptación mayoritaria dentro del área de estudio, del ficcionalismo virtual, en el que se afirma que los objetos virtuales se encuentran dentro de la categoría de componentes de la ficción. Esta dicotomía realidad-ficción lleva presente desde la publicación de Pygmalion’s Spectacles de Weinbaum (1935), y se encuentra implícita en la propia nomenclatura del término, al incorporar el sustantivo “realidad”, aunque fuese por analogía con la misma. Así fue como poco tiempo después de la publicación de la obra de Weinbaum, encontramos la expresión “realidad virtual” en la literatura, en la obra de Artaud (1938), Le Théâtre et son double, y ya en los años 70, cuando existen varios exponentes de desarrollo de experiencias y prototipos que podríamos considerar, a día de hoy, como precedentes de la realidad virtual, surge el término “realidad artificial”, de la mano de Krueger (1983) y otros autores, hasta que ya en los años 80 se implementase de manera generalizada, de nuevo, el término realidad virtual, cuyos pioneros, en dicha fase de desarrollo y definición de rasgos, fueron, principalmente, Lanier (1988, 1992) y Biocca (Biocca, 1992, Biocca y Lanier, 1992), así como Steuer et al. (1995).

Sea como fuere, la nomenclatura de la realidad virtual se ha producido por analogía, al ser, precisamente, y más en el estado de desarrollo actual, la tecnología que más próxima se encuentra al concepto de espacio real con el que interactuamos desde nuestra configuración perceptiva, incluyendo la posibilidad de desarrollar interacciones con el medio y sus componentes. Justamente, otras definiciones, incorporan también el término “realidad”, precisamente, para reflejar esa posibilidad que tiene un medio en desarrollo para representar de manera fidedigna diferentes dimensiones expresivas del mundo físico que conocemos. De este modo, Rubio-Tamayo et al. (2017) emplean el término “realidad simulada alternativa (alternate simulated reality)”, recurriendo también a la analogía del espacio virtual como reflejo del espacio físico, y donde el factor simulación adquiere un mayor grado de importancia. El término realidad extendida, también incorporando el sustantivo “realidad”, surge de manera reciente para tratar de dar explicación a la fenomenología de un medio en el que la combinación entre realidad física y e información digital se superponen y emergen nuevas combinaciones de lenguajes expresivos.

En el contexto actual, en el que se emplea de manera generalizada el término realidad extendida –otra vez, de nuevo, haciendo alusión a la analogía con la propia realidad, aunque en este caso, incorpora parte de la realidad física- surge la cuestión de cómo la proliferación de tecnologías para su desarrollo y prototipado, como motores de juego y frameworks, va a influir en el prototipado, conceptualización y desarrollo de experiencias en este medio, que luego sean, en cierto modo, escalables e interconectadas a lo que sería la construcción y ensamblaje de un potencial futuro metaverso –a día de hoy teórico, aunque ya existan ejemplos de algunos protometaversos que nos dan pistas sobre el potencial en este medio-. Futuro metaverso que se encuentra en fase de conceptualización y prototipado, y que, las herramientas para desarrollarlos, van a ser múltiples, provenientes de diferentes disciplinas, como ya viene ocurriendo en otros medios como el cine o los videojuegos.

El disponer de frameworks (como, por ejemplo, A-Frame) para prototipar estos entornos y estas combinaciones narrativas, así como motores de juegos para integrar todas estas mecánicas, van a posibilitar el desarrollo de piezas en el medio con múltiples aplicaciones y combinaciones de interacción usuario entorno. Y, a día de hoy, existe esa tecnología lo que nos va a posibilitar conceptualizar muchas de las experiencias en XR y combinar arte, ciencia y tecnología.

Los motores de juegos y frameworks van a ser, sin duda, las herramientas que nos posibiliten diseñar los aspectos fundamentales de esa interacción con el medio.


REFERENCIAS bibliográficas


A-Frame [https://aframe.io/].


Artaud, A. (1938). Le Théâtre et son double.


Biocca, F. (1992). Communication within virtual reality: Creating a space for research. Journal of communication, 42, 5-5.


Biocca, F., & Lanier, J. (1992). An insider’s view of the future of virtual reality. Journal of communication, 42(4), 150-172.


Chalmers, D. J. (2017). The virtual and the real. Disputatio: International Journal of Philosophy, 9(46). https://sciendo.com/downloadpdf/journals/disp/9/46/article-p309.pdf


Krueger, M. (1983). Artificial Reality. Addison-Wesley. ISBN 0-201-04765-9.


Lanier, J. (1988). A vintage virtual reality interview.


Lanier, J. (1992). Virtual reality: The promise of the future. Interactive Learning International, 8(4), 275-79.


Rubio-Tamayo, J. L., Gertrudix Barrio, M., & García García, F. (2017). Immersive environments and virtual reality: Systematic review and advances in communication, interaction and simulation. Multimodal technologies and interaction, 1(4), 21.


Steuer, J., Biocca, F., & Levy, M. R. (1995). Defining virtual reality: Dimensions determining telepresence. Communication in the age of virtual reality, 33, 37-39.


Weibaum, S. G. (1935). Pygmalion’s Spectacles.

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PROMOTING CIRCULAR ECONOMY IN COLOMBIA THROUGH THE WORLD OF SPORTS

PROMOTING CIRCULAR ECONOMY IN COLOMBIA THROUGH THE WORLD OF SPORTS

Latin America is a region where countries are trying to promote circular economy as a way of environmental sustainability.

Colombia is one of those leading countries which has worked intensively in the promotion of this topic through various forms, and one of the most effective ways has shown to be the field of sports. Education and sports have gotten close together to offer a wide range of opportunities in teaching students how to integrate their daily activities into the circular economy and the transition towards this objective undoubtedly involves education, since it plays a fundamental role in changing future habits (Pérez Mora & Gértrudix Barrio, 2024).

It is a reality that many people in the range of young ages want to get involved in some kind of sport activity, and that is a great opportunity to expose them to different ways of starting a good mentality towards circular economy; the current and future challenges of sustainable development require a massive transformation of habits and behaviors throughout society (Silveira Pérez et al., 2022). Besides the different sport academic programs at universities and other kinds of educational institutions, Colombia has a great number of sports clubs where people of all ages and regions get into a variety of sport processes.

Environmental education helps people acquire a deep understanding on the impact that their actions have on the environment and, therefore, they are able to make more informed and responsible decisions in their daily lives (Pérez Mora & Gértrudix Barrio, 2024), that is why that the integration of a variety of strategies and methods in the educational and sport processes are fundamental in the promotion of a new generation of people really compromise with spreading a circular economy mentality.

Sports have promoted an improvement in the way Colombian society search for better conditions of living of its people, as Ruiz et al. (2010) argued it can be a strategy for promoting health and improving the quality of life of society. Teaching young people thought different sport activities how to use and reuse material, helping them how to be conscious about the use of all kinds of materials will be an advantage in the implementation of circular economy, and this will help spread the idea all around the country.

As a conclusion, it can be said that Latin America and Colombia being one of its countries, has a great opportunity to walk towards the education throughout a wide variety of sports activities to teach new generations how to implement the circular economy and how to pass that mentality to the coming generations. All these giving an excellent result of helping the world improving its environmental resources and helping reduce the use of non-reusable materials. Sports can be seeing as a sustainable source of circular economic.

Referencias

Pérez Mora, A. and Gértrudix Barrio, F. (2024). Metodología living lab y su relación con la economía circular en la escuela. Intervención educativa en educación primaria. ISBN: 978-84-1177-038-5

Ruiz, A., Argiro Muñoz, E., & Mesa, R. J. (2010). Medición económica del deporte en Colombia: una propuesta metodológica de cuenta satélite. Lecturas de Economía, (72), 141-167.

Silveira Pérez, Y., Sanabria Navarro, J. R., Guillén Pereira, L., Mediavilla Ruiz, H. R., Mediavilla Ruiz, C. P., & Armas Castañeda, N. P. (2022). Economía circular: un reto para las instituciones deportivas latinoamericanas (Circular economy: a challenge for latin american sports institutions). Retos, 44, 309–318. https://doi.org/10.47197/retos.v44i0.90901

El Sello Verde en la Producción Audiovisual Española: Compromiso con la Sostenibilidad

El Sello Verde en la Producción Audiovisual Española: Compromiso con la Sostenibilidad

La industria audiovisual es un motor creativo y económico que, en los últimos años, ha experimentado un crecimiento significativo en España. Sin embargo, este desarrollo no debe realizarse a expensas del medio ambiente: es aquí donde entra en juego el concepto del Sello Verde, una iniciativa que busca integrar criterios de sostenibilidad en la producción cinematográfica y televisiva.

Según la página de Creast, una herramienta para calcular la huella del impacto medioambiental, “una producción publicitaria estándar de 3 días de rodaje emite 20 Toneladas de CO2eq, el equivalente a 20 piscinas olímpicas o a la huella de carbono que deja una familia en 3 años”. Esta herramienta se estandariza, en gran medida, dado que los proyectos beneficiarios de las ayudas del ICAA (Instituto de la Cinematografía y la Artes Audiovisuales) deben incluir un sistema de “medición y registro del impacto medioambiental” para garantizar las buenas prácticas en la puesta en marcha de dicho proyecto entre otros aspectos.

Se trata de una realidad reflejada, por ejemplo, en la última gala de los premios Goya. La sostenibilidad juega un papel clave y se logró celebrar un evento neutral en emisiones de CO2 gracias al uso de combustibles renovables y la recarga de vehículos eléctricos en la flota oficial. Además, las emisiones inevitables se compensaron mediante iniciativas de reforestación. Se siguieron los protocolos de medición GHG-CO2 eq. e ISO 14-067-2019 por medio de Creast, pues el objetivo de esta medición, también, es compensar las emisiones generadas contribuyendo así a contrarrestar la huella de carbono causada por este relevante evento cultural.

Objetivos del desarrollo sostenible

A modo individual, se ha incentivado el exigir a las autoridades locales y nacionales que participen en iniciativas que no dañen el planeta. Medidas de sostenibilidad medioambiental tan sencillas como a reducción del consumo de energía apagando las luces innecesarias, por ejemplo, resultan beneficiosas para la economía familiar y más consideradas con el planeta.

Las medidas para reducir la huella de carbono en los rodajes se plantean de un modo paralelo: una pequeña inconveniencia inicial que termina por integrarse como una convención en la producción audiovisual, debería ser, también a la vez, una herramienta de ahorro en la inversión económica y repercutir beneficiosamente de manera bidireccional tanto para productoras como para el medioambiente.

En qué consiste el Sello Verde

Hasta hace poco, España carecía de un certificado nacional de sostenibilidad específico para el ámbito audiovisual. A diferencia de Estados Unidos, donde existe la Green Production Guide, o de Europa, con el Green Film Research Lab, nuestro país no contaba con una herramienta que promoviera prácticas más responsables en la producción de películas y series.

El Sello Verde surge como una respuesta a esta necesidad. Se trata de un compendio de buenas prácticas orientadas a reducir los impactos negativos del sector audiovisual en el medio ambiente y la sociedad. Su objetivo es convertir a la industria cinematográfica española en un referente en sostenibilidad, al tiempo que se contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

La guía del Sello Verde aborda diversos aspectos de los rodajes que requieren especial atención:

  • Catering: Se promueve el uso de productos locales y de temporada, así como la utilización de vajilla reutilizable.
  • Movilidad y alojamiento: Se fomenta la elección de alojamientos cercanos a las locaciones de rodaje y el uso de vehículos eléctricos para los desplazamientos.
  • Iluminación: Se recomienda el uso de luces LED para reducir el consumo energético.
  • Vestuario y decoración: Se apuesta por el alquiler y la reutilización de vestuario y materiales de producciones previas.
  • Comunicación digital: Se prioriza la comunicación digital frente al papel.

Por medio de Creast se emiten “4 tipos de sellos que son otorgados al final de la producción”, entre los que se encuentra el Sello Reduce, Sello Carbono Neutral y el Sello Regenera.

El Sello Verde no solo se centra en aspectos técnicos, sino también en la representación de la sostenibilidad en la pantalla. Los relatos narrados pueden influir en la percepción del público y en su compromiso con el medio ambiente. Por tanto, es fundamental que las producciones audiovisuales reflejen valores sostenibles y promuevan un cambio positivo. 

Las / los ecomanagers están para quedarse

Este perfil profesional es responsable de concienciar al equipo, estimar el impacto medioambiental y diseñar un plan de sostenibilidad adecuado para la producción audiovisual. La ECAM ha empezado a ofrecer el Máster en Ecomanagement y Producciones Sostenibles. En este sentido, se han sumado la Universidad de Alcalá o la Universidad de Valencia entre otras instituciones con posgrados o cursos formativos paralelos. Desde los principios de la Agenda 2030, resulta fundamental garantizar que la creciente producción audiovisual se lleve a cabo sin dañar el entorno en ningún caso. El contenido de estas acciones formativas puede poner especial énfasis, aunque no solo, en la creación de contenido audiovisual en espacios protegidos.

Minimizar la huella de carbono implica utilizar recursos de manera eficiente, elegir opciones sostenibles y considerar alternativas de bajo impacto ambiental. Para la figura de ecomanager, evaluar y organizar la gestión económica se convierten en tareas integradas. Existen en la actualidad directorios de estos profesionales en activo que pueden ser contratados tanto para rodajes publicitarios como cinematográficos entre otros. Dependiendo de la complejidad de la producción, su labor puede ser crucial para garantizar que se tomen decisiones conscientes y responsables durante todo el proceso.

A partir de aquí…

El Sello Verde se convierte en una herramienta poderosa para transformar la industria audiovisual. A través de prácticas más responsables y la concienciación ciudadana se logrará que películas y series no solo entretengan, sino también inspiren un mundo más sostenible. En un momento en el que la conciencia ambiental es crucial, el cine y la televisión tienen la oportunidad de liderar el camino hacia un futuro más verde. El Sello Verde es el primer paso en esa dirección, y su adopción es un compromiso con la sostenibilidad y con las generaciones venideras.

Modelizar la medición de la eficacia para lograr mayor impacto en la comunicación científica ¿es posible?

Modelizar la medición de la eficacia para lograr mayor impacto en la comunicación científica ¿es posible?

La medición de la eficacia de la comunicación ha adquirido relevancia, que cada vez es más creciente, en el ámbito de la comunicación científica. En un mundo de información en constante crecimiento, comunicar la ciencia de manera efectiva es un desafío crucial. En la era de la desinformación, es fundamental que la comunicación científica se utilice de manera efectiva para combatir las desinformaciones, mitos y las falsedades, y para promover la concienciación en áreas vitales, como, por ejemplo, la sostenibilidad o la salud. Pero, ¿existe alguna forma de garantizar que las acciones de comunicación científica sean eficaces?

La respuesta a esta última pregunta no es sencilla, ni tampoco barata. A menudo, aquellos que nos dedicamos a la producción de contenido divulgativo y científico, sabemos que no siempre se dispone de suficientes recursos, como un departamento de experiencia de usuario que pruebe el producto comunicativo antes de lanzarlo, o un departamento de marketing que obtenga información sobre las métricas de impacto. Aunque no es difícil monitorear las métricas de impacto (como número de visualizaciones, tasa de rebote, tiempo de permanencia o reproducción), estas no garantizan el entendimiento sobre la eficacia de las acciones de comunicación llevadas a cabo. Para obtener dicho conocimiento, es necesario realizar experimentos en el laboratorio, un poco más complejos.

En Ciberimaginario, llevamos años trabajando para entender mejor cómo mejorar la medición de la eficacia de la comunicación en este ámbito, especialmente desde el punto de vista de la experiencia del usuario. La eficacia de la comunicación implica evaluar cuánto se comprenden, aceptan o utilizan los mensajes transmitidos por los destinatarios. Como resultado de mi tesis doctoral, hemos desarrollado un modelo de eficacia basado en acciones de contenido audiovisual. Sin embargo, durante la puesta en marcha, nos dimos cuenta de la complejidad de la tarea de medir la eficacia, lo cual podría no ser viable en la mayoría de los casos de comunicación científica donde no se cuenta con recursos limitados.

Por lo tanto, decidimos que una buena forma de «democratizar» la medición de eficacia (haciendo que también sea accesible para los profesionales de la comunicación científica) es crear modelos de medición que simplifiquen el trabajo y, sobre todo, que pongan a disposición de todos el acceso a dicho conocimiento.

El modelo de medición de la eficacia para productos audiovisuales

Para medir la eficacia de la comunicación, es esencial analizar las reacciones y respuestas de los destinatarios del mensaje. Este análisis puede hacerse a través de encuestas, entrevistas o grupos de discusión. Sin embargo, también se pueden utilizar técnicas de neurocomunicación, como el seguimiento ocular o el análisis de las expresiones faciales, para evaluar cómo los destinatarios procesan y reaccionan a los mensajes. Para llevar a cabo el modelo que hemos publicado recientemente, hemos recurrido a la tecnología de iMotions, una plataforma de software avanzada que permite la recopilación y el análisis integrado de datos biométricos y de comportamiento humano. Incluye técnicas como el seguimiento ocular, la respuesta galvánica de la piel, las expresiones faciales y más.

Lanzamiento de iMotions 10, la última versión del software hasta el momento.

La plataforma se utiliza en una variedad de campos y aplicaciones, desde la investigación de mercados hasta la neurociencia y la psicología, y desde luego tiene mucho potencial para el ámbito de la ocmunicación científica. iMotions proporciona las herramientas necesarias para realizar estudios detallados sobre cómo los humanos interactúan y reaccionan a diferentes estímulos, permitiendo a los investigadores obtener información valiosa y detallada sobre el comportamiento humano.

Curso gratuito y abierto de neurocomunicación con iMotions

Si te interesa conocer exactamente cómo llevamos a cabo le diseño metodológico del modelo que desarrollamos puedes acceder a la información del curso. El curso está disponible en la plataforma de Classroom Ciberimaginario.

Pantallazo del curso de Estudios de neurocomunicación con iMotions de Juan Romero Luis.
Haz click en la imagen para acceder al curso.

Este curso tiene como objetivo proporcionar una comprensión profunda y detallada de cómo llevar a cabo un estudio de A/B utilizando el software iMotion. El enfoque principal es ofrecer un entendimiento exhaustivo de las pruebas A/B, una técnica efectiva para comparar dos versiones de un producto o contenido y determinar cuál es más eficaz. Se abordan los aspectos más técnicos para la configuración del test en la plataforma. Además, el curso se ocupa de cómo interpretar los resultados para realizar los diferentes tipos de análisis que se pueden llevar a cabo con la propia herramienta.

Vídeo del primero módulo del curso.

Estate atento a las publicaciones de este blog si te interesa la medición de la eficacia en el ámbito de la comunicación científica. Actualizaremos el contenido a medida que avancemos en nuestras investigaciones. En el futuro, tenemos planteado mejorar el modelo de medición con el fin de adaptarlo a nuevos formatos para la comunicación científica, como en productos de realidad extendida.

Referencias

Romero-Luis, J., Carbonell-Alcocer, A., Levratto, V., Gertrudix, M., Gertrudis Casado, M. C., & Hernandez-Remedios, A. (2023). Design and assessment of an experimental model for evaluating the effectiveness of audiovisual products on the circular economy aimed at promoting environmental awareness. Journal of Cleaner Production, 423, 138820. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2023.138820

iMotions. (2021). iMotions 10 launch. https://www.youtube.com/watch?v=eAMrorVxQRw

DOCENTES, REDES SOCIALES Y CULTURA CIENTÍFICA

DOCENTES, REDES SOCIALES Y CULTURA CIENTÍFICA

Allá por el 1999, en los primeros años en los que explorábamos las múltiples posibilidades de un internet accesible para todos y todas, autores como Repetto Jiménez ya trataban de concienciar sobre la necesidad de una alfabetización científica y tecnológica en la formación de los futuros docentes. En pocos años, experimentamos una revolución en la forma de comunicarnos y nos vimos inmersos en un mundo infinito de información instantánea y no siempre contrastada.

Hoy en día, si preguntamos a docentes de cualquier etapa por dónde buscan información y recursos didácticos para su trabajo, seguramente obtengamos la siguientes respuestas: Instagram, Facebook, YouTube o X (antiguo Twitter), o así lo aseguran estudios como el de Marcelo-Martínez et al., (2023). Asimismo, encontramos la característica, que no problemática, de que la inmensa mayoría de profesorado de todas las etapas a nivel internacional, recurre a las redes sociales como principal fuente de inspiración profesional (Krismanto, 2022).

Sin duda, internet está repleto de variada y valiosa información, pero no siempre responde a unos criterios básicos de calidad ni, por supuesto, han pasado por los filtros del método científico. Por ello, la fiabilidad de dichos contenidos destinados al proceso de enseñanza-aprendizaje que inundan las redes sociales, mayoritariamente visuales y de consumo rápido, quedan al amparo del juicio de aquellos docentes que los usan y/o adaptan para su trabajo diario.

Otro de las funcionalidades que el sector docente ha encontrado en las redes sociales son las comunidades profesionales o, también conocidos como “espacios de afinidad” (Gee, 2005). Un espacio de afinidad es un entorno, virtual en este caso, donde las personas convergen debido a un interés, motivación o idea en común. Cualquier red social es un claro ejemplo de ello, ya que permiten crear nexos y comunidades de usuarios con un fin en común y facilita la comunicación entre los involucrados.

En este contexto, también surgen liderazgos informarles respecto a los creadores de contenido como profesionales de referencia en los que nos sentimos reflejados en lo profesional y en lo personal (Marcelo-Martínez et al., 2023).

REDES SOCIALES A DEBATE

Resumiendo, las redes brindan al sector docente múltiples oportunidades de desarrollo profesional, puesto que podemos acceder con facilidad al trabajo e ideas de otras personas. Sin embargo, si te dispones a indagar, no muy en profundidad, podemos encontrar recursos didácticos o fuentes con fallos de diseño o ejecución.

En este contexto, surge un debate o reflexión que podemos abrir con las siguientes preguntas: ¿son las redes sociales un lugar fiable para consumir información de uso profesional o académico?, ¿cómo podemos contrastar la calidad de los contenidos que encontramos en ellas?, ¿es necesario complementar dicha información con otras fuentes cuyos contenidos sí han sido contrastados mediante el método científico?

Hacer algo distinto no significa, per se, hacerlo mejor. Copiar no es innovar, ya que innovar requiere investigar y contrastar los procesos y resultados correspondientes mediante el método científico (Galán-González, 2022). Por ello, imitar secuencias o recursos que otros docentes comparten en sus redes no conlleva necesariamente una innovación metodológica en nuestras aulas.

CULTURA CIENTÍFICA PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE

Existen múltiples revistas nacionales e internacionales sobre ciencias de la educación que producen innumerables artículos especializados en diversas áreas, pero ¿cómo pueden competir las revistas científicas con las redes sociales como fuente de inspiración y conocimiento? Es una cuestión muy difícil, pero todo radica en la cultura científica y en la divulgación.

Por un lado, es imprescindible formar a los futuros maestros en la importancia consumir, y también crear, información de naturaleza científica para su desarrollo profesional. Además, enseñar cómo y dónde obtener esa información y en la necesidad de hacerlo a lo largo de toda su carrera docente. En otras palabras, contribuir a su cultura científica.

Por otro lado, destacar el papel de los divulgadores como puente entre los contenidos científicos y aquellos docentes que, por distintas razones, no van a consumir dicha información. He aquí un punto muy importante, porque ellos tienen presencia constante en las redes sociales, es decir, donde la mayoría de los docentes acceden para inspirarse y, de alguna manera, contribuir a su formación. De esta manera, sirven de altavoz para hacer conocer la innovación contrastada y últimos hallazgos científicos en materia educativa, contribuyendo así también al acercamiento de los docentes a la cultura científica.

Para finalizar, recordar al lector que innovar es una necesidad incuestionable en educación, pero no olvidemos que la innovación sin investigación no deja de ser la puesta en práctica de una intuición no contrastada. Ayudemos mediante la formación, comunicación y divulgación científica a viajar desde la intuición a la evidencia en un sector tan importante para el desarrollo de la sociedad como es la educación.

Referencias

Galán González, A. (2022). El papel de las revistas de impacto en la reforma de la profesión docente: de la especulación a las evidencias. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/11192

Gee, J. (2005). Semiotic social spaces and affinity spaces: From The Age of Mythology to today’s schools. In D. Barton & K. Tusting (Eds.), Beyond Communities of Practice: Language Power and Social Context (pp. 214-232). Cambridge University Press. https://doi:10.1017/CBO9780511610554.012

Krismanto, W., Setyosari, P., Kuswandi, D. ., & Praherdhiono, H. (2022). Social Media-Based Professional Learning: What Are Teachers Doing in It?. Qualitative Research in Education11(1), 89–116. https://doi.org/10.17583/qre.9698

Marcelo-Martínez, P., Yot-Domínguez, C., & Marcelo, C. (2023). Los docentes y las redes sociales: Usos y motivaciones. Revista de Educación a Distancia (RED)23(72). https://doi.org/10.6018/red.523561 Repetto Jiménez, E. (2000). La educación científica y la formación de los maestros. El Guiniguada, (9), 233–243. Recuperado a partir de https://acortar.link/K8ofBI

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